Incendios de sexta generación en Castilla-La Mancha
- La superficie forestal de la comunidad representa el 13% del total del país
- La acumulación de biomasa es clave en estos incendios que liberan gran cantidad de energía
España ha sufrido el incendio forestal más grave que se recuerda. En la malagueña Sierra Bermeja, han ardido casi 10.000 hectáreas de bosque, afectando a varios pueblos. Los expertos lo califican como el primer incendio de “sexta generación” que vive el país. Estos fuegos se caracterizan por ser capaces de modificar la meteorología de su alrededor y por su comportamiento errático, lo que plantea una máxima dificultad a la hora de combatirlos. De hecho, no son suficientes los efectivos humanos y las condiciones de meteorológicas son claves para erradicarlos. El de Málaga fue finalmente extendido por la ayuda de la lluvia.
100 toneladas de biomasa por hectárea
En Castilla- La Mancha casi el 45% de la región es forestal, lo que supone casi el 13% del total de todo el país. Esto se traduce en más de 3,5 millones de hectáreas forestales de las que el 77% son arboladas y el 23% restantes son zonas de matorral, pastizal y herbazal.
Según la ingeniería forestal, Marta Corella, se dan las condiciones perfectas para que se produzca un incendio de este tipo en la Comunidad Autónoma. “Los espacios forestales tienen historia. La difícil orografía del terreno, que dificulta las entradas de los efectivos; la despoblación, que hace que los pueblos se queden sin gestores de estos espacios; la escasez de ganadería extensiva; la gran cantidad de biomasa generada en las últimas décadas”, son algunas de las condiciones por las que se podría producir un incendio así según la experta forestal.
“Todo lo anterior unido desemboca a que en cada hectárea forestal se acumule 100 toneladas de biomasa, esto son los desechos del propio bosque que, en un incendio, es combustible”, añade. Esto hace que los incendios generen una energía tremenda y que se hagan inabordables.
Posibles soluciones
Según Corella, estamos a tiempo para evitarlo, tendríamos de plazo unos cuatro o cinco años. Entre las acciones que se pueden llevar a cabo están: “la afección humana al territorio, apoyar a la ganadería extensiva para que pasten en los bosques, apoyar a la pequeña agricultura forestal, incentivar que los pueblos puedan gestionar sus recursos forestales, controlar y crear nuevos cortafuegos y, por último, cambiar la gestión de los parques naturales protegidos, como los nacionales y naturales”. Esto último es clave para la ingeniera forestal, porque dice que “en estos espacios no se permite la caza, pesca controlada, o el aprovechamiento forestal” que son herramientas para que el bosque se mantenga al día.
Ubicación de retenes
Otro aspecto clave son los retenes. Estos efectivos tienen que estar en la zona, lo más cerca posible, para apagar cualquier conato. En este sentido, como alcaldesa de Orea, Corella pide explicaciones a la Junta de por qué se han llevado el retén de su término municipal y el gasto incensario de 300.000 euros que este traspaso supuso. En Orea estas infraestructuras ya estaban y el ayuntamiento las ofrecía gratuitamente. “Como no hubo manera de poder llegar a una negociación abierta y sincera. El ayuntamiento puso una demanda a la Junta, junto a la plataforma SOS Nuestros Bosques.
Desde la Consejería de Desarrollo Sostenible recuerdan que es el INFOCAM quien debe decidir en función de criterios técnicos, nunca políticos, desde una visión de conjunto, no local, la mejer ubicación de los retenes,
Por otro lado, Corella concluye que “nos tenemos que poner mano a la obra, hacer gestión medioambiental y del territorio, para que exista la presencia humana que está detrás del bosque desde que existe el ser humano”. Con esto se atajaría también el problema de la despoblación, que afecta gravemente a la provincia de Guadalajara.