Calor y cambio climático: 46 años de olas en España
- El número de olas de calor se ha duplicado en la última década, su duración ha aumentado
- Los expertos apuntan a que cada vez serán más y más intensas.
- La de estos días es la número 101 en España desde 1975 (63 en península, Baleares, Ceuta y Melilla, y 38 en Canarias)
Es verano y llega una ola de calor. Hasta ahí, nada fuera de lo normal. ¿O sí? Es verano y llega una ola de calor, pero ¿hay más que antes? ¿Duran más? Repasamos los datos para tratar de resolver los interrogantes.
Más olas y más duraderas
Hasta en diez ocasiones desde 1975 -la última, en 2014- no se registró ninguna ola de calor. De los años en los que sí se registró alguna, solo en otra ocasión, en 1987, pasaron tantos días de verano sin ola como en este 2021.
Aunque no hay una definición única y precisa del término, tres factores son clave para su análisis: temperatura, duración y territorio. Para contabilizar las que tienen lugar en España cada año, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) considera que se trata de episodios de al menos tres días consecutivos, en los que como mínimo el 10 % de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 % de su serie. Con ese criterio, lo que vivimos a principios de julio no fue ola, sino episodio de calor intenso.
Y pese a que este año la ola de calor haya llegado más tarde de lo habitual, las cifras que recoge la AEMET dejan clara una tendencia: el número de olas de calor y su duración ha aumentado en nuestro país en los últimos años. En la última década se han registrado varios hitos en España (considerando para este análisis la península, Baleares, Ceuta y Melilla): 2017 fue el año en el que más olas de calor se reportaron, hasta cinco; 2015, el año en el que tuvo lugar la más extensa; y la que afectó a más provincias, un total de 40, ocurrió en 2012.
La que vivimos estos días es la ola número 63 en España desde 1975. Son 101 olas de calor si sumamos las registradas en Canarias. Con una distribución desigual lo largo del tiempo.
En la década de los 80 se contabilizaron diez olas de calor cuya duración máxima no llegó a una semana. En los 90, hubo 13 olas que duraron, como máximo, ocho días. En los 2000, se registraron 12, una de ellas con una duración excepcional -16 días-, y las demás de cinco días como máximo. En la última década completa, la de 2010, fueron 21 olas de calor, muchas de ellas de más de una semana de duración y una de récord absoluto: 26 días de ola de calor en 2015.
El número de olas de calor se ha duplicado en la última década. Su duración también ha aumentado considerablemente. Y la tendencia, advierten los expertos, es que cada vez sean más y más intensas.
Y lo que viene
"Es innegable que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”. La primera ola de calor estival nos llega en una semana que comenzó con el informe del IPCC, en el que los expertos de la ONU dejan claro el factor humano en la delicada situación del planeta, y termina con el anuncio de la Administración Atmosférica Nacional Oceánica (NOAA, por sus siglas en inglés) de que el pasado julio fue el mes más cálido registrado en la Tierra.
Mientras seguimos sintiendo ese calor estival, las conclusiones del IPCC nos obligan a poner la vista en el futuro. En el informe se reafirma “con un nivel de alta confianza” la relación casi lineal entre la acumulación de emisiones de dióxido de carbono -en gran medida, de origen humano- y el calentamiento global.
Los científicos dibujan cinco escenarios de emisiones para el futuro, con su previsible aumento de temperatura de la superficie terrestre terrestre. Como mínimo, la temperatura subiría un grado de aquí a final de siglo; en el peor escenario, el aumento podría alcanzar los 5,7 grados.