Vuelta al trabajo y al cole con el margen de las vacunas pero la incertidumbre de la variante delta
- España acaba de abandonar el riesgo extremo y de llegar al objetivo inicial del 70 % de vacunados con doble pauta
- Los expertos piden estar vigilantes por la variante delta y algunos recomiendan ya la tercera dosis en mayores de 65 años
España encara el regreso de las vacaciones y la segunda vuelta al cole en plena pandemia por debajo de la incidencia de 250 casos que marca el umbral de riesgo extremo -en el que ha permanecido desde el 7 de julio hasta este mismo lunes 30 de agosto- y con dos variables distintas a las de septiembre del año pasado: una positiva, la alta cobertura de vacunación con el 70 % de la población con doble pauta; y otra negativa, la incertidumbre por la variante delta -mucho más contagiosa-, que puede todavía provocar repuntes de contagios y que obligará a estar vigilantes para ajustar las medidas de prevención y las restricciones en caso necesario, según los expertos consultados por RTVE.es.
Inmersa todavía en la quinta ola, cuyo pico se alcanzó en a finales de julio con una tasa de más de 700 contagios por 100.000 habitantes en 14 días, el país se mantiene en riesgo alto (234) aunque con un claro retroceso de los contagios -a medida que ha ido avanzando la inmunización de los más jóvenes- y una caída también de las hospitalizaciones y los fallecidos a pesar de haber notificado este mismo martes la cifra más alta de muertos en términos absolutos desde mayo (194). A pesar de este récord la situación no es equiparable a la de entonces porque el pico de incidencia de la cuarta ola fue casi tres veces inferior. Es decir, la letalidad de la quinta es menor porque fallece menos proporción de contagiados gracias a las vacunas.
Actualmente hay unas 6.800 personas ingresadas en los hospitales, de las cuales unas 1.600 están en la UCI con una ocupación que ronda el 17 % de las camas de cuidados intensivos. Son cifras lejanas a los casi 30.000 pacientes COVID que llegaron a estar ingresados a la vez tras la tercera ola de Navidad, cerca de 5.000 de ellos en las UCI a principios de febrero.
"El problema más allá de la vuelta al trabajo es la vuelta a entornos en los que no estás. Cuando uno se va de vacaciones suele haber un aumento de transmisión porque cambia el grupo con el que tienes relación a un entorno completamente nuevo en el que cada uno viene de un sitio diferente y eso vuelve a pasar un poco cuando vuelves después de vacaciones", explica la presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología, Elena Vanessa Martínez.
En este sentido, esta epidemióloga cree que "es posible que pueda haber un riesgo de que aumente un poco la transmisión" en las próximas semanas de la mano de la variante delta, pero subraya que no le gusta hacer predicciones con "un virus que nos ha sorprendido a todos". Lo que es "muy importante es que empezamos a tener unas coberturas de vacunación muy grandes y eso no solo protege de la transmisión en sí misma, sino que provoca que sea más fácil parar la transmisión", añade Martínez.
La incertidumbre de la variante delta en las escuelas
El pediatra y epidemiólogo Quique Bassat, coordinador del Grupo de Trabajo de la Asociación Española de Pediatría (AEP) para la Reapertura de la Escolarización, señala que la existencia de una "variante mucho más infecciosa [la delta] añade una cierta incertidumbre a la ecuación de la transmisión en las escuelas, pero que también es verdad que para contrarrestarla tendremos a un segmento muy importante de los estudiantes vacunados, además de los profesores", a diferencia del curso pasado.
Bassat pronostica que "es muy probable que en los primeros días se detecten casos y haya cierta alarma" pero que igual que ocurrió el año pasado espera que estos contagios se puedan aislar y no den lugar a contagios secundarios. En cualquier caso señala que, si hubiera más transmisión de lo esperable, habría que replantearse las medidas actuales.
La AEP en su documento de mayo con recomendaciones para el nuevo curso -cuando aún no se había producido la quinta ola- planteó la posibilidad de reducir la distancia entre alumnos de 1,5 metros a 1,2, que finalmente han adoptado el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas. Pero lo que parecía "razonable" hace cuatro meses ya no lo es tanto con la variante delta y, en ese sentido, Bassat sostiene que "no se debería haber cambiado absolutamente nada" de las medidas del curso pasado de momento hasta ver qué ocurre con la delta.
El riesgo de la reducción de la inmunidad de las vacunas
Para la inmunóloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Matilde Cañelles, el "principal riesgo" de este regreso al día a día tras las vacaciones de verano son las personas mayores que fueron vacunadas al principio de la campaña y que ahora pueden estar menos protegidas "porque cada vez hay más evidencia de que esa inmunidad adquirida va reduciéndose con el tiempo".
"El peligro que yo veo es el contacto de niños [sin vacunar por no tener aún los 12 años], que están yendo al colegio y entre los cuales se puede transmitir el virus, con personas mayores como los abuelos. Por ahí veo yo una posible vulnerabilidad", destaca Cañelles, que defiende administrar ya la tercera dosis a los mayores de 65 años.
Esta investigadora del CSIC recuerda, además, que las personas vacunadas pueden transmitir la enfermedad de forma asintomática y que esta circunstancia junto a una variable delta mucho más transmisible y contagiosa ha hecho que el inicial objetivo de inmunizar al 70 % para alcanzar la inmunidad de grupo haya quedado obsoleto.
"Vacunar, vacunar y seguir vacunando"
"Lo más importante y lo más urgente es, primero, poner ya la tercera dosis a los mayores de los 65 años, ya que se tiene suficiente evidencia de que es necesario; lo segundo, no relajarse con las medidas y concienciar a las personas de que aunque estés vacunado puedes seguir transmitiendo el virus, así que debes protegerte no solo por ti sino por lo que tienes alrededor, sobre todo si son personas mayores o vulnerables; y tercero, vacunar, vacunar y seguir vacunando", resume Cañelles.
La presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología también incide en seguir vacunando. "No hay que ponerse un límite. Hay que llegar al máximo posible de la gente que quiera vacunarse e intentar que no existan burbujas de personas susceptibles", porque si aumenta la transmisión es más fácil que el virus llegue a población vulnerable.
Mientras tanto, añade Martínez, se trata de "intentar volver a una vida lo más parecida a lo que teníamos antes, intentar no desmadrarnos. Esto no ha terminado, pero evidentemente no podemos seguir cerrados y dejar que se paralice el mundo. Hay que intentar un equilibrio razonable con la suficiente contención de las actividades que puedan suponer un riesgo".
Ventilación y medidores de CO2 en las escuelas
La imagen de escuelas e institutos con las ventanas abiertas de par en par se repetirá un curso más. La ventilación de los espacios interiores, como las aulas, es clave para reducir el contagio del SARS-CoV-2 por aerosoles -secreciones menores a 100 micras- que pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas y ser inhaladas incluso después de que la persona con el virus ya no esté en el mismo espacio.
El anexo sobre ventilación del documento sobre Medidas de Prevención, higiene y promoción de la salud frente a la COVID-19 para centros educativos en el curso 2021-2022 [.pdf] de los ministerios de Sanidad y Educación habla de ventilación natural, abriendo puertas y ventanas opuestas para favorecer la circulación cruzada del aire; de la ventilación mecánica, con equipos extractores que ayuden a renovar el aire; de medidores de CO₂ y de filtros HEPA para purificarlo.
"Está demostrado que la transmisión por el aire es uno de los medios de contagio más importante, por lo que se debería tomar tres frentes de medidas: primero la aireación exhaustiva, pero también tener en cuenta que luego vendrá el invierno y no se podrá tener la ventana abierta todo el tiempo con tanto frío, así que se debería tener ya en las aulas no solo filtros HEPA sino medidores de CO₂, de manera que en cuanto suma el nivel de dióxido de carbono, abres y ventilas. Esos tres frentes deberían ser suficientes para mantener la transmisión muy baja", explica la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles.
El pediatra y epidemiólogo Quique Bassat, consciente de la dificultad de implementar sistemas de ventilación en edificios escolares antiguos por su elevado coste, insiste en la necesidad de contar al menos con medidores de CO₂ en las aulas para tener una "indicación indirecta de cómo de bien o mal se está ventilando un aula".