20 horas diarias jugando al Fortnite: la adicción a los vídeojuegos llevada al extremo
- Un adolescente de Castellón estuvo dos meses ingresado en un hospital para tratarse de su dependencia
- El equipo médico empleó con él una terapia de desintoxicación similar a la de las drogas
El término hikikomori, en Japón, hace referencia a un fenómeno que consiste en abandonar la vida social y vivir recluido la mayor parte del tiempo dentro de una habitación, algunas veces durante años. Este trastorno afecta principalmente a adolescentes, que se aislan por completo del mundo exterior y viven enganchados a los videojuegos en línea, al ordenador o a la televisión. Se trata de casos extremos, que guardan mucha relación con las características culturales y sociales de este país -donde los hikikomori se cuentan por decenas de miles-, por lo que encontrar similitudes en jóvenes del resto del mundo se hace muy complicado, aunque aparezcan casos que puedan guardar un cierto parecido.
Esta semana se ha conocido que un menor de Castellón ha tenido que ser hospitalizado durante dos meses por el abuso de vídeojuegos. Pero su caso, tal y como recalca el equipo médico que lo ha tratado, está muy lejos de los hikikomori japoneses, aunque representa una tendencia preocupante, ya que "hay indicadores que hacen pensar que este problema está cada vez más generalizado" en países como España.
El joven, que llegaba a pasar entre 18 y 20 horas diarias jugando al popular Fortnite, experimentó "dificultades progresivas" en sus relaciones sociales, así como un aislamiento de su entorno social, abandonando casi por completo la higiene personal y la alimentación. Además, debido a su adicción, presentaba alteraciones graves en el ritmo de sueño, hasta el punto de llegar a pasar varias noches en vela frente a la pantalla.
Tratamiento de desintoxicación
En un primer momento, la familia solicitó atención médica debido al malestar emocional por el que atravesaba el menor, que fue derivando hacia un mayor encierro en sí mismo. Recibió asistencia en su centro de atención primaria, pero esta ayuda fue insuficiente y los médicos decidieron hospitalizarle en el área de salud mental del Hospital Provincial de Castellón, donde fue sometido a una terapia de desintoxicación similar a la que se emplea en adicciones de sustancias químicas.
"No todas las dependencias necesitan un ingreso para desintoxicación. Solo aquellas en las que los tratamientos ambulatorios fracasan, como era este caso", explica a RTVE.es el doctor Matías Real-López, del grupo de investigación sobre la salud mental de infancia y adolescencia del Hospital Provincial de Castellón, que se hizo cargo del joven.
“Matías Real-López, psiquiatra: "No podemos decirle a un adolescente que no va a tener acceso a una pantalla nunca más". “
Pero si la terapia fue similar a aquellas que se emplean con drogodependientes, el objetivo perseguido tenía que ser diferente. Es posible vivir alejado de las drogas o del alcohol, pero no de las pantallas, y mucho menos alguien de la edad de este paciente. "El tratamiento buscaba conseguir un uso adecuado y normalizado de los vídeojuegos para lograr controlar su adicción" explica Real-López, puesto que "no podemos decirle a un adolescente que no va a tener acceso a una pantalla nunca más, porque están en todas partes, pero sí que tome conciencia de que hay comportamientos que le estaban dando problemas y además alertarle de que hay algunos vídeojuegos, no todos, que tienen unas características que los hacen potencialmente más adictivos que otros".
Así, el tratamiento se desarrolló de manera progresiva, tal y como describe el psiquiatra: "Una vez separado del todo, comenzó una reintroducción paulatina de los hábitos saludables en su propio entorno, retomando aspectos como el uso del móvil y el contacto con sus amistades, hasta que finalmente también retomó el uso de pantallas, pero evitando este tipo de juegos".
Adicción como válvula de escape
Como ocurre en gran parte de los trastornos adictivos, este era en realidad una válvula de escape para problemas de mayor profundidad, y ahí es donde el equipo médico sabía que tenía que atacar. "En general, cuando nos enfrentamos a cualquier tipo de adicción, debemos tratar de entender lo máximo posible a la persona, porque en muchas ocasiones ese comportamiento esconde la respuesta que ha encontrado para poder manejar un malestar emocional intenso, provocado por diversas causas, como un episodio depresivo, de acoso, de abuso... O cualquier situación difícil que genere un malestar importante", apunta el doctor Matías Real-López.
“M. Real-López: "Las adicciones muchas veces esconden la respuesta para poder manejar un malestar emocional intenso". “
El menor presentaba un muy alto rendimiento académico previo al episodio que culminó con su hospitalización. Pero la familia había observado desde el inicio del comienzo del curso un mayor absentismo escolar y una desvinculación del ritmo escolar coincidiendo con un cambio de clase. Tras la evaluación, los profesionales creen que en su caso la adicción a los videojuegos ha podido actuar como reguladora del intenso malestar por la pérdida de un familiar y por la ansiedad derivada del aumento del nivel de exigencia en el contexto educativo.
"Determinados vídeojuegos, no todos, están diseñados de manera que generan liberación de micropulsos de dopamina, y hay un refuerzo constante que genera una anestesia emocional de todos los malestares que tenía esa persona, lo que provoca que se olvide de ellos. Además, como tiene que estar muy centrado en esa tarea, logra evadirse de sus malestares", continúa explicando el psiquiatra.
Además de Real-López, el equipo que abordó este caso clínico estuvo formado por Silvia Márquez Arbués, Carla Ramos-Vidal, T. Álvarez-Núñez, de la Universitat Jaume I y el Hospital Provincial de Castellón; y Matilde Espinosa-Mata de la Universitat Jaume I y el Hospital General Universitario de Castellón, todos ellos del Programa de Trastorno Mental Grave de la Infancia y la Adolescencia.
Estrategia para prevenir episodios similares
De acuerdo con las conclusiones de su investigación, para prevenir episodios similares aconsejan supervisar el uso que realizan los menores de las pantallas "estableciendo límites claros y bien definidos" y "fomentando la práctica de otras fuentes de satisfacción". Asimismo, también apuestan por la creación de espacios de interacción familiar para disfrutar de actividades en grupo y la restricción de los dispositivos en las habitaciones de los menores.
Los autores del estudio advierten sobre la necesidad de prestar atención a los comportamientos de los menores entre los que se ha extendido el uso de pantallas, dada "la precocidad creciente en su consumo", especialmente por "la falta de maduración en las funciones ejecutivas y cognitivas durante la adolescencia".
“M. Real-López: "Lo digital, a nivel evolutivo y madurativo, puede tener consecuencias en el niño". “
El caso de Castellón tiene poco que ver con los hikikomori japoneses, ya que el aislamiento del adolescente, aunque se produce, no es ni tan radical ni tan prolongado en el tiempo, a pesar de que pueda asemejarse en las fases más agudas del episodio. "Este chico sí que era capaz de salir de su habitación para dar una vuelta, si se lo pedían. No era ese encerrarse tan hermético", diferencia Matías Real-López, quien no obstante se muestra convencido de que no hace falta llegar a esos extremos para que "en los próximos años veamos las posibles consecuencias que tiene el uso de las pantallas a edades cada vez más jóvenes".
"Lo digital, a nivel evolutivo y madurativo, puede tener consecuencias en el niño. Si los chavales han dejado de recibir el refuerzo de una manera más 'analógica', más del tú a tú, con una mirada, con un gesto, con un abrazo, con un comentario… Y todos los refuerzos pasan por los likes, o por las fotos, o por los retos conseguidos, yo estoy convencido de que acabará teniendo consecuencias a nivel de sociedad y de comportamiento", advierte.