Los talibanes prometen una amnistía general y afirman que las mujeres podrán trabajar y estudiar "según la ley islámica"
- "No queremos venganza", han asegurado en la primera rueda de prensa concedida desde la toma de poder
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Los talibanes han prometido este martes una "amnistía general" para los funcionarios y seguridad para la población mientras numerosos civiles continúan intentando huir del país. "No queremos venganza", han asegurado a través de un mensaje de unidad y reconciliación al tiempo que han prometido respetar los derechos de las mujeres en el marco de la ley islámica o sharía.
Así lo ha indicado el principal portavoz del movimiento, Zabihullah Mujahid, durante su primera rueda de prensa en público desde la toma de Kabul. Antes de comenzar la conferencia, ha recitado el Corán y se ha congratulado por la victoria de los talibanes, asegurando que es un "orgullo para toda la nación".
"Vamos a cambiar nuestro país muy pronto. Será un cambio positivo. Sé que todos los afganos quieren tener una vida mejor", ha relatado el portavoz talibán, quien asegura que solo quieren "vivir en paz, sin guerra, sin inestabilidad" y que van a dar pasos para restaurar la ley y el orden. "No queremos luchar", ha añadido.
Esta primera comparecencia pública coincide con la llegada a Afganistán del mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, en lo que supone aparentemente el primer viaje oficial de un líder talibán al país desde la caída del régimen insurgente en 2001.
"No queremos venganza"
De este modo, Mujahid ha garantizado que habrá seguridad tanto para nacionales como para extranjeros y que no habrá represalias ni "rencor" para los funcionarios del anterior gobierno y los colaboradores de otros países, que podrán quedarse o volver a Afganistán: "No queremos venganza, estamos perdonando a todo el mundo".
"No queremos que nadie salga del país, este es su país, esta es nuestra patria común, tenemos valores comunes, religión común, nación común (...) Hay una amnistía general, por lo que no habrá hostilidades", ha afirmado.
Asimismo, ha asegurado a los civiles en Kabul que "sus vidas están a salvo" y que "nadie va a llamar a vuestras puertas y nadie será interrogado o perseguido", en alusión a los registros que se han comenzado a producir desde este lunes, tal y como contó a TVE un intérprete afgano en el especial informativo sobre el colapso de Afganistán.
Las mujeres podrán trabajar en el marco de la sharía
Por otro lado, han avanzado que próximamente se formará un gobierno con carácter islámico, que será el que dicte las leyes que regirán el país. No obstante, los talibanes han dicho que buscan ser un gobierno inclusivo. Así, el portavoz ha señalado que "las mujeres son una parte importante" de su sociedad y que podrán trabajar y estudiar siempre que cumplan con la interpretación de la sharía.
"Serán muy activas en la sociedad, pero dentro del marco del Islam", ha indicado, tras lo cual ha afirmado que "nuestras mujeres son musulmanas y estarán contentas de vivir respetando la sharía. "Estamos en nuestro derecho de actuar en base a nuestras creencias religiosas", ha añadido.
Preguntado sobre si las mujeres podrán trabajar en condiciones de igualdad con los hombres, no ha querido responder y se ha limitado a decir que el nuevo gobierno será quién decida los detalles.
Otro portavoz del grupo, Suhail Shaheen, ha declarado también en la cadena británica Sky News que las niñas y mujeres podrán continuar asistiendo a las escuelas y acceder a la educación superior en Afganistán con el país bajo su control.
"Hemos anunciado esa política más de una vez, en conferencias internacionales como la de Moscú, en la conferencia de Doha. Nuestro líder lo ha mencionado en sus discursos. Así que esa es nuestra política", ha dicho Shaheen. "En todas esas zonas que están cayendo de nuestro lado en Afganistán había miles de escuelas, escuelas de niñas, universidades. Todas ellas están operando", ha asegurado.
Cuando los talibanes gobernaron el país entre 1996 y 2001, se cerraron las escuelas para niñas, las mujeres no podían viajar ni trabajar, y se les obligaba a llevar el burka en público, un velo que cubre todo el cuerpo y la cara, con una pantalla de tela sobre los ojos. Si se saltaban las normas misóginas imperantes, podían ser azotadas de manera pública o, incluso, verse condenadas a la lapidación.
Tras el fin del régimen, si bien contaban con algunas trabas, las mujeres volvieron a trabajar y gozar de independencia en Afganistán. Por eso ahora temen que el regreso de los talibanes las vuelva a relegar a una labor doméstica.
"Hay una gran diferencia entre ahora y hace 20 años"
Sin embargo, ninguno de los dos portavoces han aclarado en qué consiste la interpretación de la ley islámica ni las diferencias con la situación de los derechos de las mujeres hasta ahora, ya que Afganistán ya era un estado musulmán antes de su colapso vivido en la última semana.
En la rueda de prensa, la agrupación solo ha asegurado que comparten los mismos ideales en los que creían los talibanes de ese primer gobierno, aunque han matizado que cuentan con una experiencia y una visión que les hará tomar las decisiones de una manera diferente.
"Nuestro país es una nación musulmana, tanto si lo era hace 20 años como si lo es ahora" -ha afirmado Mujahid- "Pero en lo que respecta a la experiencia, la madurez y la visión, por supuesto que hay una gran diferencia entre ahora y hace 20 años. Esto ha sido un proceso evolutivo".
Muyahid ha asegurado que todo estará "más claro" cuando se forme el gobierno, momento en el que grupo insurgente decidirá qué leyes regirán Afganistán.
También ha avanzado que los medios de comunicación privados y extranjeros podrán seguir siendo libres e independientes en Afganistán y que los talibanes están comprometidos con los medios de comunicación dentro de su marco cultural.
Advierten a la comunidad internacional: "No seremos el campo de batalla de nadie"
Por otra parte, los talibanes han declarado que desean que Afganistán mantenga relaciones pacíficas con otros países. "No queremos enemigos internos ni externos", ha dicho Zabihullah Mujahid, que ha asegurado que mantendrán las relaciones con la comunidad internacional "evitando problemas".
"No vamos a permitir que nuestro territorio sea utilizado contra nadie, ni contra ningún país del mundo. Por lo tanto, toda la comunidad mundial debe saber que estamos comprometidos con estas ideas para que nadie se vea perjudicado". Y ha advertido: "No queremos que Afganistán vuelva a ser el campo de batalla de nadie".