Las emisiones deberán tocar techo antes de 2025 para evitar los peores efectos del cambio climático
- El IPCC recomienda no construir nuevas centrales de carbón ni de gas y reducir la vida útil de las que ya están activas
- Para evitar un aumento catastrófico de la temperatura será necesario reducir el consumo de carne y los viajes en avión
Las emisiones de gases de efecto invernadero deberán alcanzar su pico máximo antes de 2025, para después reducirse y llegar a unas emisiones netas cero entre 2050 y 2075. Así lo advierte el Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), en un borrador filtrado de la tercera parte del gran informe de este panel de expertos de la ONU, adelantado por Ctxt y al que ha tenido acceso RTVE.
No habría que construir nuevas plantas de carbón ni de gas, y las actuales deberán reducir su vida útil, pasando de cerca de 40 a entre 9 y 12 años útiles, recomienda el IPCC, que apunta también a que serán necesarios cambios importantes en nuestro estilo de vida para evitar los efectos más devastadores del cambio climático. Entre ellos, propone reducir el consumo de carne en los países ricos.
La filtración del informe del Grupo III, encargado de ofrecer a los políticos de todo el mundo propuestas para abordar la mitigación del cambio climático, llega precisamente cuando sale a la luz el estudio del Grupo I, sobre las bases científicas del cambio climático. En él, los expertos alertaban de que muchos efectos del calentamiento global eran "irreversibles" y de que la humanidad era "innegablemente" responsable de este proceso.
También planteaban cinco escenarios según aumentaran, se mantuvieran o se redujeran las emisiones. En todos ellos la temperatura superará a mitad de siglo el umbral el aumento del grado y medio de temperatura global respecto a tiempos preindustriales que pretendía no superar el Acuerdo de París de 2015. Antes de 2100, los escenarios más probables suponían un aumento de entre dos y tres grados.
Reducir las emisiones para no superar el aumento de dos grados tendría un impacto en el crecimiento global de menos del 0,1%. Con unas acciones "de bajo coste", como las que propone el IPCC, se podría reducir hasta un 50% las emisiones de CO2 antes de 2030. Pero si la acción climática se retrasa hasta más allá de esa década "aumentarán los costes económicos y sociales".
El contenido del Grupo III, que recoge el conocimiento científico más avanzado hasta el momento, ofrece propuestas concretas a los 195 países que financian el IPCC. Su publicación está prevista para marzo de 2022, pero un grupo de científicos de Scientist Rebellion, parte del movimiento ecologista Extinction Rebellion, lo filtró para mostrar su preocupación por el rumbo al que se dirigen las emisiones. Estaban hartos de "la tibieza de algunas de las conclusiones de los sucesivos informes", que se vienen publicando desde 1990, señalan los autores del artículo de Ctxt, Juan Bordera y Fernando Prieto.
Reducir el consumo de carne y los viajes en avión
Para poder reducir las emisiones entre un 50% y un 80% antes de 2050, los países deben adoptar medidas como la construcción de ciudades más compactas, donde conviva el uso residencial y las actividades económicas. Debe primar el transporte público y el centrado en las personas más que en los vehículos privados, se tienen que reducir los viajes en avión y debe mejorar el sistema de reciclaje. Será necesario dejar de abusar de la calefacción y el aire acondicionado.
Sobre la alimentación, el IPCC es claro: un cambio hacia dietas con más fuentes de proteína vegetal en aquellos países donde prima el consumo de carne "supondría una reducción sustancial en la emisión de gases de efecto invernadero, además de proporcionar beneficios en la salud".
"Una dieta vegetariana puede reducir las emisiones de gases hasta un 50% respecto a una dieta media occidental", señala el informe.
Aumento de las energías renovables y de los coches eléctricos
Será necesario reducir entre un 2,2 y un 3,3% las emisiones del sector energético hasta 2050, y para ello será necesario aumentar drásticamente la producción de energías limpias. Estas, que ahora suponen menos del 40% de la producción global, tendrán que aumentar hasta el 90% a mediados de siglo.
El IPCC imagina un escenario donde primen fuentes renovables de energía y un uso puntual de combustibles menos contaminantes que el petróleo, como el hidrógeno o la biomasa en aquellos sectores más difíciles de descarbonizar.
En cuanto al sector del transporte, los científicos calculan que la mayor parte de la reducción de emisiones provendrá de la generalización del uso del coche eléctrico, donde esta tecnología ya está disponible.
Será más difícil convertir la electrificación de otros medios de transporte, como los camiones pesados, los barcos o la aviación. Para ello será más necesaria la investigación de nuevas baterías y el reciclaje de los materiales necesarios para la construcción de vehículos eléctricos.
Ciudades más densas y verdes
En un escenario de menor disponibilidad de materiales, el IPCC propone extender la vida útil de edificios, reducir los residuos en su construcción y usar materiales naturales como la madera en lugar de expandir sin planificación las ciudades.
Propone que las ciudades sean más densas, compactas y que se puedan recorrer a pie. Detalla los múltiples beneficios, además, de la instalación de parques, vegetación urbana, huertos urbanos y "techos y fachadas verdes" capaces, no solo de reducir las emisiones, sino también de mitigar el calor y mejorar la salud pública.
Los científicos creen que los mecanismos de captura de dióxido de carbono "son necesarios para conseguir emisiones netas cero". Se trata de una tecnología poco desarrollada hasta el momento.