El secretario de Estado de EE.UU. defiende la salida de Afganistán ante el colapso del Gobierno en Kabul
- Antony Blinken asegura no haber "prueba" de que mayor presencia habría fortalecido la "resistencia" del Ejecutivo afgano
- Insiste en que quedarse habría supuesto poner en peligro las vidas de más estadounidenses
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha defendido la retirada de las tropas de Afganistán al no haber "prueba" de que una presencia prolongada habría fortalecido la "resistencia" del Gobierno afgano, y consideró que ese escenario, además, habría supuesto el envío de más soldados.
Así se expresó el jefe de la diplomacia estadounidense en una comparecencia ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes para explicar la salida de EE.UU. de Afganistán a finales de agosto tras dos décadas de guerra, en la que también señaló que quedarse habría supuesto poner en peligro las vidas de más estadounidenses.
"No hay evidencias de que quedándonos más tiempo habríamos hecho a las fuerzas de seguridad afganas o el Gobierno afgano más resistentes o sostenibles. ¿Si 20 años y cientos de miles de millones de dólares en apoyo, equipos y entrenamiento no fueron suficientes, por qué lo habrían sido uno, cinco, o diez más?", manifestó Blinken.
Los talibanes se "comprometen" a impedir el uso de operaciones terroristas
Además, ha asegurado que los talibanes se han "comprometido" a impedir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas contra Estados Unidos o sus aliados por parte de Al Qaeda y la rama del Estado Islámico (EI) en la región. "Les haremos responsables de ello. No significa que vayamos a confiar en ellos", precisó Blinken.
La caótica evacuación de las tropas estadounidenses de Afganistán tras la toma de poder por parte de los talibanes se produjo un día antes del fijado por el presidente, Joe Biden, y ha generado numerosas críticas en Estados Unidos, especialmente entre la oposición republicana, por la falta de planificación.
En medio de ese operativo, un atentado en el aeropuerto de Kabul reivindicado por el autodenominado Estado Islámico se cobró la vida de 13 soldados estadounidenses y otros 18 resultaron heridos, y que causó también la muerte y heridas a decenas de afganos.
Este ataque fue el más mortífero sufrido por las tropas estadounidenses en Afganistán desde 2011.
Estados Unidos salió de Afganistán el pasado 30 de agosto tras 20 años de intervención militar, la guerra más larga de la historia del país, en la que más de 2.000 estadounidenses perdieron la vida.