¿Es idóneo subir ahora el SMI? ¿Qué impacto puede tener? ¿Hay alternativa? Los expertos responden
- "No tendrá mucho impacto en el empleo" pero sí "cargas adicionales" en las empresas
- "Lo importante es definir la nueva senda" hasta 2023
- Hablamos con Santiago Carbó (Funcas) y Marcel Jansen (Fedea)
Quince euros más al mes sí son importantes. El debate político, las negociaciones entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales, y el análisis de los expertos consultados así lo constatan. Entre los economistas, las diferencias de calado se encuentran en mayor medida en el largo plazo y el instrumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como garante de "equidad" que en la subida anunciada esta semana.
De forma más inmediata, la discusión se centra en si es el momento idóneo con la actividad económica en plena rampa de salida de las restricciones impuestas a causa de la pandemia.
Para Santiago Carbó, director de estudios financieros de Funcas, el centro de análisis de la Fundación de las Cajas de Ahorros, ve prioritario en este momento reforzar la protección de trabajadores con sueldos más bajos, máxime con el aumento de la inflación y el efecto que tendrá en los bolsillos de esos hogares.
"Creo que no va a generar ningún daño y, probablemente, se generen beneficios en la parte social y, por lo tanto, creo que es pertinente", afirma Carbó. "Durante la pandemia ha habido dificultades para las familias, pero también me preocupa la inflación. Afecta a todos, pero probablemente a los más vulnerables y a los que tienen salarios menores les afecte más; y no solo me refiero al coste de la luz".
Marcel Jansen, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), sostiene que la subida acordada esta semana "no era prioritaria" dada la situación, aunque cree que "no tendrá mucho impacto en el empleo".
El ritmo de subida del SMI hasta 2023
Jansen pone el foco en el ritmo con que el salario mínimo ascenderá de ahora en adelante. "Lo importante es definir la nueva senda de subida del salario mínimo tomando en consideración la situación actual de salida de pandemia". Él incide en que el objetivo del Gobierno de situar el SMI en el 60% del salario medio en España para 2023 es "ambicioso" y que puede tener "efectos negativos".
Cuando se alcance ese nivel, según el investigador de Fedea, el SMI de España será "alto comparado con otros países y ahí sí que es esperable [que haya] efectos negativos para los colectivos más vulnerables". En el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos no se especifica cuánto se subirá el salario mínimo en los próximos dos años para llegar en 2023 al objetivo.
El incremento del SMI afecta a alrededor de 1,5 millones de empleados, en su mayoría vinculados al sector servicios. En un estudio publicado en junio, el Banco de España sugirió que el mayor impacto adverso de un alza sostenido del salario mínimo lo recibirían "colectivos de mayor edad" y "los jóvenes en forma de una reducción más acusada de las horas trabajadas y del flujo de creación de empleo". Hoy su gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha pedido "prudencia" y ha advertido de posibles “efectos secundarios”.
Impacto de la subida y alternativas
Los dos expertos consultados entienden el rechazo de la patronal. Santiago Carbó dice que el incremento pactado esta semana supondrá una "carga adicional" para algunas empresas, aunque "no será muy significativa", de entre 300 y 400 euros al año, según sus cálculos.
"Creo que en algunos casos de pymes o de empresas con dificultades puede venirles mal, pero es más la percepción de que subir el SMI es malo para el empleo que lo que realmente va a acontecer", apostilla el director de estudios financieros de Funcas.
¿Hay una alternativa al modelo actual de salario mínimo en España? Para Marcel Jansen, sí. "En muchos países de Europa diferencian SMI por edad. En España, el SMI es igual para todas las edades y en todas las autonomías. Una primera medida podría ser introducir un SMI para jóvenes menores de 18 o 20 años", explica el investigador de Fedea y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
Para Jansen, una segunda opción sería fijar un SMI nacional al partir del cual cada comunidad autónoma tuviese competencia para incrementarlo en función de su nivel económico. "Un SMI puede ser demasiado bajo para una región como País Vasco, como demasiado alto para una región como Extremadura".
Santiago Carbó recoge el guante y va más allá. "Lo que yo creo que es verdaderamente importante es una reforma integral del mercado de trabajo. Cuando hablamos de desagregar el SMI entre regiones y edades, por ejemplo, yo creo que puede generar más problemas que beneficios". En su opinión, el debate ya es lo suficientemente complejo.