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Deportes

La orientación, un deporte que no para de sumar adeptos

  • Practicar esta disciplina requiere de gran forma física, técnica y mental
  • La Serranía de Cuenca ha sido escenario de la XIV Edición del Campeonato "Trofeo Quijotes"

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XIV Campeonato "Trofeo Quijotes" de orientación en Cuenca
Meta del XIV Campeonato "Trofeo Quijotes" de orientación

Brújula y mapa es todo lo que necesitan estos deportistas para moverse como pez en el agua. En España ya hay 4.000 orientadores federados, 550 de ellos en Castilla-La Mancha. Un deporte que requiere gran forma física, técnica y mental. De origen escandinavo, fue en los años 80 cuando la orientación llegó a nuestro país. Desde entonces, los amantes de este deporte no han parado de crecer.

La última cita ha sido en la Serranía de Cuenca con el XIV Campeonato “Trofeo Quijotes”. Seis pruebas, de cómputo en la liga nacional e internacional, que se han disputado del 25 al 29 de agosto en diferentes localidades: Carrascosa de la Sierra, Cueva del Hierro, Cañamares, Priego, Huerta de Marojales y Fresneda de la Sierra. Hasta 1.400 orientadores venidos de todo el país, Europa y el mundo completaron todas las plazas hoteleras de la Serranía Alta conquense.

Sin límite de edad ni forma física

Así como en otros deportes es imposible que personas con niveles distintos compitan entre sí, en la orientación no supone un problema. “Cada recorrido está adaptado y es diferente según la edad y la capacidad física de cada corredor”, explica Montse Rodríguez, directora del Campeonato “Trofeo Quijotes” de Cuenca.

Cada recorrido está adaptado a la capacidad física de cada corredor.

Un deporte que se transmite de generación en generación y en cuyas carreras podemos encontrar a abuelos y nietos compitiendo a la vez. “Es lo bueno que tiene este deporte, que es para toda la familia. Ves a gente de 75 años y a niños de 10”, sostiene uno de los participantes al llegar a meta.

Orientación en la Serranía de Cuenca

Orientadores de todas las edades compiten en Cuenca RTVE CASTILLA-LA MANCHA

Esfuerzo físico y mental

Leer el mapa y buscar balizas al mismo tiempo que se hace ejercicio físico en terrenos tan complejos como un bosque. Es tarea que obliga al orientador a mantener activos todos los sentidos.

Es una guerra contra ti mismo

Así lo explican quienes practican esta disciplina: “hay que estar muy concentrado todo el tiempo, olvidarte de que estás cansado y seguir adelante”. “Es una guerra contra ti mismo. Si tú lo haces bien, lo consigues”.

Más allá de la competición

Practicar orientación transmite valores que van más allá del deporte: desarrolla la autonomía y mejora la percepción espacial. “Nos ayuda mucho a controlar los nervios y a asumir nuestros propios errores porque es un deporte totalmente individual”, confiesa una joven orientadora malagueña. A lo que añade un participante oscense: “favorece la concentración, el tener que ir pendiente de un mapa. Aquí no gana quien más corre sino quien mejor se orienta”.

Nos ayuda a controlar los nervios y a asumir nuestros propios errores

Un deporte que se convierte en modo de vida. Así lo cree José Ramón Molina, presidente de la Federación de Orientación de Castilla-La Mancha. “Da mucha autonomía a la gente que lo practica. Nuestro lema es “pensar y correr”, pero no para orientación sino para hacer cualquier cosa”.

Competir y divertirse a partes iguales, disfrutando al mismo tiempo del contacto directo con la naturaleza. Una manera de olvidarse de geolocalizadores y otros dispositivos modernos para recorrer bosques exclusivamente con un mapa y una brújula.