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'Vuelta al cole'

Alternativas saludables a las meriendas escolares y otros consejos nutricionales de los expertos

  • Los zumos, galletas o batidos que suelen llevan los niños al 'cole' a menudo esconden un pésimo valor nutricional
  • Los especialistas en nutrición proponen a las familias optar por productos más naturales y reducir el nivel de azúcar

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Una niña prepara la merienda que llevará al colegio.
Una niña prepara la merienda que llevará al colegio.

Las meriendas escolares no suelen ser, en líneas generales, "nada saludables". Lejos de estar basadas en fruta fresca, cereales integrales o lácteos sin azucarar, lo más habitual es que los niños lleven al 'cole' un paquete de galletas o un bocadillo con pan blanco y embutido para comer, y un zumo o un yogur líquido para beber, sin saber que esconden un pésimo valor nutricional.

Si se trata de buscar culpables, habría que señalar a la falta de información por parte de las familias, a un 'marketing' brillante que a menudo "vende" como saludables productos que no lo son y al hecho de que la nutrición siga siendo una "asignatura pendiente" dentro de los currículos escolares.

Así lo aseguran a RTVE.es varios especialistas en nutrición infantil consultados, quienes, de cara a la inminente 'vuelta al cole', piden a los padres y madres revisar las etiquetas nutricionales antes de comprar los productos que tomarán sus hijos a lo largo del día. Concretamente, llaman a prestar especial atención a las meriendas escolares por ser, dicen, una de las comidas en las que más arraigo tienen los hábitos alimentarios menos recomendables.

Evitar zumos, batidos, galletas o bocadillos con pan blanco

"En general, las meriendas no son nada saludables. Solo tienes que irte a la salida de un colegio y mirar las bolsas de basura que hay alrededor y ver que peladuras de plátanos hay pocas. Acaban siendo envases de yogur bebido, batidos de chocolate, zumos, bolsitas de galletas, de patatas…", lamenta la nutricionista Patricia Nevot, que trabaja en el centro Júlia Farré y forma parte del grupo de especialización en Nutrición Pediátrica de la Fundación Española de Dietistas y Nutricionistas.

Ella considera que, en ocasiones, es el agitado ritmo de vida de los padres lo que les lleva a elegir productos "fáciles" y que gustan mucho a los niños. Otras veces es la falta de información y de conocimiento nutricional lo que les lleva a creer que los niños están tomando un producto sano la hora de la merienda, sin que sea así.

Nevot pone como ejemplo los yogures líquidos, mencionando una marca muy conocida: "Se lo dan creyendo que es un lácteo y que es sano porque lleva calcio y en realidad lo que le están dando es un chute de azúcar. Lo mismo pasa con todos los zumos, que, aunque sean sin azúcares añadidos, no son saludables", recalca Nevot.

Sobre esto último, la doctora Rosaura Leis, coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, recalca que "una de las principales fuentes de azúcares libres son las bebidas azucaradas, ya sean zumos, batidos o refrescos" e insiste en que la bebida de los niños en los colegios "debe ser el agua".

Del mismo modo, hay que huir al máximo de "alimentos ricos en grasas saturadas y trans, como la bollería" y aumentar el consumo de frutas naturales y sin licuar. Cuanto menos procesados sean los productos, mejor, indica Leis.

Nevot agrega, por su parte, la recomendación de optar preferiblemente por panes de harinas no refinadas para los bocadillos. Es decir, mejor un 'bocata' con pan integral que un sándwich elaborado con pan de molde 'blanco'.

Alternativas a las meriendas escolares más comunes

Cambiar los hábitos alimenticios puede ser más sencillo de lo que parece, aseguran los expertos. Estos son algunos cambios que proponen respecto a las meriendas escolares:

Una pieza de fruta y una botellita de agua, en lugar de un zumo

Un bocadillo de pan integral con atún, en vez de un bocadillo de pan blanco con embutido

Patés vegetales como hummus o guacamole, en lugar de patés de origen animal industriales

Triángulos de maíz horneados y sin sabores añadidos, en lugar de patatas fritas

Frutos secos naturales y tostados, como nueces o avellanas, frente a los paquetes que incluyen frutos secos variados que son fritos o que llevan mieles y azúcares

  • Repostería casera (puntualmente), mejor que bollería industrial. Se puede usar plátano maduro para endulzar y evitar así el azúcar, e incluir frutos secos.

Educar tanto la cabeza como el paladar

Los especialistas también inciden en la importancia de "educar" y "acostumbrar" la cabeza y el paladar de los niños a una dieta saludable.

En palabras de Leis, una nutrición saludable "empieza desde antes del nacimiento", cuando la mujer está embarazada, y debe continuar en las siguientes etapas y muy especialmente cuando los menores se incorporan a la mesa familiar y adquieren de su entorno los hábitos de alimentación.

"Los alimentos procesados tienen sabores más fuertes. Por eso, cuando los niños se acostumbran al dulzor de las galletas o de yogures azucarados después rechazan sabores naturales como el de la fruta o el de un yogur natural, que son menos intensos. Es conveniente educar el paladar desde cero para que cuando sean mayores no haya que reeducar, porque entonces costará mucho más", añade Nevot.

Es conveniente educar el paladar desde cero

El último informe EsNupi (el primer estudio realizado de forma representativa en población infantil española de entre un año hasta menos de 10 años para describir patrones dietéticos y de los estilos de vida), advierte de que los niños españoles deberían reducir el consumo de alimentos apetitosos e hipercalóricos, como bollería, repostería o aperitivos.

Y tampoco son buenos los datos del informe Aladino más reciente, relativo a niños y niñas de entre 6 y 9 años. Este estudio revela que un 40,6% de escolares tiene exceso de peso. De estos, el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad, cifras que se agravan en el caso de familias con rentas más bajas.

Por eso, los pediatras y nutricionistas piden revertir la tendencia cuanto antes y animan a las familias y a los centros educativos a reforzar los buenos hábitos alimentarios entre los niños y adolescentes.

La nutrición sigue siendo, además, "una asignatura pendiente dentro del currículo escolar", como lamenta Leis: "Es importante que el niño aprenda a elaborar un menú, que sepa de dónde procede un alimento y cuál debe formar aparte de su dieta diaria. Falta más educación en estilos de vida saludables".