El Museo de Santa Cruz de Toledo recupera a Marian Kratochwil
- La Asociación de Amigos del Museo dona 80 obras que salvan su vida artística
- La exposición estará abierta hasta el 3 de octubre
Toledo era destino favorito de artistas polacos exiliados en Inglaterra. En los años 50, Marian Kratochwil se une a ese círculo tras descubrir la pintura del Greco y leer el Quijote. En uno de sus discursos cuenta que trabajó tres años en una tienda de muebles para ahorrar y organizar el primer viaje.
Misteriosa fuerza
“En 1956 me encontré ante los muros de la Ciudad Imperial. En Toledo viví los días más felices de mi carrera artística y los de más intenso trabajo. No es una ciudad para perezosos. Aquí se experimenta una misteriosa fuerza que anima a trabajar intensamente” relataba el pintor.
El resultado de esa creatividad, que cree salva su vida artística tras el desencanto de la guerra, se puede contemplar en el Museo de Santa Cruz. Una exposición gratuita abierta hasta el 3 de octubre.
Kratochwil pasa doce meses en Toledo y escribe: “Es magnífica, con gran encanto. Aquí comprendí que el retrato de don Quijote y Sancho constituye un estudio del alma humana: uno, elevado y noble. El otro, voraz y codicioso. Así concibe la filosofía de Cervantes al ser humano y a su alma”
Peregrinos del Greco
Slawomir Majoch, director de la Colección Nacional de Arte de Cracovia recuerda que el Quijote se traduce al polaco en 1786. En 1910 Julius Meier-Graefe, vinculado a la bohemia parisina, escribe sobre su “Peregrinación a la tierra del Greco.” “Numerosos artistas de vanguardia y escritores viajan a España buscando inspiración y aprendizaje en las obras del cretense. También Leopold Gottlieb visita la ciudad, acompañado del pintor mexicano Diego Rivera”.
Antonio Pareja, diseñador gráfico y responsable del montaje de la exposición, señala que Don Quijote fascina a Marian Kratochwil en 1935 cuando cumple el servicio militar.
Territorios de juventud
Polonia será invadida por los ejércitos alemán desde el Oeste y ruso desde el Este. Artistas que luchan contra las fuerzas invasoras caen prisioneros. El pintor evita la deportación a la Unión Soviética…pero le sorprende la Segunda Guerra Mundial en Londres. En la capital británica establece su sede el Gobierno Polaco en el exilio y residen artistas fascinados por la España de los 50. A Kratochwil le recuerdan territorios de juventud ahora en poder de Ucrania.
Antonio Pareja cree que su paleta de colores se ilumina en Toledo. Atrapa en óleo, con trazo impresionista, centenares de paisajes, panorámicas y rincones de la ciudad. “Tiene vinculación con algunas familias locales. Como pintor polaco también refleja la pintura social a través de personajes y maravillosas aguadas que plasman el carácter de los toledanos y escenas cervantinas”.
Sala propia en Santa Cruz
Kratochwil considera Santa Cruz como uno de los museos de mayor proyección. Había ampliado su espacio por el Convento de Santa Fe. Contaba con importantes fondos entre grecos y patrimonio de la iglesia. Anhelaba tener una sala propia aquí, una exposición permanente de su obra que veía como cima de su trayectoria artística. Por eso dona las 80 obras que se exhiben.
La Asociación Museo de Santa Cruz ¡Vivo!, presidida por Rafael García Serrano, rinde así homenaje a la generosidad del artista, al talento de un creador que supo captar la visión mística de Toledo.