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La Palma

Los bomberos, frente a la naturaleza: el difícil reto de frenar la lava

  • Con maquinaria pesada, trabajan con empeño en crear una estructura vertical que actúe como barrera y desvíe su dirección
  • "Vamos a intentar lo que sea para minimizar los daños", asegura el sargento de bomberos Jesús Madero
  • Sigue la erupción del volcán de La Palma en directo

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Los bomberos intentan reconducir el rumbo de la lava para evitar más daños en viviendas

Los bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria trabajan a contrarreloj en La Palma intentando ganarle la batalla a la naturaleza. Desde la noche de este martes, los equipos han estado tratando de frenar el imparable paso de la lava hacia el barrio de Todoque, en la localidad de Los Llanos, donde ya ha devorado centenares de edificios.

Con maquinaria pesada y adoquines de hormigón, los bomberos trabajan con empeño en una operación desesperada: cavar zanjas y crear una estructura vertical de "gran altura" que actúe como barrera y desvíe la dirección de la colada hacia un barranco para salvar, en lo que se pueda, las viviendas. La estrategia requiere, además, enfriar con un gran caudal de agua los flancos de la colada para que el movimiento se concentre en la cabeza.

"Es como una riada, pero con mayor altura y temperatura. Mientras exista una probabilidad, vamos a intentar lo que sea para minimizar los daños", ha asegurado en el informativo de RNE Jesús Madero, sargento de bomberos y jefe de guardia del Consorcio de Emergencias.

"Hay gente llorando y abrazada. Estamos haciendo todo lo que podemos hacer", ha narrado también en el Telediario el jefe de turno de los bomberos, Julio Sánchez.

La erupción de La Palma, foto a foto

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  • Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar

    Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar

    Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar
  • Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar.

    Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar

    Amanece en Tijarafe, La Palma, con vistas de la lava entrando en el mar

Las maniobras peligran por la llegada de otras coladas

Madero ha explicado que las maniobras se están llevando a cabo lejos de las zonas de mayor riesgo. Aun así se enfrentan a los gases, las cenizas y la lava, y disponen de un tiempo limitado, que depende de la evolución de la situación y de las previsiones de los científicos.

Una de las dudas a las que se enfrentan es a qué ocurrirá en las próximas horas, ya que de las brechas continúa emergiendo lava. "Pueden llegar una segunda y una tercera colada" que haga que todos sus esfuerzos queden en nada, señala Madero. Los bomberos reconocen que las condiciones y la orografía del lugar lo están permitiendo por el momento, pero no saben "si servirá".

"Todavía es pronto. La velocidad que está tomando muy lenta en esa zona y no podemos tener aún información de si las tareas están siendo efectivas o no", recalca Madero, que no duda en catalogar la situación de "dura" y "complicada". "Los bomberos vemos normalmente resultados a corto plazo que aquí no vemos porque es una fuerza de la naturaleza imparable", lamenta.

Con casi 100 horas a sus espaldas, los bomberos no cesan en su empeño y no se quieren marchar porque, dicen, el volcán no descansa. A pesar de esto, este miércoles se realiza el relevo del personal, lo que les dará un respiro y les permitirá también ayudar en otras zonas.

Todoque tiene 1.310 habitantes. Durante el martes, cuando ya sabían lo que se les venía encima, las autoridades les permitieron pasar rápidamente a sus casas a recoger los enseres que quisieran recuperar, bajo la supervisión de los equipos de emergencia. Dado que la colada de lava avanza más lenta de lo que se temía, el Cabildo de La Palma les ha invitado este miércoles por la mañana a apurar una última oportunidad de salvar efectos y recuerdos, si era posible.

Una de las dos lenguas de lava que avanzan hacia el mar en La Palma ya cubre más de 154 hectáreas de terreno.

A su paso, la colada ya ha sepultado o dañado centenares de edificios.