Madrid se reencuentra con el libro: menos aforo y buenas expectativas
- La organización espera un éxito de pese a la reducción de aforo: solo 3.900 asistentes al mismo tiempo
Al fin, la Feria del Libro de Madrid. Tras suspenderse en 2020 y mover sus tradicionales fechas de finales de primavera a finales de verano en 2021, el 10 de septiembre comienza “la feria del reencuentro”, una edición que, epidemiológicamente, puede considerarse ya un éxito en su elección temporal: las puertas abrirán con más del 70% de población vacunada y la incidencia bajando.
En un día cualquiera de la feria de 2019, durante una hora punta, por el recinto de la feria del Parque del Retiro paseaban por las casetas entre 30.000 y 40.000 personas. La gran diferencia de 2021 será el control de aforo: 3.900 personas al mismo tiempo como máximo. ¿Una feria diezmada? Ni mucho menos. La organización espera que las cifras de ventas prácticamente alcancen las de 2019 (10 millones de euros de venta y 550.000 ejemplares vendidos) y la artillería será la de siempre: 320 casetas, 480 sellos (o más de 1.000 si se suman la aportación de los distribuidores).
“De todas las ediciones de la historia de la Feria, es una de las más queridas y esperadas. El sector lo ha pasado mal y era una demanda del sector, pero también de la sociedad lectora”, opina Manuel Gil Espín, director de la Feria del Libro de Madrid. “La gente hablaba en las redes de la ‘feria de la esperanza’, del reencuentro de con el parque, los libros y los autores: volver a la normalidad”, explica para RTVE.es.
El optimismo tiene bases sólidas. El barómetro de hábitos de lectura de 2020 reflejó que durante la pandemia se leyó más que nunca, las editoriales cerraron el año cumpliendo objetivo pese a los tres meses de encierro y, aún más, las librerías han resistido el envite.
La inercia continúa en 2021. “La gente ha consumido en cantidades increíbles, más que nunca. Se ha generado una gran bolsa de ahorro familiar. Gran parte de este consumo está yendo al consumo cultura. Creo que la feria se puede beneficiar de este viento de cola”, explica Gil Espín.
El tapón editorial de lanzamientos que provoco la pandemia se ha desatado además en septiembre, con una avalancha de lanzamientos potentes cuyos autores, muchos de ellos presentes en la feria. “Con el tema de le feria de septiembre, me consta que muchas editoriales han lanzado sus libros en verano para que estén en la feria, lo cual es muy positivo”. Incluso la climatología, con menos calor y quizás menos días de lluvia puede jugar a favor. El público podrá consultar en la página de la web de la Feria el número de asistentes dentro del recinto en tiempo real, para poder así programar su visita.
Colombia, país invitado con 37 autores y polémica incluida
La edición 80 se abre a Colombia, una de las potencias de industria editorial Latinoamericana: "Hay una disonancia en la reciprocidad del conocimiento cultural: Vas a cualquier país de Latinoamérica y conocen perfectamente a nuestros autores, editoriales, librerías. Nosotros desconocemos todo de ellos y en la feria se va a encontrar una oferta importante.
En un acto la semana pasada, el embajador de Colombia en España, Luis Guillermo Plata, afirmó que prefería que "una feria literaria" no se convirtiera "en una feria política, ni para un lado ni para el otro" y que al seleccionar los autores colombianos que acuden "se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”. La 'neutralidad' levanto ampollas y escritores como Santiago Gamboa se han preguntado si el gobierno de Iván Duque veta autores por su significancia política.
Pese a que no le compete, Gil Espín defiende la calidad de la selección y evita la polémica." Siempre que se hacen listas hay problemas. Tener 37 escritores y escritoras colombianas es un éxito. Darío Jaramillo, que es el gran poeta colombiano, pronunciará la conferencia inaugural. Tenemos a Jorge Franco, Margarita Valencia, Pilar Quintana... Falta alguien, bien, esto ocurre en todas la ferias. Es una decisión soberana de Colombia en la que ni entramos ni salimos, pero los 37 autores son un lujo, con independencia de que la expresión (del embajador) hubiera podido ser otra".