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Cataluña

La primera Diada tras los indultos llega con un Govern dividido a las puertas de la mesa del diálogo

  • La cita se produce después del choque entre el Govern y el Ejecutivo central ante el fracaso del proyecto de El Prat
  • Las diferencias entre ERC y Junts aumentan: Esquerra en contra del plan para El Prat y a favor del diálogo y JxCat justo al revés

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Diada de Cataluña
Imagen de archivo de la celebración de la Diada de Cataluña

"Luchemos y ganemos la independencia" es el lema con el que el soberanismo saldrá a las calles de Cataluña este sábado con motivo de la Diada. Es la primera que se celebra tras los indultos del ‘procés’, la segunda en pandemia y llega en pleno choque entre el Ejecutivo central y la Generalitat por el fracaso de las inversiones en el aeropuerto de El Prat (Barcelona). La ANC busca presionar con las movilizaciones al Govern (en concreto a ERC) para pasar a la vía unilateral a pocos días de que se retome la mesa de diálogo con el Gobierno central la próxima semana, como también piden JxCat y la CUP. Así, Pere Aragonès se estrena como 'president' este 11S en el foco de todas las miradas.

Con casi el 70% de la población vacunada con pauta completa, la ANC ha convocado manifestaciones de corte más clásico y con recorrido, a diferencia del año pasado, con las que busca acercarse a afluencias de tiempos pasados.

La celebración de la Diada de Cataluña lleva años sirviendo como termómetro del independentismo en las calles, pero el año pasado se vio afectada en gran medida por el coronavirus, limitándose a movilizaciones estáticas, acotadas y descentralizadas. Pero la de este sábado será una “manifestación de toda la vida”. El punto de partida será la plaza de Urquinaona de Barcelona, donde se produjeron disturbios durante las protestas por la sentencia del 'procés' en 2019. La marcha arrancará a las 17.14 horas y terminará en la Estación de Francia, donde estará ubicado el escenario, sin dejar de pasar por la Jefatura Superior de Policía de la Vía Laietana.

El soberanismo llega a esta Diada apoyándose en el más del 50% de votos independentistas que lograron en las urnas el pasado 14 de febrero, pese a la baja participación y que el PdeCat finalmente se quedó fuera del Parlament, con lo que solo el 48% de votos soberanistas quedó representado en la Cámara catalana.

Ahora, busca reafirmarse en las calles después de la caída de la afluencia en los últimos años prepandemia. Incluso en 2019, cuando se esperaba la inminente sentencia del ‘procés’, la Guardia Urbana de Barcelona cifró la asistencia en unas 600.000 personas, nada que ver con el 1,8 millones de 2014, año de la consulta del 9N.

¿Tendrán efecto los indultos en la movilización?

Pero de las elecciones hace ya casi siete meses en los que el Gobierno concedió los indultos a los líderes del 'procés' y está por ver si la medida de gracia ha apaciguado o no en cierta manera al independentismo en la calle, que en los últimos años ha enarbolado la "libertad" con una de sus banderas. Precisamente, esta será la primera Diada en la que el líder de ERC, Oriol Junqueras, pueda participar de forma pública desde que fue encarcelado en 2017.

Los dos partidos del Govern, ERC y Junts, junto con la CUP, llevan desde junio desligando los indultos de su meta independentista e insisten en la autodeterminación para Cataluña y en la amnistía. Pero aunque las formaciones soberanistas llegan en mayor sintonía que el año pasado a la Diada (cuando el entonces 'president' Torra había dado por roto el Govern por la falta de "confianza" en ERC), mantienen profundas diferencias respecto a cómo lograr sus objetivos, que se hacen más patentes en pleno conflicto con el Gobierno por El Prat y a pocos días de que se retome la mesa de diálogo.

Respecto a El Prat, tanto Aragonès como el Gobierno han descartado que vaya a condicionar la mesa de diálogo, aunque ambos se culpan mutuamente del fracaso de las inversiones y el 'president' ha sido muy duro hablando de "chantaje". Pero el choque no es solo entre ambas administraciones sino en el propio Govern. ERC es contraria al proyecto del Gobierno respecto al impacto medioambiental que podría tener, mientras que JxCat ha estado siempre a favor (de hecho, el acuerdo entre el Ejecutivo y la Generalitat del pasado 2 de agosto lo firmó el vicepresidente del Govern, de Junts).

Junts y la CUP presionan a Aragonès contra el diálogo con el Gobierno

A esto se suman las distintas posiciones en el Ejecutivo catalán respecto a la mesa de diálogo, que Junts y la CUP asumieron a regañadientes en el acuerdo de gobierno y de investidura de febrero y con la condición de que esa estrategia se revisara en 2023, año en el que los antisistema impusieron al 'president' una cuestión de confianza. Ambas formaciones abogan por acometer entonces un "embate democrático" al Estado si el diálogo no ha funcionado.

Pero lo cierto es que no esperan para dar la mesa por fracasada. Junts ya ha llamado esta semana a ERC a soltar "el dedito" del PSOE, dejar de regalar estabilidad a Gobierno y a hacer una "confrontación inteligente" con el Estado sin esperar a 2023.

Y el propio el ‘expresident’ Carles Puigdemont (JxCat) se suma a esa presión con un llamamiento esta última semana para combatir el "derrotismo" y prepararse para un nuevo embate, ya que "la confrontación con el Estado no se puede rehuir": “El movimiento independentista se tiene que preparar para la fase en que la respuesta del Estado vuelva a ser un 'no' a todo". Puigdemont también ha llamado a "reforzar" el Consejo por la República (un organismo parainstitucional que lidera él en el extranjero y que genera recelo en Esquerra) para que "no haya ninguna excusa para preparar la manera de ganar la próxima confrontación con el Estado".

Dese el Gobierno central, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha reprochado a Junts: "Criticar a una mesa que no se ha reunido y ponerla en cuestión cuando ni siquiera ha habido ningún avance, es realmente extraño".

ERC: "Sería un error aprovechar la Diada para atacar a otro compañero independentista"

También Aragonès ha dicho esta semana que no le "entraría en la cabeza" que Junts restara importancia a la mesa y en su discurso con motivo de la Diada de Cataluña ha pedido "unidad" al soberanismo de cara al diálogo con el Estado, si bien ha advertido al Gobierno de Pedro Sánchez de que un referéndum de autodeterminación es "irrenunciable". Por su parte, la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, ha advertodp a sus socios: "Sería un error que se aprovechase la Diada para atacar, señalar o criticar a otro compañero de viaje independentista, sobre todo la semana previa a la mesa de negociación, donde hemos de hacer valer nuestra fortaleza y capacidad de movilización".

El Govern ya ha adelantado que nadie ajeno a él se sentará en la mesa de diálogo (en su día Esquerra mostró su deseo de que estuviera Junqueras). Tanto ERC como Junts ven imprescindible que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se siente en la mesa, que se prevé para el jueves o viernes de la próxima semana. Aragonès va más allá y ha pedido "la máxima implicación institucional" por parte del Ejecutivo. Desde el Gobierno central no han dado los nombres que estarán presentes, aunque la propia vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha confirmado que asistirá.

La Diada, la precuela de un otoño caliente

ERC, Junts y la CUP se comprometieron en febrero a recuperar la unidad estratégica con la que dirigieron a la sociedad catalana al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Precisamente uno de los puntos que acordaron ERC y Junts fue que esa unidad pasara por la coordinación entre los tres partidos independentistas y también con las organizaciones soberanistas de ANC y Òmnium.

Pero la ANC también está dando por hecho el "fracaso" de la mesa de diálogo sobre Cataluña como instrumento para alcanzar un referéndum pactado con el Estado. Ve dicha mesa como una "trampa" que podría "debilitar" al independentismo. Por ello, en los últimos días ha llamado a firmar un manifiesto para “hacer imparable la ruptura con España empoderando el movimiento popular y desplegando una estrategia de confrontación no violenta que haga inevitable la victoria”. La eficacia de este mensaje que se dirige de lleno a los partidos independentistas dependerá del éxito de las movilizaciones y adscripciones a dicho texto.

De cualquier forma, la del 11S será la primera manifestación de un ‘otoño caliente’. La CUP ya ha anunciado que se manifestará el día en que se celebre la mesa de diálogo porque "sin conflicto en las calles no habrá negociación y si no hay negociación, el diálogo es totalmente estéril"-

Y la ANC también ha llamado a nuevas movilizaciones el 1 y el 3 de octubre con motivo del aniversario del referéndum de 2017 y del discurso del rey Felipe VI tres días después de la consulta ilegal, que el independentismo no olvida.