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Coronavirus

Las clases empezarán en septiembre con más del 60 % de los adolescentes vacunados

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Cómo va la vacunación de los alumnos antes del nuevo curso

Se acerca la vuelta a las aulas en colegios e institutos y, junto al protocolo para hacer frente a la pandemia de coronavirus, el Gobierno espera contar con una "herramienta fundamental": las vacunas. Con los últimos datos que difundió la propia ministra de Educación, Pilar Alegría, más del 61,7 % de los adolescentes de 12 a 17 años cuentan con al menos una dosis de la vacuna contra la COVID, un porcentaje que baja hasta el 16 % en el caso de la pauta completa. Si se amplía al grupo definido por Sanidad de 12 a 19 años, el 63,4 % ha recibido al menos una dosis y el 18,3 % ha terminado de vacunarse.

Esto significa que cuando empiecen las clases de educación secundaria más de la mitad de los alumnos tendrán la pauta completa de la vacuna y un buen número habrá recibido al menos una dosis, de modo que habrá adquirido una protección parcial frente a la enfermedad causada por el coronavirus. Con el profesorado ya vacunado, la situación de partida será mejor que la de principios de este mes de agosto, cuando las comunidades abrían tímidamente la vacunación a los más jóvenes, el último grupo previsto la Estrategia de Vacunación contra la COVID.

Galicia, por ejemplo, ha sido de las últimas comunidades en rebajar la franja de edad para acceder a la vacunación y ofrecerla a los más jóvenes, mientras que otras como Cataluña o La Rioja fueron las primeras en administrar dosis a ese colectivo a comienzos de mes. También se ha generalizado la vacunación sin cita previa y sin distinción de grupos en otras como Baleares o Madrid, y cada vez más regiones se suman a este tipo de iniciativas.

Con estos datos, la vuelta a las clases parece completamente diferente a la diseñada hace un año -cada región elaboró un protocolo distinto con bases comunes-, cuando se temía que el regreso a las aulas fuera el desencadenante de una nueva ola de contagios. Esos temores se disiparon a las pocas semanas, cuando se comprobó que los centros educativos no eran lugares donde proliferasen los brotes, según la información remitida por Sanidad.

¿Es suficiente el grado de protección conseguido hasta el momento?

"Sí, es una muy buena cifra, teniendo en cuenta que hace pocas semanas que se puede vacunar a los mayores de 12 años", defiende el doctor Quique Bassat. El epidemiólogo y también pediatra expone que, como la gran mayoría ha recibido Pfizer y Moderna, "empezarían el cole o estarían muy cerca de empezarlo completamente vacunados", ya que recibirán el segundo pinchazo en tres semanas o un mes.

Sin embargo, hay grandes diferencias entre comunidades, como argumenta Agustín Prieto, jefe de estudios de un centro educativo de Cantabria. Su región, junto con Murcia, es una de las que menos población juvenil cuenta con la pauta completa. "Se están empezando a poner dosis y me imagino que durante esta semana se seguirán poniendo, pero los chavales no van a llegar inmunizados del todo", asegura.

Ambos ven con buenos ojos la estrategia que han seguido las autoridades sanitarias: inmunizar primero a los más vulnerables. Como apunte, Prieto hubiera estado a favor de que la vacunación se hubiera flexibilizado, "sobre todo en los tramos de edad hasta los 40 años". "Lo que pasa es que nos gustaría que la gran mayoría de los adolescentes estuvieran vacunados del todo durante el primer trimestre", coincide Bassat.

¿Llegan los docentes más tranquilos a las aulas que en el curso anterior?

Sobre la quinta ola, mayoritariamente impulsada por los casos registrados entre los menores de 30 años, Bassat, investigador ICREA en ISGlobal, ve "lógicos" los niveles de incidencia que alcanzaron -llegaron a superar los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes-. "La gran mayoría del resto de la población estaba razonablemente bien protegida por las vacunas, y en cambio los adolescentes solo han empezado a estarlo ahora y muy recientemente", recuerda.

Reconoce también que puede haber transmisión en los colegios, pero es optimista y cree que, si se mantienen las medidas de prevención, esta debería ser mínima. "Los profesores el año pasado lo hicieron súper bien, a pesar de no estar vacunados hasta la mitad del curso; asumieron muchos riesgos, y todo funcionó bien", admite.

En ese sentido, y pese a los altos índices de incidencia de los jóvenes, Prieto asegura que llega mucho más tranquilo a las aulas que hace 12 meses. "Este año sí sé lo que va a ocurrir, y vamos a seguir con los mismos protocolos que el curso pasado: la mascarilla, la toma de temperatura, los geles... Eso va a seguir igual", explica.

¿Es conveniente reducir las medidas o volver a ratios prepandemia?

En mayo, Sanidad decidió dejar en manos de las comunidades las ratios para el próximo curso, con la idea de que la docencia fuese presencial en todos los niveles educativos. La entonces ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, coincidió en que el protocolo que se aprobó era uno "vivo", y que podría ajustarse a medida que se acercara el curso.

Por el momento, según la última reunión mantenida entre Ejecutivos regionales y el ministerio, el plan continúa en marcha. Las medidas aplicadas el pasado año se mantendrán salvo algunos cambios, como la reducción de la distancia interpersonal de 1,5 a 1,2 metros. Sobre ese punto, Agustín Prieto reconoce que ese alejamiento "no se mantuvo mucho porque son adolescentes, es imposible", pero sí se consiguió un protocolo de entradas y salidas "bastante bueno".

Sin embargo, Bassat apunta a una novedad con la que no se contaba hace un año: la variante Delta, mayoritaria ya en España. "Ahora sabemos que tenemos delante nuestro una variante mucho más infecciosa y a mí me parecería arriesgado eliminar algunas de las medidas de prevención, o por lo menos aumentar el número de niños en las clases, y por lo tanto el riesgo de transmisión", sentencia.

Desde Cantabria, Prieto asegura que en su centro la ratio de alumnos se mantendrá con respecto al año anterior, con alrededor de 20 y 25 estudiantes por cada profesor, pero recuerda que este podría ser superior en los institutos más amplios. Con la reducción de la distancia social, como mucho serían uno o dos escolares más por clase.

¿Son las aulas espacios seguros?

Tanto Quique Bassat como Agustín Prieto coinciden en su respuesta: lo son. "La vuelta a la rutina servirá de dique de contención de la transmisión tan alta que hemos tenido en estas últimas semanas, o incluso meses de verano, esencialmente porque la población más joven no seguía totalmente las medidas de prevención durante este período festivo", opina el pediatra.

Por su parte, el jefe de estudios asegura que el coronavirus no tiene su origen en los institutos , sino que "se coge fuera y se lleva". "En los centros de Cantabria muy pocos casos hubo, por decir alguno, porque se controló bastante bien", resume. Según su propia experiencia, el trabajo de los rastreadores y de la figura del 'coordinador COVID' para controlar la transmisión.