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Coronavirus

Italia impone el certificado COVID europeo para entrar en la hostelería y participar en actividades de ocio y cultura

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Un camarero prepara el servicio en un restaurante en Roma.
Un camarero prepara el servicio en un restaurante en Roma.

El Gobierno italiano ha dado luz verde a un decreto para exigir el certificado COVID europeo para acceder al interior de espacios públicos como bares, restaurantes, cines, estadios o teatros. Italia sigue así la estela de Francia, que ya impuso su uso para actividades culturales y de ocio.

Draghi: "Es una condición para no cerrar las actividades"

La medida, que ha dividido al país y a la mayoría que sostiene al Ejecutivo de Mario Draghi, entrará en vigor el 6 de agosto y se aplicará también para entrar a gimnasios, museos y piscinas, así como para acudir a grandes eventos, parques recreativos, espectáculos deportivos y musicales, entre otros, aunque sean al aire libre. En hostelería, el certificado no será necesario para recoger en la barra ni comer las terrazas.

El pase sanitario europeo, desarrollado para impulsar el turismo y recuperar la movilidad, puede obtenerse en tres supuestos: haber recibido una o dos dosis de la vacuna, disponer de un test negativo de menos de 48 horas (PCR o de antígenos) o acreditar haber superado la COVID-19 en los últimos seis meses.

Prorroga el estado de emergencia hasta final de año

"No es una medida arbitraria, sino una condición para no cerrar las actividades", ha expresado en una rueda de prensa el primer ministro, cuyo Gobierno ha acordado prorrogar el estado de emergencia hasta el 31 de diciembre.

Todo ello mientras el país sufre un rápido repunte de contagios, cuando más del 50 % de la población mayor de 12 años tiene la pauta completa de la vacuna. Este jueves, las autoridades sanitarias italianas han notificado 5.000 contagios, más del doble que hace una semana.

"Queremos evitar que un crecimiento de los contagios derive en nuevos cierres y el instrumento que tenemos es la vacuna. Por eso el mensaje es vacunarse, vacunarse, vacunarse", ha agregado el ministro de Sanidad, Roberto Speranza.

"Invito a todos los italianos a vacunarse inmediatamente, deben protegerse a sí mismos y a sus familias", ha animado también Draghi tras repasar los beneficios de la vacuna para la economía y para la sociedad, dado que la cifra de muertes está en mínimos.

El 'green pass', una medida polémica

La aprobación del decreto para ampliar los usos del certificado COVID (o green pass, como se conoce en Italia) deberá pasar por el Parlamento, y ha dividido a los socios de la coalición de Gobierno. A un lado, los partidarios de aplicarlo y, al otro, quienes abogan por usarlo lo menos posible, como la ultraderechista Liga.

La formación de Matteo Salvini ha reclamado que no se pida el certificado en el transporte público, aunque el Gobierno se ha comprometido a analizar las posibilidades a partir de septiembre. El primer ministro Draghi ha respondido este jueves a sus críticas. "Llamar a no vacunarse es un llamamiento a morir sustancialmente. No te vacunas, enfermas, mueres. O haces morir. No te vacunas, enfermas, contagias, él o ella muere", ha manifestado.

Cambio en los criterios de riesgo para poner el foco en la presión hospitalaria

Finalmente, el Gobierno italiano ha cambiado los criterios según los cuales las regiones son catalogadas por colores según su nivel de riesgo y restricciones. En adelante, no se tendrá en cuenta el número de contagios o la velocidad de propagación del virus, sino la presión hospitalaria.

De este modo, considerarán regiones en amarillo, de riesgo leve, las que tengan un 10 % de las camas de cuidados intensivos (uci) ocupadas por enfermos de COVID; las naranjas el 20%, y las rojas, que suponen confinamiento, si superan el 30 % de ocupación. Actualmente, todas las regiones italianas están en la denominada "zona blanca", para las que la única restricción es el uso obligatorio de la mascarilla en espacios cerrados.