La lucha ciudadana por dotar al Mar Menor de personalidad jurídica para protegerlo
El Mar Menor está enfermo. Su estado es grave. Miles de peces aparecieron muertos en sus orillas este verano. Se cerraron ocho playas, se recogieron quince toneladas de peces, crustáceos y algas. Una tragedia. "El mar Menor no puede más y está gritándolo", explica la profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia, Teresa Vicente Giménez. Vicente también es directora de la Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza de la misma universidad.
Pertenece al Grupo Promotor de la ILP del Mar Menor, la Iniciativa Legislativa Popular con la que se quiere dotar de personalidad jurídica al Mar Menor. Y hasta mediados de octubre no paran de recoger firmas por todo España. Con ese proyecto de ley cualquier ciudadano podría exigir a los responsables la reparación de los daños producidos en la laguna, ante los tribunales. Sería el primer espacio con personalidad jurídica de Europa.
“El mar Menor no puede más y está gritándolo“
"No hay ningún derecho social que se pueda desligar de lo ecológico porque es la base de nuestra salud y nuestra vida", asegura Teresa Vicente. Inconformista, luchadora, contraria a la supremacía machista del Derecho. Lucha por la paridad en los cargos de decisión. En cien años de vida que lleva la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia, es la única mujer titular como profesora de Filosofía del Derecho. "En la última parte del siglo XX hubo un cambio profundo, antes estábamos excluidas las mujeres, los pueblos indígenas, los niños, las clases sociales bajas… Pero hay que seguir avanzando, ahora es necesario reconocer que la Naturaleza está en el centro. Es el gran sujeto", añade.
Los derechos de la Naturaleza
"¿Por qué puede tener derechos un banco o una corporación, una compañía y no lo puede tener un ecosistema natural?", pregunta la profesora. La idea de luchar por la personalidad jurídica del Mar Menor partió de un grupo de juristas y científicos vinculados a la Universidad de Murcia, y pronto tuvo eco en los ciudadanos. El objetivo es que se escuche al Mar Menor para frenar la contaminación y primar su derecho a la recuperación. Ahora se va a proteger la naturaleza por ella misma. Es un cambio de paradigma, dejar atrás el antropocentrismo que considera al ser humano como centro de todas las cosas pero no a la naturaleza.
“La agricultura intensiva es la responsable del 80% de lo que le está pasando a la masa de agua del Mar Menor y el 20 por ciento restante, el urbanismo“
Según ese proyecto de ley, esos derechos se gestionarían tras conocer la opinión de un Comité Científico Independiente. La Universidad de Murcia lleva 40 años estudiando el ecosistema del Mar Menor. El biólogo Julio Mas lo resume así: "La agricultura intensiva es la responsable del 80% de lo que le está pasando a la masa de agua del Mar Menor y el 20 por ciento restante, el urbanismo en zonas inundables, la falta de planificación del territorio y la desviación de los cauces naturales.
Lucha para que se reconozca la figura del ecocidio
En la actualidad hay un movimiento internacional para que se reconozca en el Tribunal Penal Internacional la figura del ecocidio, pero también en los Códigos Penales Nacionales. Los juristas que defienden La ILP del Mar Menor creen que lo que pasa es un ecocidio porque se ha puesto en peligro todo su ecosistema.
El abogado y profesor asociado en la Universidad de Murcia Eduardo Salazar Ortuño, explica que por la fortaleza de la propia laguna no se ha llegado a una situación irreversible, pero sí a unos límites peligrosos y, si no cambian las actividades que lo contaminan, se podría actuar con contundencia, en el caso de que se reconociera la figura del ecocidio.
Contaminación y colapso del Mar Menor
El exceso de nitratos que hay en las aguas del Mar Menor se debe a la actividad agrícola del Campo de Cartagena. Se filtran en el acuífero que desemboca en el Mar Menor o junto con los fosfatos de los fertilizantes, son arrastrados cuando hay lluvias. "Cuando la cantidad de nutrientes es alta se multiplica el número de algas y estas consumen más oxígeno, tanto, que puede llegar a colapsar el ecosistema", explica Emilio Cortes Melendreras, director técnico y conservador del Acuario de la Universidad de Murcia.
“La repoblación es lo último que se quiere“
Los científicos hablan de eutrofización en el mar cuando esos niveles de algas crecen mucho, y el agua coge un color verdoso. Se forman distintas capas con sedimentos y sin oxígeno en la columna de agua y se convierte en una trampa mortal para las especies marinas.
La crisis del Mar Menor de este mes de agosto no ha sido la primera, ya en 2016 hubo otra, conocida como la Sopa Verde, y en 2019 otra que provocó miles de peces muertos tras unas lluvias torrenciales. Desde entonces, funciona un Banco de Especies en el Acuario de la Universidad de Murcia, con el objetivo de mantener un stock de ejemplares para no perder la diversidad de especies original. El biólogo Emilio Cortés asegura que "la repoblación es lo último que se quiere, lo ideal es que las condiciones del Mar Menor sean favorables y lo suficientemente buenas como para que las poblaciones de especies puedan reproducirse y alcanzar el estado de equilibrio que tenía en un principio".