Proporcional y con doble voto: así es el sistema electoral alemán
- Considerado un modelo ideal, el sistema alemán es conocido por su alta representación proporcional y por su complejidad
El próximo domingo 26 de septiembre, los alemanes acudirán a las urnas para elegir a sus representantes de la Cámara Baja del parlamento, el Bundestag, de entre los cuales saldrá elegido el próximo canciller o jefe de Gobierno, labor que ha llevado a cabo durante los últimos 16 años Angela Merkel.
Para conformar el Bundestag, los ciudadanos utilizarán un sistema electoral conocido por su alta representación proporcional y por ser considerado como un modelo ideal por los expertos. Sin embargo, su eficiencia lo hace muy complejo y a menudo difícil de entender para los votantes, algo que puede afectar a la participación.
Estas son las claves para comprender el modelo electoral alemán:
Un ciudadano, dos votos
Los votantes alemanes introducen una única papeleta en la que plasman dos votos diferentes. Por un lado, eligen en una primera columna a un candidato individual que pertenezca a su circunscripción regional. Aquellos diputados que reciban el mayor número de votos obtendrán un escaño de manera directa.
Por otro lado, los ciudadanos emiten un segundo voto en su papeleta para elegir a uno de los partidos políticos, los cuales presentan listas cerradas de candidatos en las que establecen el orden de preferencia para la asignación de escaños, ya fijado con anterioridad en el congreso del partido.
En este caso, la votación no es mayoritaria sino por el porcentaje que determina la correlación de fuerzas, y no tiene por qué coincidir con la primera columna, pudiendo ser ambos votos dirigidos a diferentes formaciones políticas. Los expertos defienden que esta circunstancia favorece la posibilidad de que los electores expresen sus preferencias por una u otra coalición de gobierno entre partidos, algo habitual en Alemania.
¿Cuántos escaños tiene el Bundestag?
El Parlamento cuenta con un mínimo de 598 escaños y de ellos 299 son adjudicados a los candidatos regionales directos. La otra mitad se reparte entre los partidos elegidos a través del segundo voto.
No obstante, el sistema de doble votación hace que el número de diputados que tendrá finalmente el Bundestag sea variable, pudiendo superar el mínimo establecido como base. Ejemplo de esta situación son las últimas elecciones celebradas en 2017, cuando entre todos los partidos sumaron finalmente 709 escaños.
Esto ocurre debido a que hay formaciones que obtienen más candidatos por el voto directo que escaños. Estos diputados "excedentes" no se descartan y se suman al total de representantes del partido.
En el caso de que sucediera al revés y hubiera más escaños que representantes directos, se cubrirían los asientos con los candidatos que aparecen en las listas cerradas del partido. Asimismo, si un diputado abandona el Bundestag, lo reemplazará el que le siga en la lista regional de la formación política por la que fue elegido, y si en la lista del Land ya no hubiera candidatos, ese escaño queda desocupado.
Regla de Sainte-Laguë
Para el reparto del hemiciclo entre los partidos se utiliza la denominada regla de Sainte-Laguë, parecida a la Ley d’Hont que se aplica en España y que da un resultado casi completamente proporcional sobre el total de asientos teóricos.
Ambos son métodos de promedio mayor, es decir, se divide el número de votos emitidos para cada partido entre el de cargos electos de cada circunscripción, produciéndose secuencias de cocientes decrecientes para cada formación y asignándose los escaños a los promedios más altos.
Sin embargo, mientras el sistema D'Hondt tiende a favorecer a los grandes partidos, el de Sainte-Laguë, que divide los votos entre números impares (1, 3, 5...), resulta menos perjudicial para los minoritarios. De esta manera, todos los partidos se ven reflejados en los resultados de manera proporcional con la única excepción de las formaciones que no llegan al 5 % de los sufragios a nivel federal.