¿Marcará el colapso de Afganistán el futuro de Biden?
- Joe Biden cumplió el compromiso que hizo su antecesor, Donald Trump
- Crece en Estados Unidos la sensación de que la guerra en Afganistán no mereció la pena
Ha sido la guerra más larga en la historia de los EE.UU. Veinte años de conflicto, dos más que Vietnam, que para Washington empezó con un presidente republicano, Dwight D.Eisenhower en 1955 y terminó con otro, Richard Nixon en 1973, aunque los presidentes que más implicaron al país en aquella guerra fueron los demócratas John Kennedy y sobre todo Lyndon Johnson, con el que EE.UU. alcanzó el pico de su presencia en Vietnam con 586.000 militares (el máximo en Afganistán está en torno a 140 mil bajo la Presidencia de Barak Obama).
Esta vez la guerra también ha condicionado la política exterior y los presupuestos de cuatro presidentes, aunque después de George Bush hijo, que lanzó la invasión en 2001, los otros tres intentaron salir de allí lo antes posible.
Barack Obama empezó haciendo caso a los generales del Pentágono y multiplicó la presencia militar. En sus memorias asegura que el objetivo no era más guerra, sino acelerar su final y de hecho estableció un calendario de salida.
Lo mismo le pasó a Donald Trump, que en campaña prometió cerrar “las guerras sin fin” y en cuanto llegó a la Casa Blanca le convencieron de que de momento había que aumentar las tropas. Después firmó un acuerdo de paz con los talibanes (excluyendo al Gobierno afgano, por cierto) y se comprometió a salir en mayo de este año.
El ¿error de cálculo? de Biden
Joe Biden no ha hecho más que cumplir ese compromiso con el que seguramente estaba muy de acuerdo. Porque Biden lleva años queriendo salir de Irak y Afganistán. Conoce muy bien el país y el conflicto de sus años como senador en el poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado y luego como vicepresidente de Obama.
Biden era el pepito grillo que susurraba al oído a Obama para que no hiciera caso a sus generales cuando le pedían más y más tropas. Por eso, choca tanto su aparente sorpresa ante la fulgurante ofensiva talibán y la rápida descomposición del ejército afgano. Los servicios de inteligencia llevaban meses advirtiendo. Biden tenía que saber que eso podía ocurrir.
"Puede ser su Bahía de Cochinos", dijo este lunes Leon Panetta, exsecretario de Defensa de Obama, aludiendo al chapucero ataque de Kennedy contra Castro en 1961. Veremos, pero ni lo de Bahía de Cochinos marcó especialmente la Presidencia de Kennedy, ni fue la evacuación de la Embajada en Saigón (1975) lo que le costó la reelección a Gerald Ford.
“Puede ser su Bahía de Cochinos“
En cualquier caso, hay quienes dan por hecho que Biden no se presentará a la reelección en 2024 y esto le permite ser más libre en sus decisiones.
Eso sí, el colapso del Afganistán que pudo ser, reflejado en las imágenes de la caótica evacuación, está alimentando en Estados Unidos la impresión -ya muy extendida- de que, como Vietnam, esa larga guerra no ha valido la pena.
La herida en la sociedad estadounidense
Más allá de las escenas en el aeropuerto, lo ocurrido en Kabul y Saigón también es parecido "desde un punto de vista de interés nacional estadounidense", según explica a la agencia Efe Justin Logan, del Centro de Estudios de Defensa y Política Exterior del Instituto Cato, uno de los centros de pensamiento más importantes de EE.UU.
"Ambos fueron casos en los que EE.UU. se retiró de guerras que nunca debieron haber librado (Vietnam) o debieron haber terminado después de uno o dos años (Afganistán)", subraya.
Y eso no debe ser fácil de encajar para las miles de familias que han perdido a personas queridas allí: Unos 2.500 muertos si sólo contamos a los militares estadounidenses, casi la mitad que en Irak y muy lejos de los 58.000 muertos americanos en Vietnam.
*Lorenzó Milá fue corresponsal de TVE en Washington entre 2009 y 2014*Lorenzó Milá fue corresponsal de TVE en Washington entre 2009 y 2014