El puzzle afgano de grupos yihadistas
- La amenaza del momento en Afganistán, al margen de los talibanes, es en estos días la filial en el país del Daesh
- El Estado Islámico de Jorasán se fundó en 2015, en plena expansión del 'califato' que entonces lideraba Abu Bakr al Baghdadi
Ha sido el atentado más sangriento en muchos años. Un ataque suicida en un escenario en el que miles de afganos se agolpaban. Incluso ha sido uno de los ataques más mortíferos para las tropas estadounidenses desde que llegaron: 13 soldados muertos. Públicamente, hasta los talibanes han condenado el ataque. Y horas después era el autodenominado Estado Islámico del Jorasán quien se responsabilizaba de él.
El atentado ponía de manifiesto que en Afganistán conviven muchas fuerzas yihadistas y que, al menos en apariencia, no siempre están de acuerdo. De todos los grupos, son cuatro los actores más relevantes: los talibanes, Al Qaeda, Dáesh-Jorasán y el clan o red Haqqani.
La diputada de poder entre los talibanes y el Dáesh
Su irrupción parece complicar la situación. Jorasán son la rama afgana del Dáesh y su lealtad se la debe a esa organización yihadista. Está compuesto por unos 2.000 milicianos, entre ellos árabes de Siria e Irak, a los que se unieron antiguos militantes talibanes que se cambiaron de grupo y que ahora representan el grupo de la formación.
El nombre surgió cuando Abu Bakr Al Bagdadi autoproclamó el llamado ‘califato’. Dividió el territorio en provincias o wilayat y una de ellas era Jorasán. La palabra es un término islámico con el que se denominaba al espacio que ahora comprende Afganistán y Pakistán. A las células que en 2015 le rindieron lealtad las llamaron Estado Islámico del Jorasán.
El grupo estableció su principal bastión en la región de Nangarhar, zona fronteriza con Pakistán y clave en las comunicaciones, donde esta madrugada Estados Unidos ha lanzado su primera operación de castigo tras el atentado en un ataque con dron que ha tenido como objetivo al presunto planificador de la masacre.
Durante años han luchado junto a los talibanes con un objetivo común: expulsar a las potencias occidentales y hacerse con el poder en Afganistán. Pero ahora, con la victoria talibán, parecen surgir discrepancias.
"Son disputas de poder", señala a TVE Luis de la Corte, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid experto en yihadismo. "El Estado Islámico quiere mantener o renovar el califato mundial que estableció en 2014 en Siria e Irak y los talibanes quieren crear o rehacer el Emirato islámico que crearon por primera vez en 1996".
Al Qaeda, aliado tradicional de los talibanes
Los talibanes han sido aliados tradicionales de la otra gran fuerza yihadista, Al Qaeda. Además, nunca reconocieron la autoridad del entonces autoproclamado califa y líder del Daesh, Al Bagdadi y eso provocó choques entre ellos. Algunos analistas sugieren que la cosa ha cambiado en los últimos años. El Dáesh original se enfrentó a los talibanes y perdió.
"Sus miembros fueron o aniquilados o incluso se rindieron ellos mismos al gobierno para no acabar bajo la espada talibán", ha contado a TVE el periodista y escritor especializado en Afganistán Amador Guallar.
"Según me han explicado analistas extranjeros y afganos, el Estado Islámico que hay ahora está dirigido por ex miembros de la Red Haqqani, que es una parte fundamental de los talibanes", ha añadido.
Según estas versiones, los talibanes se han hecho con el control del Jorasán y ahora lo utilizan como instrumento en la sombra.
"Este Estado Islámico es un paraguas de los talibanes para cometer los atentados y los crímenes más atroces y no salir perjudicados desde el punto de vista de las relaciones públicas", ha explicado Guallar.
Así que muchas miradas parecen dirigirse a otro actor: la red o clan Haqani. Es, según dicen muchos expertos, la clave de todo.
Pero… ¿Quiénes son?
La temida Red Haqqani
Considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, la Red Haqqanai es la organización miliciana más temida y sanguinaria de Afganistán.
Sus orígenes se encuentran en el clan de en la familia Haqqani, perteneciente a la importante tribu pastún Zandran Pasthun. Su líder era Jalaluddin Haqqani, un importante muyahidín que combatió contra los soviéticos en los años 80. Él y sus guerrilleros fueron de los que más se beneficiarion de las ayudas de la CIA durante esos años y eso les permitió establecerse como uno de los clanes más poderosos tras la huida soviética. Históricamente han estado afiliados a los talibanes y siempre han combatido juntos a ellos.
Son unos 15.000 milicianos especialmente sanguinarios, militarmente experimentados, y los responsables de la mayoría de los ataques contra las tropas extranjeras. Jalaluddin Haqqani llegó a formar parte del Gobierno talibán de los años 90.
A día de hoy tienen, incluso, representantes en su cúpula dirigente. La red la dirige Sirajuddin Haqani, hijo del temido Jalaluddin, de quien se dice que tendrá un peso importante en el nuevo gobierno.
Sin embargo, la red Haqqani es autónoma e ideológicamente más cercana a los planteamientos salafistas de Al Qaeda o Daesh. De hecho, son ellos los que hacen de puente de entendimiento entre los talibanes y estos grupos terroristas.
Todo un puzzle de grupos y organizaciones no siempre fáciles de encajar.