La minoría Hazara busca su encaje en Afganistán ante unos talibanes que los consideran herejes
- Este grupo forma parte del 15 % de la población del país asiático
- Además de a los insurgentes, temen a la rama local del DAESH que ha atacado varias mezquitas chiíes en los últimos años
Los talibanes anunciaron que formarían un gobierno inclusivo, pero finalmente no han contado ni con las mujeres ni con las minorías de Afganistán. Una de ellas, la Hazara, teme ahora que el rechazo que siempre ha sufrido por parte de los talibanes se recrudezca.
Los fieles acuden puntuales a la oración de la Mezquita de Qalai Fatullah, en el barrio hazara de Kabul. A la entrada, se realizan exhaustivos registros por parte de la seguridad hazara y hay vigilancia, también, de la tropa talibán. Los hazaras son mayoritariamente chiíes y forman el 15% de la población afgana. Históricamente han sufrido la persecución de los talibanes, de etnia pastún y confesión suní. Aunque para muchos hazaras la amenaza real viene del Estado Islámico, y no de los talibanes.
Han sido terroristas suicidas de la rama local del DAESH quienes han atacado varias mezquitas chiíes en los últimos años, matando a más de 100 personas.
Los hazaras son mayoritariamente chiíes. Los extremistas suníes los detestan. Para ellos, todos estos fieles son -básicamente- herejes.
El imán, durante el sermón que da en la mezquita, llama a la "convivencia pacífica". Su recuerdo de la muerte del imán Hussein, nieto de Mahoma, provoca el llanto inconsolable de los fieles.
Aunque más allá de la devoción por Husseín, a estos hazaras les preocupa sobre todo su encaje en el nuevo universo talibán. "Veremos qué ocurre en el futuro", dice Ghulam.
En un gesto inusual, un grupo de talibanes entra a la mezquita hazara y toma la palabra para decirles que "no tengan miedo". Prometen seguridad. Pero muchos no se fían. A los incrédulos sólo les queda rezar.