Muere Olatz Vázquez, la periodista que relató y retrató su cáncer a través de las redes sociales
- La joven, también fotógrafa, ha fallecido a los 27 años como consecuencia de un cáncer gástrico
- Desde que conoció su diagnóstico, que se retrasó debido a la pandemia, narró su evolución y reivindicó más investigación
La periodista y fotógrafa vizcaína Olatz Vázquez ha fallecido esta madrugada como consecuencia del cáncer gástrico que se le diagnosticó en 2020. Tenía 27 años y una sensibilidad desbordante que la llevó a relatar y retratar su enfermedad en redes sociales.
Sus ojos, sus palabras y el objetivo de su cámara le valieron para expresar de una manera artística un dolor que es el de muchos y visibilizar todas las aristas de una enfermedad de la que nadie está libre.
Lo hizo de manera realista, e incluso cruda, utilizando la escritura y la fotografía como una suerte de terapia. Canalizó la preocupación por una vía creativa hasta convertirse en un icono. Un icono, no de luchadora ni de guerrera, sino de amante de la vida hasta el extremo; de mujer impermeable a los tabúes y a los maquillajes verbales, a quien este viernes lloran numerosos seguidores y compañeros de profesión en esas mismas redes sociales que acogieron sus reflexiones.
Denunció que la COVID-19 retrasó su diagnóstico
Olatz, que a lo largo de su carrera colaboró en medios como XL Semanal Cadena SER, Vogue o El País, compartió en junio del pasado año su diagnóstico y denunció en varias ocasiones que la COVID-19 lo había retrasado, como le ha podido ocurrir a otras muchas personas durante la pandemia.
“Jamás pensé que diría esto, pero tengo cáncer. Cáncer de estómago. Todavía me cuesta escribirlo, más leerlo, pero sé que es parte del proceso: la aceptación y la normalización de vivir con una enfermedad grave. (...) Quería compartir este momento con vosotros porque mi mayor inspiración para fotografiar es mi vida, y mi vida ahora es esta”.
La joven explicó en sus redes que llevaba un año yendo al médico porque no se encontraba bien, sin que su malestar resultara algo "relevante" para quienes la atendieron. Tres meses antes del diagnóstico, le comunicaron que la gastroscopia se retrasaría "debido a la alerta sanitaria" y le pidieron que no se preocupara porque no tendría "nada grave".
Cuando llegó al fin la gastroscopia su resultado reveló varias úlceras tumorizadas en su estómago: "Sé que parte de mi 'mala suerte' viene de tener que haber vivido esta enfermedad grave en mitad de una pandemia. La COVID-19 está ahí, pero el cáncer también, y un diagnóstico precoz es la mejor cura para esta enfermedad", escribió en Twitter.
La Sociedad Española de Oncología Médica alertó en febrero de este año de que 1 de cada 5 casos de cáncer no han sido detectados durante la primera ola de la pandemia.
"La vida te cambia en apenas tres segundos"
Tras ese diagnóstico, Olatz supo de pronto que "la vida te cambia en apenas tres segundos", como ella misma escribió, y que sus días tenían que convertirse en "eternos domingos" que dedicar a su pasión, la fotografía.
Lo que no vio venir quizá es que su complicada vivencia acabaría adquiriendo valor explicativo, aclarativo y reivindicativo en muy poco tiempo.
"2 de agosto. A pesar de que mi oncóloga me dijera que con esta quimioterapia no se me iba a caer el pelo, pasé días viendo cómo mi melena desaparecía. Yo la agarraba con todas mis fuerzas y le pedía por favor que dejara de caerse", escribió en uno de sus tuits.
"Me quiero cuando tengo miedo y cuando no"
Entre su torrente de reflexiones e imágenes tomadas en hospitales también hay bailes, sonrisas, fotos de atardeceres y esperanza compartida. Después, vuelta a los resultados negativos, al miedo y la ansiedad hasta que vuelve a haber señales de mejora. Es el relato vivo del vaivén y la incertidumbre ligada al cáncer.
"A veces me abrazo y me digo lo mucho que me quiero. Lo mucho que quiero a mi pequeño y huesudo cuerpo. Lo mucho que quiero a mi pelo corto, mis uñas resquebrajadas y mi vientre inflamado. Me quiero en mis días de bajón, en mis días de 'no puedo más', en mis días de dolor. Me quiero cuando tengo miedo y cuando no. Me quiero ahogada en mis lágrimas y en mi risa escandalosa. Me quiero en mis días de lucha y en los de derrota. Me quiero en mis inseguridades y en mi fortaleza. Me quiero, a pesar de todo, a pesar de nada. Me quiero.", escribió en enero de este año.
"No quiero que me llamen guerrera, quiero más investigación"
En un tuit publicado el pasado 19 de agosto contó que estaba pasando unas semanas "muy difíciles" tras haber tenido que ingresar en el hospital en cuatro ocasiones.
Meses atrás, en el Día del Cáncer, compartió un texto en el que decía no que quería "palabras de aliento ni de compasión". No quería que la llamaran "guerrera, luchadora o campeona" ni la "ley no escrita de que si tienes cáncer tienes que ser positivo".
"Yo lo único que quiero es curarme, y para eso quiero que se destine más dinero a buscar curas para todo tipo de cáncer (...) Yo lo que quiero es más investigación para poder seguir viviendo".
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