¿Qué son los incendios de sexta generación y por qué es tan difícil extinguirlos?
- Se caracterizan por ser capaces de modificar la meteorología de su alrededor y por su comportamiento errático
- La capacidad humana no sirve para apagarlos, y solo elementos atmosféricos como la lluvia pueden lograrlo
El incendio de Sierra Bermeja, en Málaga, sigue sin control y ya ha quemado más de 7.700 hectáreas. Con los medios terrestres y aéreos completamente desbordados por la extrema virulencia del fuego, todas las esperanzas están depositadas en el cambio brusco de las condiciones meteorológicas previsto en las próximas horas, con lluvias generalizadas a partir del martes. Se trata de uno de los incendios considerados como de "sexta generación", que se caracterizan por ser capaces de modificar la meteorología de su alrededor y por su comportamiento errático, lo que plantea una dificultad máxima a la hora de combatirlos.
"La capacidad humana no sirve para apagarlo, por lo que estamos a expensas de elementos atmosféricos que nos ayuden a mitigar o apagar el incendio", describe Martín Barreiro, de la sección de Meteorología de RTVE, quien cuenta cómo "el agua que cae de los aviones y de los helicópteros prácticamente no hace efecto en ese fuego tan intenso, porque se evapora antes de llegar al suelo".
El concepto "generación" hace referencia a cómo ha ido evolucionando el comportamiento de los incendios durante las últimas décadas. Estos fuegos están muy relacionados a su vez con dos factores: abandono forestal y cambio climático, cuya coincidencia crea el caldo de cultivo para que sean cada vez más intensos y violentos. Así, los incendios de sexta generación, los más recientes y destructivos, son aquellos capaces de producir sus propias nubes: los temidos pirocúmulos.
Formación de pirocúmulos
Martín Barreiro explica cómo se forman estos pirocúmulos, y cómo en última instancia este fenómeno es capaz de provocar focos secundarios del incendio, favoreciendo su propagación. "Tenemos el incendio, con muchísima actividad y combustible, en un ambiente muy seco. El aire cálido empieza a subir de manera muy intensa, como una chimenea, y succiona todo el aire que está en todas las zonas del incendio, lo que a su vez vuelve a generar más calor. En el momento en el que alcanza capas más altas de la atmósfera, ese humo del incendio de color negro empieza a condensar la humedad que tiene alrededor, y se empieza a ver una nube un poco más blanca, que es ya una nube en sí misma. El incendio genera así su propia meteorología, sus propias nubes", ha detallado en el programa La hora de La 1, de TVE.
Pero conforme van ascendiendo, esas nubes se van haciendo más grandes, y en vez de llamarse "pirocúmulos", pasan a llamarse "pirocúmulo nimbus", que serían "nubes gigantes prácticamente en la troposfera, como las grandes tormentas". El mayor problema es que se trata de un polvorín suspendido, ya que dentro de estas nubes "hay muchísima convección, viento que sube y que baja a mucha velocidad, y en algún momento se produce un reventón cálido, es decir, una precipitación que se seca y provoca que el aire cálido caiga de forma violenta, haciendo que focos secundarios del incendio se puedan propagar hacia otras zonas".
Además, Barreiro añade que en estas nubes "de mucho desarrollo" se llegan a formar tormentas eléctricas, que acaban descargando rayos y generan nuevos focos, como ha ocurrido este fin de semana en Sierra Bermeja.
Incendios "con vida propia"
José Ramón González Pan, del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, ha valorado en el Canal 24 Horas las características de estos llamados incendios de sexta generación, que "llevamos muchos años viviéndolos en España". "Este tipo de incendios provocan que lo que sucede a su alrededor no es predecible por la información meteorológica de la AEMET, sino que tienen vida propia, por eso nuestros compañeros, cuando trabajan, tienen que estar muy vigilantes", indica, ya que se trata de un fuego que "pone en riesgo totalmente al dispositivo cuando trabaja".
Este ingeniero forestal ha destacado el inmenso dispositivo de medios humanos y técnicos que en estos momentos trabaja en la extinción del fuego de Sierra Bermeja, ya que "no ha habido nunca tanta gente ni tantos medios aéreos en un incendio en España", aunque cree que será la llegada de la "bendita lluvia" la que permitirá apagarlo. "La lluvia puede bajar dos cosas: la temperatura y la intensidad de las llamas. Eso facilitaría que el dispositivo pudiera hacer un ataque directo, perimetrar y cerrar el incendio", ha adelantado.
"Cada vez más frecuentes"
La “intensidad” y “virulencia” es lo que hace al incendio de Sierra Bermeja tan característico. Así lo ha afirmado Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lleida, también en el programa La hora de La 1. Según el experto, estos incendios de sexta generación son cada vez más frecuentes: “El primero que vimos de este estilo fue en Portugal en 2017 y cada vez son más comunes”.
Asimismo, ha llamado a estudiarlos para “conseguir cuanto antes el mayor conocimiento posible para poder combatirlos”, puesto que “hay muchas cosas aún desconocemos de él, en cuanto a propagación y formación de pirocúmulos”.
Resco de Dios ha advertido del peligro que tienen estos pirocúmulos, sobre todo para los bomberos que se encuentran trabajando sobre el terreno. “Los bomberos deben tener precaución con ellos, puesto que estas nubes pueden formar focos secundarios a través de rayos que generan”.
Las pavesas son otro de los aspectos que hace que este incendio sea especialmente peligroso. Estas pequeñas partículas que se desprenden de la vegetación durante los incendios pueden volar fácilmente y hacer que aparezcan nuevos focos en lugares insospechados. “Las pavesas tienen un componente aleatorio muy importante que las hacen imprevisibles”, afirma el profesor.
Comportamiento errático y abandono forestal
El incendio malagueño ha sido calificado como el "más complejo de los últimos tiempos" por el director del Centro Operativo Regional (COR) del plan Infoca de Andalucía, Juan Sánchez, quien también ha lamentado que las predicciones meteorológicas en lo relativo a la velocidad y dirección del viento "han fallado continuamente, algo que para nosotros es clave".
En los micrófonos de RNE, Pedro Manuel Lafuente, bombero forestal de la Comunidad de Madrid ha definido el fuego de Sierra Bermeja como “un incendio en el cual las condiciones meteorológicas y las condiciones físicas del terreno hacen que la extinción sea incompatible con los trabajos que se realizan”.
Lafuente cree que "en este tipo de intervenciones, estamos sometidos a que se disparen todos los sistemas de prevención", y una vez más ha denunciado el "abandono de los montes", ya que es una de las principales razones que dificultan su trabajo y agravan los fuegos cuando estos se declaran.
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