Los talibanes cumplen tres semanas en el poder sin un Gobierno a la vista
- Las organizaciones de derechos humanos advierten que la falta de un Gobierno está agravando la crisis humanitaria
- Los talibanes han garantizado que su Gobierno será "inclusivo", en el que todas las etnias y tribus estarán representadas
Los talibanes cumplen este domingo tres semanas en el poder en Afganistán y todavía no han anunciado la formación de su nuevo Gobierno, mientras la población trata de volver poco a poco a la normalidad en medio de las advertencias de organizaciones de derechos humanos de la crisis humanitaria a la que se enfrenta el país.
Los talibanes tomaron el control de casi todo Afganistán con la conquista de Kabul el pasado 15 de agosto, y desde entonces se espera el anuncio de quiénes serán los próximos dirigentes del país, algo que ocurrirá en los próximos días, según los islamistas. "Los preparativos para el anuncio del nuevo gobierno y gabinete están en marcha", ha escrito en su cuenta de Twitter el subjefe de la comisión cultural de los talibanes, Ahmadullah Wasiq.
A la espera de la formación de un nuevo Ejecutivo, en el que los talibanes garantizaron que será "inclusivo" y en el que todas las etnias y tribus del país estarán representadas, el país trata de volver tímidamente a la normalidad.
Así, se han reanudado los vuelos nacionales, paralizados desde la victoria talibán el pasado 15 de agosto, con el aeropuerto de Kabul operando únicamente vuelos de evacuación hasta el pasado lunes, fecha en la que salieron del país las últimas tropas estadounidenses.
Aunque por el momento solo se han reanudado los vuelos nacionales, las aerolíneas esperan volver pronto a la normalidad y empezar a operar aviones privados e internacionales.
Reabren la bolsa de valores y los bancos
Además, ha vuelto a abrir Shahzada, la bolsa de valores más grande del país. Igualmente, unos pocos bancos de la capital se encuentran operativos, lo que ha provocado que se formen largas colas en las que hay que esperar horas para sacar un máximo de 200 dólares a la semana, un límite que ha sido impuesto por las autoridades para hacer frente a la crisis de liquidez que afronta el país.
Las tiendas de alimentación y los principales mercados comerciales están abiertos, aunque apenas reciben clientes debido a la frágil situación económica; por su parte, los sectores de la salud, la seguridad y el transporte público siguen funcionando.
Y mientras las escuelas primarias para niños están operativas, la mayoría de establecimientos e instituciones públicas y las escuelas de secundaria para niños y niñas permanecen cerradas desde la conquista de los talibanes.
En medio de esta tímida reapertura de servicios, varias organizaciones de derechos humanos han advertido que la falta de un Gobierno está agravando la crisis humanitaria que arrastra Afganistán desde hace décadas.
La ONU seguirá ayudando a los civiles que lo necesitan
En este sentido, los talibanes garantizarán la seguridad del personal humanitario de la ONU y facilitarán su trabajo para suministrar ayuda a la población, según ha informado la organización tras un encuentro mantenido en Kabul entre un alto cargo y el mulá Abdul Ghani Baradar.
El jefe humanitario de Naciones Unidas, Martin Griffiths, se ha entrevistado en la capital afgana con el cofundador de los talibanes, a quien los rumores señalan como próximo presidente, y ha reiterado el compromiso de la ONU de seguir facilitando apoyo a los civiles que lo necesitan.
Además, la ONU ha asegurado que los líderes talibanes han prometido que "se garantizará la seguridad del personal humanitario y el acceso a las personas necesitadas" y que los "trabajadores humanitarios, tanto hombres como mujeres, tendrán libertad de movimiento".
"Los talibanes carecen de capacidad y conocimientos para dirigir un país"
"Tras tres semanas, todo el sistema en Afganistán está paralizado. Los talibanes carecen de capacidad y conocimientos para dirigir un país. Pensaron que Afganistán es la misma de 1996, cuando asumieron el poder. No lo es", ha denunciado en su cuenta de Twitter la directora adjunta regional de Amnistía Internacional (AI), Samira Hamidi.
La activista ha dicho que el país vive una grave crisis humanitaria, con civiles sin trabajo ni salarios y en donde muchos tienen que vender sus pertenencias para poder comprar alimentos, que pronto empezarán a escasear, y ha señalado que la falta de un gobierno en el país dificulta las labores humanitarias, ya que "las oficinas gubernamentales, las ONG y organizaciones de mujeres siguen cerradas".
En este sentido, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha informado en su cuenta oficial de Twitter que "los mercados, los sistemas de transporte local y muchas clínicas privadas no son completamente funcionales" en la provincia de Khost, situada en el este de Afganistán.
"No hay noticias sobre quién hará qué. No hay noticias sobre una Constitución, leyes, o estructuras (...) la gente quiere normalidad", ha defendido Hamidi.