La lucha contra la pandemia, la crisis económica y la gobernabilidad, retos del nuevo presidente de Perú
- Analistas creen que la gobernabilidad será el principal reto de Pedro Castillo
- El país tiene la tasa de mortalidad más alta del mundo por la COVID-19
Pedro Castillo ha sido proclamado presidente de Perú mes y medio después de imponerse a Keiko Fujimori en las elecciones. La lucha contra la pandemia del coronavirus, la crisis económica y social, y la gobernabilidad serán sus principales retos.
Malos resultados económicos
Según Rogelio Núñez, investigador del Instituto Elcano y del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá, toda Latinoamérica se enfrenta a una crisis cuádruple: sanitaria, por el coronavirus; económica; social y político-institucional.
En Perú, la vertiente económica estaba presente desde hace años, con un crecimiento muy lento al menos desde 2013. "Hay algo de la estructura económica peruana que no funciona", explica Núñez, que lamenta que la región en general y el país en particular "no se están ajustando a los nuevos marcos económicos internacionales".
"La crisis de 2020 [provocada por la pandemia] es el punto y seguido de una situación en la que la economía no está a pleno rendimiento", añade.
Las consecuencias sociales son visibles en datos como el de pobreza y desigualdad. Según el Banco Mundial, el descenso de la pobreza en Perú se frenó en 2016 y en 2019 afectaba al 20,2 % de la población. Según CEPAL, el 59,5 % de las personas ocupadas en núcleos urbanos desempeñaban trabajos en la economía informal.
Recuperarse de la pandemia
La pandemia de coronavirus ha empeorado la situación y aumentado las desigualdades, según advierte una encuesta del Banco Mundial. Y es que el virus ha golpeado especialmente a Perú y a su precario sistema de salud.
A principios de junio, las autoridades llevaron a cabo una revisión de sus datos que supuso la incorporación de más de 115.000 fallecidos por coronavirus a su estadística oficial. Con más de 180.000 muertes registradas, el país sudamericano se ha convertido así en el de mayor tasa de mortalidad del mundo, como muestran estos gráficos elaborados por Jaime Gutiérrez, del departamento de Datos de RTVE.es
"Estamos aún en plena crisis sanitaria, aún lejos de vacunar ni a la mitad de la población, con crisis económica, con muchos ciudadanos sin empleo y con vulnerabilidad, teniendo en cuenta que la economía peruana es mayormente informal", confirma a RTVE.es desde Lima la politóloga Katherine Zegarra.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que en toda Latinoamérica y el Caribe, la crisis sanitaria provocará la desaparición de 14 millones de empleos.
"Esto pone unos deberes extra al próximo mandatario", considera por su parte Silvio Falcón, politólogo, analista de la política latinoamericana y profesor asociado de la Universidad de Barcelona. En declaraciones a RTVE.es, Falcón se remite a informes de la CEPAL que advierten que con la pandemia "se retroceden 12 años en la agenda contra la pobreza". "O los gobiernos recuperan la inversión en estado de bienestar y sanidad universal, o no podrán paliar efectos crisis sanitaria y económica", añade.
Castillo ha prometido poner en marcha un plan de emergencia que incluye aumento de las unidades de cuidados intensivos, reparto de oxígeno y vacunar a toda la población mayor de 18 años antes fin de año.
El mayor reto: la gobernabilidad
El panorama no es nada halagüeño, pero los expertos consultados coinciden en que el mayor reto no será la pandemia, sino la gobernabilidad, condición previa para cualquier iniciativa gubernamental. Perú Libre dispone tan solo de 37 escaños en un parlamento de 130 y Castillo ni siquiera puede asegurar que cuenta con el apoyo incuestionable del partido, al que no pertenece, y donde la figura principal es Vladimir Cerrón.
La última legislatura ha tenido cuatro presidentes: Pedro Pablo Kuczynski renunció tras dos años de dura oposición del fujimorismo y fue sustituido por Martín Vizcarra a quien el Congreso sacó del poder con una moción de censura. Una semana después, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, forzaron la dimisión del presidente interino, Manuel Merino, quien dio paso al actual ejecutivo de transición de Francisco Sagasti.
Silvio Falcón destaca que "los cinco últimos gobiernos comparten el problema de la estabilidad, una relación conflictiva con el poder legislativo y unos niveles de popularidad a la baja. Resisten muy poco la llegada al poder".
Una de las causas es la estructura económica, pero también hay "cuestiones de fondo, de confianza en las instituciones, y de modelo político institucional. Perú es el único país de su entorno con un sistema semi presidencialista".
Por su parte, Rogelio Núñez sitúa el comienzo de esta "crisis profunda" en la victoria de Alberto Fujimori en 1990. "Fue una muestra de que el sistema político no funcionaba bien y de que los viejos partidos políticos que habían iniciado el regreso a la democracia habían prácticamente desaparecido (...) Desde Fujimori hemos asistido a la emergencia de figuras políticas en torno a las cuales giraba el sistema, y no a partidos".
"Castillo tiene que tender puentes, algo que en parte ha hecho ya moderando su lenguaje, pero es muy complicado. El resultado de las elecciones muestra que Perú está muy polarizado en los extremos", explica Núñez, que no descarta una nueva ola de protestas y que el país se dirija a un "quinquenio perdido".
País polarizado y riesgo de deslegitimación electoral
Falcón destaca en cambio que Castillo pactó con formaciones de izquierda tras la primera ronda electoral, y llega al poder "con un perfil diferente y matizado respecto a su partido". "Su propuesta inicial era de máximos, con una reforma de la Constitución, pero todo queda muy matizado. Su programa de gobierno será muy diferente, y la figura que escoja para primer ministro será un punto definitorio", añade el profesor de la UB.
Katherine Zegarra señala el peligro de mayor desestabilización. "Hay voces de algunos políticos que apuntan a la posibilidad de desconocer estas elecciones, y esto genera mucha preocupación. (...) Hay ese temor de perder incluso la confianza que en general tenían las instituciones electorales y la democracia se debilite mucho más".
La politóloga recuerda que en Perú echar al presidente, con el uso de la calle o del Parlamento, se ha convertido en una táctica política habitual. "Va a ser un gobierno débil (...) No podemos asegurarnos de que cumpla los cinco años en la presidencia".
Como conclusión, el nuevo presidente peruano necesitará más que nunca buscar acuerdos para luchar contra la COVID-19 y sacar al país de la crisis económica que se avecina.