Los últimos obstáculos en la carrera por la vacunación: negacionistas, desmotivados e indecisos
- Llegar a una cobertura vacunal del 90% se antoja muy complicado, incluso aunque se incluya a los niños
- Coronavirus: última hora | Curva por comunidades | Hospitales y UCI | Mapa mundial
- Guía de restricciones | Vacunas en España | Vacunas en el mundo | Especial: La gran vacunación
La campaña de vacunación contra la COVID-19 en España está siendo un éxito. Después de alcanzar el 70% de población con la pauta completa, el nuevo horizonte en el punto de mira es aumentar esta cobertura hasta el 80% e incluso el 90%, pero se trata de un objetivo muy difícil de lograr, incluso si finalmente se autoriza la administración de estas vacunas para menores de 12 años.
El mes de agosto ha supuesto un descenso importante en los pinchazos, aunque los especialistas prevén que se recuperarán los niveles previos al verano, lo que no impide que inevitablemente el ritmo de vacunación se vaya reduciendo con el paso de las semanas. Así lo ha asegurado en RNE Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología: "El ritmo se tiene que reducir porque hay menos espectro al que vacunar".
A estas alturas de la campaña de vacunación, las personas adultas que quedan sin inmunizar en España podrían englobarse dentro de unos perfiles muy definidos. El primero es el de los negacionistas, que está muy relacionado con el fenómeno antivacunas. Se trata de un grupo cuyas convicciones tienen una base más emocional que racional, por lo que resulta difícil que cambien de postura, aunque los especialistas indican que los mayores esfuerzos hacia ellos se tienen que centrar en desmentir bulos y miedos infundados. "Trasladarles el discurso científico, el único válido, que ha posibilitado que la sociedad avance y que mejore el nivel de salud de la ciudadanía", asegura García Rojas, quien cree que "terminarán entendiéndolo".
Afortunadamente, a pesar de su fuerte presencia en redes sociales, en la vida real la influencia de estos grupos es "marginal", tal y como define Jaime Jesús Pérez, también de la Asociación Española de Vacunología. Según explica este experto, mientras que en otros países, como Francia o Alemania, están más extendidos, en España "no hay movimientos antivacunas", y opina que entre aquellos que todavía no se han vacunado la razón no es que estén en contra de la inyección, sino más bien "que no tienen prisa".
Este sería el segundo de los perfiles: el de los perezosos o aquellas personas que no han encontrado la motivación suficiente para vacunarse, que se corresponde mayoritariamente con los grupos de menor edad. Cuanto más joven, menor percepción de riesgo, y mayor desgana a la hora de vacunarse. No es casual que comunidades autónomas como Asturias, Galicia o Extremadura, con poblaciones más envejecidas, tengan también la tasa más alta de personas vacunadas.
Infectados recientes e indecisos
Además, esta quinta ola de la pandemia en España se ha caracterizado por un contagio desbocado entre los grupos más jóvenes, que en muchos casos tendrán que esperar varias semanas antes de poder recibir la vacuna, lo que contribuye a una menor cobertura en estas franjas de edad. Y no hay que olvidar a los miles y miles de personas que siguen teniendo dudas con respecto a las vacunas y sus posibles efectos secundarios, aunque sin llegar a la ceguera negacionista. Quienes, a pesar de la evidencia científica, siguen pensando que el riesgo por ponerse la vacuna supera a su beneficio.
También hay que tener en cuenta que la vacunación de los grupos más jóvenes ha coincidido con el verano, lo que ha podido influir en la ralentización del ritmo. Desde julio se vacuna a los treintañeros, poco después empezó la administración de dosis a veinteañeros y los jóvenes de 12 a 19 comenzaron a recibir las primeras dosis a principios de agosto.
Según los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad, casi un 40% del grupo de edad de 12 a 19 años ha recibido la pauta completa (39,4%), aunque se espera que este porcentaje aumente mucho en las próximas semanas, cuando los jóvenes de esta franja completen la pauta (un 74% ya ha recibido la primera dosis), algo que se estima muy importante ya que coincidirá con el inicio del curso académico, una de las pruebas de fuego que marcarán el devenir de la pandemia durante este otoño/invierno. En el grupo de 20 a 29 años, el 63,1% ha recibido ya la pauta completa; mientras que en el grupo de 30 a 39 años, lo ha hecho un 68,7%.
Por encima de ellos, ya con cifras que se acercan o sobrepasan el nuevo umbral estimado para alcanzar la inmunidad de rebaño, un 83,9% del grupo de 40 a 49 años ya tiene la pauta completa, un 92,2% en el grupo de 50 a 59 años, un 95,8% en el de 60 a 69 años, un 98,5% en el de 70 a 79 años, y un 100% técnico por encima de los 80 años.
Otro de los horizontes es la inmunización de los menores de 12 años, si finalmente se aprueba. Lo que a estas alturas parece claro es que no se podrá alcanzar la inmunidad de grupo sin incluir a los más pequeños, quienes, aunque apenas sufren los efectos graves de la COVID-19, sí que se han revelado como importantes vectores de contagio. "No creo que haya muchos padres reticentes, porque la mayoría de los padres ya se han vacunado", asegura al respecto el presidente de los vacunólogos españoles, Amós García Rojas