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Coronavirus

¿Acierta España al vacunar contra el coronavirus por grupos de edad? Los expertos responden en plena quinta ola

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España registra más casos de coronavirus pero menos muertes que Francia o Alemania

La quinta ola del coronavirus, con algo más de la mitad de la población española ya vacunada, ha anubarrado el verano de muchos. Los contagios se han disparado entre los jóvenes, para quienes las dosis no han llegado a tiempo, pero ¿podría haberse hecho distinto?

Los vacunólogos, inmunólogos y epidemiólogos consultados por RTVE.es coinciden: la vacunación por edades ha sido la mejor estrategia, dadas las circunstancias. Repasamos sus razones.

"Había que parar las muertes"

“El problema más acuciante cuando empezaron las vacunaciones era parar las muertes. Si queríamos parar las muertes era normal empezar por la gente más mayor e ir bajando de edad”, reflexiona la investigadora e inmunóloga del IFS-CSIC, Matilde Cañelles, y recuerda que actualmente “se están viendo muchos casos que para nada correlacionan con las muertes de las primeras olas”.

"Si queríamos parar las muertes era normal empezar por la gente más mayor"

Es un factor en el que han incidido todos los expertos. Si no se hubiera protegido a los más mayores y vulnerables, la quinta ola “podría haber sido la peor hasta ahora”, apunta Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, puesto que “el virus era más grave en las personas de más de 60 años”.

De hecho, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, la tasa de muertes notificadas por España es inferior a la de Francia, Italia y Alemania, cuando la incidencia de casos española es mucho mayor. Con datos de la última semana de junio y la primera de julio, la incidencia española era de 377 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, frente a los 63 casos de Francia, los 22 de Italia o los 11 de Alemania. En ese momento, estos tres países declararon una tasa de muertes superior a cinco decesos por cada millón de habitantes en los últimos 14 días, mientras la tasa española estaba ligeramente por debajo de los cuatro fallecidos.

No había dosis para todos

La otra razón fundamental por la que la estrategia de vacunación por edades fue una decisión acertada es la falta de dosis. Solo países como Estados Unidos, recuerda Cañelles, se han permitido abrir la vacunación a todas las edades prácticamente desde el comienzo de la campaña. “Pero es que a ellos les sobraban vacunas”, justifica.

"Tendríamos los hospitales llenos”

“Se podría haber combinado el grupo de 30 a 40 años con el de 20 a 30… si hubiera habido suficientes vacunas”, expone igualmente el epidemiólogo Óscar Zurriaga. “El riesgo está en intentar combinar a los dos grupos y no tener suficientes para todos”.

En ese sentido, Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología, añade que es importante tener en cuenta la amplia aceptación y demanda de las vacunas en España frente a otros países como, de nuevo, Estados Unidos.

El médico especialista en medicina preventiva y salud pública considera que de haber adelantado de más la vacunación de los más jóvenes habríamos tenido que dejar desprotegida a la población de 40 a 50 años y 50 a 60. “No nos engañemos, con la llegada del verano también hubieran tenido una interacción social importante. En lugar de tener los hospitales controlados, tendríamos los hospitales llenos”, advierte.

La transmisión de la variante Delta

Pero como aporta Cañelles, investigadora del CSIC, la pandemia implica “problemas superpuestos”: a la urgencia de parar las muertes se le suma la necesidad de frenar la transmisión del virus con una nueva variante que “nos ha pillado por sorpresa”. “No sabíamos que íbamos a tener una variante como la Delta que se contagia mucho más, crece mucho más dentro de la persona, produce unos títulos de virus muy altos, etc.”.

"La población no inmunizada tiene que distribuirse por igual, al azar”

Para atajar la circulación del coronavirus, la inmunóloga reconoce que la vacunación por edades puede ser contraproducente. “Es mejor ir haciendo bolsas de vacunación en las distintas edades y eso haría que la transmisión del virus fuera menos amplia”, afirma. “Ahora, en plena quinta ola, es muy fácil decir que habría que haberlo hecho de otra manera”.

Desde la Asociación Española de Vacunología, Pérez coincide en que para alcanzar la inmunidad de grupo, “la población no inmunizada tiene que distribuirse por igual, al azar”. Sin embargo, recuerda que hay que vacunar a más del 80 % de todos los grupos de edad para hablar de esa “idea” de la inmunidad de grupo, “siempre muy discutible”.

“Más que una inmunidad de grupo en la que no haya transmisión del virus, a lo que vemos a llegar es a un control de la enfermedad en el que el número de casos sea mucho más bajo, y en el que las hospitalizaciones y las muertes sean extremadamente bajas”, explica. “La inmunidad de grupo se habla siempre para enfermedades como el sarampión u otras, que lo que se pretende es que prácticamente desaparezcan. Nadie ya en su sano juicio tiene la intención de que el COVID desaparezca, la intención es que controlemos la enfermedad”.

Las particularidades españolas

En la campaña de vacunación española, los expertos encuentran también rasgos característicos que pueden haber influido en la marcha de los últimos meses. Por un lado, el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología valora el funcionamiento del sistema nacional de salud español, que ha permitido citar a la población en grandes sitios con el personal suficiente para administrar con rapidez las vacunas.

“Otra ventaja muy importante es que tenemos a toda la población identificada, algo que es fundamental para poder saber a quién se está vacunando y de qué manera”, agrega Zurriaga, quien defiende la vacunación ordenada por edades. En otros países, dice, "no se han conseguido mayores coberturas vacunales por el hecho de haber abierto la vacunación a todos”.

Por otro, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, destacaba esta misma semana la decisión adoptada junto a las comunidades autónomas de inocular la pauta completa de las vacunas en el tiempo establecido por los laboratorios, en lugar de espaciar las dosis para poder proteger a más gente, aunque con menos calidad, como hizo Reino Unido.

Con todo, la quinta ola sigue dejando contagios, hospitalizaciones, pacientes críticos y muertes. Ante esto, Cañelles cree que no nos queda más que “vacunar, vacunar y vacunar”, sin perder de vista el riesgo de transmisión por aerosoles del coronavirus, especialmente, en los interiores. “Tenemos un paquete importante de medidas no farmacológicas que hay que seguir aplicando”, completa Zurriaga sobre un riesgo persistente y que nos exige prudencia. Aunque también es optimista. “Tenemos ya al 30 % del grupo de 20 a 29 años con al menos una dosis. No es ninguna tontería. Suena bastante bien”.