Las claves de la victoria talibán y el colapso de Afganistán: ¿y ahora qué?
- El Ejército afgano no estaba tan preparado como se suponía y el anuncio de la retirada de EE.UU. aceleró el avance talibán
- Los talibanes tratan de mostrar una cara más moderada, pero miles de afganos intentan huir del país
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Los talibanes vuelven a controlar Afganistán 20 años después. Estas son algunas de las claves que explican quiénes son, qué ha ocurrido en el país asiático y cuáles pueden ser las repercusiones internacionales.
¿Quiénes son los talibanes?
"Son básicamente los hijos de los muyahidin", explica a RTVE el periodista paquistaní Ahmed Rachid, uno de los mayores expertos del mundo en Afganistán y conocedor de los talibanes desde su nacimiento.
Los muyahidin eran los combatientes islámicos que lucharon contra los soviéticos tras la invasión de Afganistán en 1979. Entre ellos no había solo afganos, sino árabes, como Osama Bin Laden, y de otros orígenes. En plena Guerra Fría, EE.UU. les apoyó con armas, financiación e inteligencia, hasta que los soviéticos fueron derrotados y se marcharon.
Mientras luchaban, formaban a las siguientes generaciones en las madrasas (escuelas coránicas) de los campos de refugiados en Afganistán y Pakistán. Talibán significa "estudiante" en lengua pastún (etnia mayoritaria en el país).
Tras la marcha de los soviéticos y una cruenta guerra civil, los talibanes se impusieron al resto de facciones en 1996 y proclamaron un emirato islámico con una interpretación extrema de la sharía (la ley islámica). Su líder era el mulá Omar. Expulsaron a las mujeres del mundo laboral y la educación, establecieron crueles castigos corporales, prohibieron determinadas manifestaciones culturales y marginaron a las minorías étnicas y religiosas. También dieron cobijo a Al Qaeda y a su líder, que organizó los atentados del 11-S desde Afganistán.
En octubre de 2001, un mes después de los atentados, Estados Unidos invadió el país y el régimen se derrumbó.
Según Rachid, los talibanes actuales "tienen apoyo en las zonas rurales, pero no diría que tienen el apoyo de la mayoría de la población". "En los últimos 20 años han cambiado la mentalidad de los afganos. Muchos millones han sido educados por primera vez. Las mujeres, especialmente", argumenta el periodista.
"Pienso que el liderazgo está ahora dominado por la militancia. Son jóvenes, muy ideologizados. Han pasado tiempo en Guantánamo, en la cárcel de muchos países. Están muy enfadados con EE.UU. y Occidente. ¿Va a ser capaz la generación de más edad de controlar a esta gente? Es una gran pregunta", añade Rachid.
¿Cómo han conseguido una victoria tan rápida?
Durante 20 años, los talibanes han combatido al Ejército afgano y a las tropas internacionales con ofensivas intermitentes, iniciadas normalmente en primavera, y atentados. Sin embargo, el anuncio de la retirada definitiva de Estados Unidos (prevista inicialmente para el 11 de septiembre) les animó a lanzarse a la conquista final del país.
Fuentes de inteligencia advertían que el gobierno afgano podría sostenerse por sus propios medios durante un máximo de seis meses, pero se equivocaban. En solo dos semanas, desde las áreas rurales que controlaban los talibanes atacaron las capitales de provincia, que fueron cayendo una tras otra sin resistencia.
Pilar Requena, periodista de TVE y autora del libro Afganistán, ha destacado el error de Washington como una de las causas de la rápida victoria de los talibanes. "Si se le da enemigo una fecha de retirada, se le permite prepararse".
Los servicios de inteligencia de EE.UU. y otros países han reconocido ahora que evaluaron mal la situación y la capacidad de respuesta del Ejército afgano.
¿Qué han hecho el Gobierno y ejército afganos?
Los talibanes han avanzado prácticamente sin encontrar resistencia y el gobierno ha tardado apenas dos semanas en caer. El presidente, Ashraf Ghani, abandonó el país el domingo, en secreto, según anunció el vicepresidente, Abdullah Abdullah.
Pilar Requena asegura que era obvio que el Ejército nacional no estaba tan preparado como pretendían hacer ver los estadounidenses. "Había fuerzas especiales muy buenas, pero el resto no. No estaban tan formados ni dispuestos a luchar como suponían los estadounidenses", señala.
A los fallos de inteligencia se suma la retirada del apoyo aéreo que prestaba EE.UU. y la falta de suministros por la corrupción endémica. A los soldados les faltaban comida y munición, y algunos no habían recibido su paga en cuatro meses. La moral era muy baja y la tropa ha decidido no pelear.
¿En qué posición queda Biden?
Al presidente Joe Biden le están lloviendo las críticas por la caótica retirada, que muchos comparan con la retirada de Saigón en 1975 o incluso con la invasión fallida de Cuba en 1961.
Biden, sin embargo, ha vuelto a defender su decisión de retirarse de Afganistán para acabar con una intervención de 20 años que hace tiempo no cuenta apoyo los ciudadanos estadounidenses. "Las tropas de EE.UU. no deben librar una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a luchar (...) ¿Cuántas vidas estadounidenses más hay que desperdiciar?", declaró este lunes.
Lorenzo Milá, excorresponsal de TVE en Washington, cree que Biden debe evitar que este fiasco afecte a toda su legislatura. Una posibilidad es que las tropas estadounidenses se hagan fuertes en el aeropuerto y así la evacuación pueda hacerse de forma más ordenada. "Sea como sea, el prestigio y la credibilidad de EE.UU. como potencia internacional quedará muy dañado", opina.
¿Qué implicaciones tiene en la región?
Afganistán tiene frontera con Irán (al oeste), con Pakistán (al este) y con las ex repúblicas soviéticas de Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán (al norte). Además, comparte una estrecha franja fronteriza con China.
De momento, solo China ha mostrado su voluntad de mantener buenas relaciones con los nuevos gobernantes. Dirigentes chinos se reunieron con los talibanes en julio, y mostraron su disposición a hacer negocios y participar en la reconstrucción. Sus objetivos son dos: asegurar que Afganistán no se convierte en un foco de inestabilidad para la región china fronteriza de Xinjiang, donde Pekín hace frente al independentismo de los uigures musulmanes; y marcar la diferencia con Estados Unidos.
Rusia, que también mantiene abierta su embajada en Kabul, ha asegurado que apoya el "diálogo nacional inclusivo".
Es importante saber qué ocurrirá con los combatientes extranjeros, de Irán, Rusia o de las ex repúblicas soviéticas, y también de Al Qaeda y otros grupos árabes, que han luchado junto a los talibanes. Si siguen en el país, Afganistán podría convertirse de nuevo en una base de grupos terroristas y un elemento de desestabilización regional e internacional.
"Los talibanes no se pueden librar de ellos demasiado pronto, han sido aliados demasiado tiempo", argumenta Ahmed Rachid. "La pregunta es qué van a hacer con estos grupos. Es una pregunta difícil para ellos".
¿Cuál es el papel de Pakistán en el conflicto?
Pakistán apoyó a los talibanes desde su nacimiento, y siempre les ha considerado aliados en su tradicional conflicto con la India. Sus dirigentes se refugiaron en ese país tras la invasión estadounidense, y desde allí han dirigido su ofensiva. Pakistán fue, de hecho, uno de los únicos tres países, junto a Arabi Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que reconocieron a los talibanes cuando tomaron el poder hace dos décadas.
Ahmed Rachid cree que los talibanes han podido contar con apoyo militar profesional de Pakistán o de otros países.
De momento, Pakistán no ha reconocido al nuevo gobierno y ha asegurado que trabajará junto a EE.UU. y otros países para lograr la estabilidad y la paz.
¿Cuáles son las consecuencias humanitarias?
Durante 20 años, las ONG y agencias internacionales han intentado mejorar la vida de los afganos y poner en pie servicios públicos. Ahora todo esto peligra.
"Lo que hemos tardado muchísimo en construir, en unas semanas se va a destruir o va a desaparecer", ha lamentado en TVE Ignacio Álvaro, excoordinador de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) en Afganistán. Álvaro ha destacado los avances en educación de la mujer, educación primaria o servicios de salud en la provincia de Badghis, donde se concentraba la presencia española.
Las mujeres serán las peor paradas, dadas las políticas que pusieron en marcha los talibanes entre 1996 y 2001, cuando fueron privadas de sus derechos más fundamentales. Muchas temen ya perder sus trabajos o ser obligadas a depender de un hombre o a llevar el burka.
También peligra el arte y el patrimonio histórico, cultural y arqueológico de Afganistán. Durante su estancia en el poder los talibanes destruyeron miles de obras de arte y saquearon importantes yacimientos. El 11 marzo de 200, volaron en pedazos los famosos budas de Bamiyán, los más altos del mundo, un acto que se convirtió en símbolo de barbarie.
¿Y ahora qué?
En estos primeros días tras su llegada al poder, los talibanes intentan presentar una cara más moderada. Hablan de formar un gobierno amplio, con presencia de dirigentes no talibanes, han prometido que no habrá venganzas y han dictado una amnistía para los funcionarios públicos.
Pero la desconfianza y el miedo se han extendido y miles de afganos intentan salir del país en avión. Temen que el segundo emirato se parezca al primero, el de 1996-2001.
Las delegaciones occidentales tratan de salir del país, pero lo están haciendo a cuentagotas. EE.UU. está al mando de la seguridad en el aeropuerto de Kabul y se ha comprometido a evacuar a su personal diplomático y militar, a sus aliados y a civiles en situación de vulnerabilidad. Biden advirtió este lunes de que responderá de forma "devatadora" si los talibanes interrumpen sus objetivos.
Ahora quedar por ver cuáles son las primeras medidas del nuevo gobierno talibán, y si consigue asentar su control efectivo sobre todo el territorio.
Para Ahmed Rachid el problema con los talibanes "es que son inútiles para gobernar". "La última vez que estuvieron en el poder, el gobierno fue un fracaso. No tenían un gobierno", explica a RTVE.
Los países del entorno y los europeos esperan una ola de refugiados. La Unión Europea ya está en conversaciones para que sean los países vecinos los que absorban esta previsible oleada y no se produzca una crisis con la de 2015 con los refugiados sirios que alcanzaron Europa.