La oposición al pasaporte COVID toma las calles de Francia por cuarto sábado consecutivo
- "Aunque no me quedará otro remedio, voy a boicotear a todos los comercios que lo pidan", ha dicho una manifestante
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Los opositores al certificado COVID en Francia y al conjunto de medidas adoptadas por el Ejecutivo para contener la nueva ola de la pandemia de coronavirus se han manifestado por cuarto sábado consecutivo en todo el país.
Según las cifras del Ministerio del Interior, más de 237.000 personas se han manifestado en toda Francia, 17.000 de ellas en París. Unas 204.000 personas habían protestado el pasado sábado, frente a las 161.000 de la semana anterior o las 110.000 del día 17.
Esta última protesta llega precedida del aval que el Consejo Constitucional, el organismo que vela por que la legislación sea conforme a la Carta Magna, dio el jueves a la ampliación del certificado sanitario para entrar en bares, restaurantes u hospitales, o para los viajes internos de larga distancia.
“Aunque no me quedará otro remedio, voy a boicotear a todos los comercios que lo pidan“
Desde el 21 de julio ese documento que certifica tener la pauta de vacunación completa o no estar contagiado ya era obligatorio para acceder a los centros culturales, pero desde este lunes, 9 de agosto, su exigencia marcará de forma mucho más amplia el día a día de la población.
"Aunque no me quedará otro remedio, voy a boicotear a todos los comercios que lo pidan. Soy creadora, voy a ferias y mercados y habrá ciertas actividades que no vaya a poder hacer. Va a ser complicado a nivel financiero, pero acepto asumir ese riesgo", ha explicado a Efe Marie, participante en una marcha en París.
"El gobierno dice desde el principio una cosa y la contraria. No hay ninguna base ni ninguna lógica", ha criticado igualmente Marie, para quien la obligatoriedad de la mascarilla en el exterior fue "el principio del fin".
El proyecto de ley validado también exige al personal sanitario estar vacunado totalmente como muy tarde para el 15 de octubre, una confluencia de requisitos que desde hace un mes ha canalizado a sus detractores en una oleada de protestas.
En toda Francia, 150 ciudades han albergado manifestaciones. En París ha habido cuatro, reflejo de la heterogeneidad de un movimiento que reúne a antivacunas, a contrarios a la exigencia del pase sanitario o de la vacuna obligatoria y a opositores en general de la gestión de la crisis sanitaria.
"Somos ciudadanos responsables, absolutamente comprometidos en la defensa de nuestros derechos fundamentales y de nuestras libertades. Somos irreprochables, estamos unidos y sin etiquetas políticas", ha dicho la coordinadora de una de las protestas parisinas, Sophie Tissier, del colectivo Paris pour la Liberté.
Otra de las movilizaciones de la capital ha vuelto a estar encabezada por el ultraderechista Florian Philippot, antigua mano derecha de Marine Le Pen, excluido de su partido, la Agrupación Nacional, y que ha criticado en Twitter que el presidente, Emmanuel Macron, ejerza solo "a través del miedo y la mentira".
El 54,6% de la población ha recibido la pauta completa de vacunación
Macron se encuentra oficialmente de vacaciones en la residencia oficial estival de Brégançon, en el sur del país, pero esta semana ha estado omnipresente en las redes y en los medios con vídeos diarios donde respondía a las dudas de los reticentes o una entrevista en Paris Match donde dejó claro que no retrocederá.
"Todas las medidas restrictivas han sido votadas por la ley. Somos el único país que ha tenido tantos controles parlamentarios durante la crisis. ¿Y se habla de dictadura? ¡Seamos serios!", decía en ese semanario.
El movimiento encadena de momento cuatro sábados consecutivos, pero no tiene fecha de caducidad. "Esta lucha va a continuar. Confío en que en septiembre, cuando todo el mundo haya vuelto de las vacaciones, haya más gente", ha dicho a Efe Franck, ingeniero de 51 años que, como muchos participantes, no está vacunado.
El certificado sanitario, en su opinión, "es liberticida y erosiona el pacto de igualdad. Son medidas totalmente desproporcionadas con la situación. El Gobierno debería impulsar la vacunación, pero no hacerla obligatoria".
Las últimas cifras, del viernes, apuntan que desde el inicio de la campaña de vacunación en diciembre 44,4 millones de ciudadanos han recibido al menos una dosis, el 65,9% de la población total, y 36,9 millones tienen la pauta completa, el 54,6%.