Baleares endurece las restricciones y recomienda que "siempre" se use la mascarilla para evitar los contagios
- Finalmente no se ha hecho obligatorio el uso en exteriores siempre que se mantenga la distancia de 1,5m
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El Gobierno de Baleares ha decidido este lunes endurecer las restricciones para evitar aglomeraciones y frenar así el aumento de contagios en el archipiélago, después de que se hayan registrado cifras récord de contagios diarios superiores a las de la tercera ola de la pandemia, en el mes de enero. Entre otras, aumentarán las sanciones por botellón y fiestas ilegales, y se recomendará que se use "siempre" la mascarilla.
Así lo han confirmado fuentes del Ejecutivo autonómico a TVE, una decisión que ya ha trasladado a la mesa de diálogo social, donde se ha acordado que el uso continuado de la mascarilla finalmente se quede en una recomendación, después de que el Govern se hubiese planteado imponer su uso obligatorio en todos los espacios exteriores.
No obstante la mascarilla será obligatoria en la vía pública siempre que no se garantice la distancia social de 1,5 metros y cuando coincidan personas no convivientes mayores de 6 años. Las medidas se aprobarán formalmente este martes en un Consejo de Gobierno extraordinario y entrarán en vigor si cuentan con el aval posterior del Tribunal Superior de Justicia de Baleares.
En este sentido, la jefa de Área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, María José Sierra, ha recordado este lunes que la mascarilla "únicamente se puede no llevar en espacios al aire libre, cuando se pueda mantener una distancia de metro y medio" con otras personas no convivientes, según indica al real decreto que regula su uso.
"En exteriores, cuando hay mucha gente junta sigue siendo absolutamente necesario el uso de mascarilla", ha añadido, y ha asegurado que "si esto se cumpliera" el riesgo de transmisión en exteriores sería mínimo.
Endurecimiento de las restricciones
Pese al avance de la vacunación, los contagios en Baleares continúan al alza y el archipiélago ya supera una incidencia de 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, con cifras récord de contagios diarios superiores a la tercera ola de enero. Se calcula que solo este fin de semana unas 25.000 personas se han reunido en botellones en la capital.
Por este motivo, el Govern ha decidido que aumentarán las sanciones por botellón y fiestas ilegales. Asimismo, respecto a las reuniones sociales, estarán prohibidas entre las 01:00 y las 06:00 entre personas no convivientes; y se reducirá una hora el horario de cierre de la restauración -a las 01:00 horas- y el número de personas por mesa en exteriores e interiores.
También se reducirá el aforo de eventos culturales y se cerrarán playas entre las 22:00 y las 06:00 horas. Por último, continuarán los controles aeroportuarios.
Objetivo: evitar las aglomeraciones
Tras la reunión del Consell, el portavoz del Govern, Iago Negueruela, ha evitado confirmar dichas medidas, "por respeto" a los agentes sociales, a la vez que señalaba que será este martes cuando se apruebe formalmente en otro Consell de Govern extraordinario.
Negueruela ha insistido en que además de la contundencia y el control de espacios, la apuesta del Govern pasa también por el mantenimiento de actividades seguras. En este sentido, el portavoz ha negado que las medidas "lleguen tarde" admitiendo que el incremento de contagios es preocupante aunque la situación sanitaria "siga controlada".
El conseller ha insistido en la "complejidad" de la situación actual y sí ha reconocido que las medidas que se consensúen y acuerden irán encaminadas a evitar aglomeraciones y prácticas "que ponen en riesgo la salud de miles de personas" no solo la de quienes las practican sino de sus contactos.
Más tarde, en declaraciones a los medios, la presidenta del Govern, Francina Armengol, ha pedido "concienciación" a la ciudadanía de las Islas ante el aumento de los contagios y ha recordado que "en los lugares con aglomeraciones hay que ir con mucho cuidado". Y es que este incremento en la incidencia en Baleares de las últimas semanas ha implicado que algunos países incluyan al archipiélago en zona ámbar de riesgo, lo que se ha traducido en una oleada de cancelaciones, en una región que depende enormemente del turismo.