El SPD adelanta a la CDU en una campaña electoral personalista a la sombra de Merkel
- El candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, adelanta en los sondeos al conservador Armin Laschet desde agosto
- Las diferencias de programa se refieren a la necesidad del gasto público
- Liberales y Verdes, socios más probables de coalición tras las elecciones
Las elecciones en Alemania del próximo día 26 de septiembre serán de nuevo un duelo entre los dos grandes partidos: el SPD (socialdemócrata) y la coalición CDU-CSU (cristiano-demócrata). Pero esta vez es distinto: se trata de elegir al sustituto de la que durante 16 años ha sido la canciller indiscutible, Angela Merkel.
Según las encuestas, quien ocupa la primera posición en esta carrera no es el compañero de partido de Merkel y cabeza de cartel de la CDU-CSU Armin Laschet, sino el actual ministro de Finanzas y candidato del SPD, Olaf Scholz. Los últimos sondeos colocan a Scholz cuatro puntos por encima de su rival (26 frente a 22%).
El resultado no está escrito, porque además hay un 40% de indecisos. Pero con casi toda seguridad la responsabilidad de formar gobierno recaerá de nuevo en uno de los dos grandes partidos.
Campaña personalista a la sombra de Merkel
Todos los consultados por RTVE.es coinciden en que esta campaña ha sido diferente, con mayor volatilidad y oscilaciones en los sondeos, y muy personalista. Más que las promesas electorales, los alemanes han juzgado quién puede sustituir a Merkel sin que se note demasiado.
Pero en una campaña tan centrada en las personas, cualquier fallo del candidato puede pagarse caro. En el caso de Annalena Baerbrock, la candidata de Los Verdes (que lideró brevemente los sondeos en abril y mayo) fueron las denuncias de plagio y de haber inflado su currículum. Para Laschet, su peor momento llegó cuando las cámaras le captaron riendo a carcajadas mientras el presidente del país lamentaba la pérdida de vidas por las inundaciones de julio.
Wilhelm Hofmeister, director de la Fundación Adenauer (cristiano-demócrata) en Madrid, reconoce que Laschet ha tenido actuaciones "no tan felices" en sus apariciones públicas, pero destaca también el daño que ha hecho la rivalidad entre la CDU y su socia bávara, la CSU, que proponía a su presidente, Markus Söder, como cabeza de cartel.
La disputa, "un error estratégico del partido", retrasó el nombramiento oficial de Laschet "varias semanas valiosas que se perdieron para organizar la campaña", subraya Hofmeister. Incluso después de nominado Laschet, la CSU ha seguido expresando sus dudas, "y eso da una mala impresión al público en general".
Hofmeister destaca también la dificultad de una campaña a la sombra de Merkel. "Laschet tiene ideas buenas para llevar a cabo una renovación, reformas y ajustes en Alemania, pero distanciarse demasiado de Merkel puede ser entendido como deslealtad a la canciller. Pero tampoco debe aparecer como su sucesor natural, porque entonces se le acusaría de ser simplemente un sucesor sin perfil propio".
“Distanciarse demasiado de Merkel puede ser entendido como deslealtad a la canciller“
Por su parte, la derrota del SPD en 2017, cuando obtuvo sus peores resultados históricos, llevó al partido a un profundo proceso de análisis y preparación, explica a RTVE.es Luise Rürup, delegada en España de la Fundación Friedrich Ebbert (socialdemócrata).
"Una de esas lecciones aprendidas es que el candidato tiene que ser elegido más temprano, y eso hicieron cuando le nombraron ya en agosto del año pasado (...) Además se hizo un proceso de discusión del programa muy profundo y temprano, el SPD tiene un programa desde hace meses y lo ha discutido con los miembros del partido y con la sociedad civil", subraya Rürup.
El perfil del candidato ha sido de gran ayuda. Sholz, vicecanciller y ministro de Finanzas en el gobierno de la Gran Coalición, ha intentado mimetizarse con Merkel hasta el punto de bromear usando su famoso gesto con las manos y la frase que utilizó en un debate electoral: "Usted ya me conoce".
"Es un juego y un concepto de su campaña", comenta desde Berlín Thomas Kreutzmann, periodista y excorresponsal político de la ARD en la capital alemana. "Quiere expresar: 'yo tengo mucha experiencia en el gobierno, en muchos gobiernos'. El punto más importante es la experiencia profesional". Además, Sholz aparece como "modesto, muy tranquilo, como la Merkel. Transmite una cierta cercanía".
Diferencias programáticas: gasto público y papel del Estado
"Hasta tres semanas antes de las elecciones, nadie hablaba de programas o de demandas políticas o ideológicas - cuenta Kreutzmann - Y no es sorprendente: en los años de Merkel, la CDU-CSU se ha acercado al SPD y a Los Verdes. Las diferencias parecían no ser tan grandes como antes. Con la desaparición de Merkel, los tres partidos buscan su propio perfil".
Kreutzmann sumariza las diferencias entre socialdemócratas y conservadores: impuestos, inversiones públicas, gasto militar y salario mínimo (el SPD propone subirlo de 9,60 a 12€/hora). "SPD y Verdes piden una revitalización del impuesto de la propiedad, que existía hasta los años 90, y quieren revitalizar el impuesto para los más ricos. La CDU lo rechaza muy enérgicamente", explica.
“La diferencia principal entre SPD y CDU es el rol del Estado“
"En general, la principal diferencia es el rol del Estado", opina Luise Rürup. "El SPD, Los Verdes y La Izquierda [el partido que incluye a los excomunistas], creen en un estado ágil, potente, que pueda gestionar y fijar el rumbo en ámbitos políticos importantes, como en la redistribución, y en la idea de que con impuestos se puede hacer una sociedad más justa. La CDU no cree en el Estado, ni para la economía, ni en cuanto a la política contra el cambio climático".
Para Hofmeister, "la recuperación económica tiene la mayor importancia porque hay que ser muy cuidadosos". "Se ha gastado mucho dinero en la pandemia, hay que hacer esfuerzos, recuperarse y evitar lo que dificulte la vida a las empresas, pequeñas y grandes. No necesitamos nuevos impuestos", zanja. Respecto a las políticas contra el cambio climático la CDU, según Hofmeister, ofrece programa de estímulos y "no de condenas y de pagos extra".
Al contrario que los temas citados, la pandemia del coronavirus está mayormente ausente del debate partidista en Alemania, según subraya Thomas Kreutzmann. No ha habido grandes críticas al gobierno federal, salvo por parte de AfD, que no gobierna en ninguno de los länder.
Hofmeister sin embargo atribuye parte de los malos datos de la CDU en las encuestas tiene que ver con "cierta frustración" por la COVID-19 y "al sentimiento de alguna gente de que la gestión de la pandemia no ha sido tan exitosa como al inicio".
El día después: coaliciones a tres sin AfD
Uno de los dos, SPD o CDU, encabezará el gobierno, pero necesitarán otros dos socios, según las encuestas. Los alemanes se lo toman con humor y bautizan las posibles combinaciones con nombres como "coalición Kenia", "Jamaica" o "semáforo", según el color de los partidos implicados. En ninguna de estas coaliciones se cuenta con los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD), frente al que el resto de partidos han levantado un veto o "cortafuegos".
Luise Rürup cree que lo más probable es el acuerdo SPD-Verdes-Liberales (el "semáforo"), ya que estos últimos son más pragmáticos. No obstante, señala que "la mayoría de votantes está a la izquierda del centro". "Cuando en las encuestas se pregunta qué coalición es la preferida, sorprendemente es la de SPD-Verdes- La Izquierda. Eso es interesante. Por lo que se publica en los medios, parece que tendría que dar miedo, pero el público se lo toma con más relax, y no está en contra".
"Si Verdes-SPD-La Izquierda tienen mayoría, hay mucha posibilidad de tener por primera vez un gobierno de izquierda", considera por su parte Wilhem Hofmeister. "Scholz rechaza pronunciarse, pero hay mucha presión de la socialdemocracia".
En cambio, continúa el delegado de la Fundación Adenauer, si es la CDU quien queda en primer lugar, "habrá probablemente mas presión sobre Los Verdes para entrar en una coalición Jamaica".
Thomas Kreutzmann destaca la cercanía de SPD y Verdes y a la vez las "grandes diferencias" con La Izquierda en temas como política exterior o pacifismo, que han quedado en evidencia en la operación de retirada de Afganistán.
Un nuevo gobierno conjunto de la SPD y la CDU (en forma de Gran Coalición o con una tercera fuerza), parece descartado.
"Están hartos de una coalición con los cristiano-democratas y prefirirían pasar a la oposición - dice Kreutzmann, refiriéndose al SPD - Hay quienes dicen que el SPD ha perdido su alma con tantas coaliciones con los cristiano-demócratas, quieren su propio programa y volver a ser un partido de izquierdas como antes. Y Scholz no es conservador, es un politico profesional pero sus origenes están en las izquierdas".
"Es muy, muy poco probable - coincide la representante de la Fundación Friedrich Ebbert - Tal vez sería más probable que se metieran en el experimento de un gobierno de minoría, que nunca hemos tenido".
Hofmeister, en cambio, no descarta la posibilidad de una colaboración entre socialdemócratas y conservadores. "Si por alguna constelación electoral, ninguna de las coaliciones es posible, de repente podemos terminar de nuevo en una Gran Coalición. En Alemania nadie está discutiendo esta posibilidad, pero no lo descartaría por completo".
La deuda europea entra en campaña
Parte de las discusiones políticas entre SPD y CDU afectan a la UE, como no podía ser menos tratándose de la locomotora económica de la Unión y de uno de los soportes del proyecto europeo. Las diferencias afectan a los fondos de reconstrucción europeos y a la suspensión de la regla de endeudamiento y gasto para salir de la crisis del coronavirus.
Sholz ha prometido volver cuanto antes a las reglas presupuestarias inscritas en la Constitución alemana, pero los conservadores le han acusado de querer prolongar el mecanismo de solidaridad europeo y convertir la UE en una "Europa de la deuda".
"Sholz ha dicho muy claro que apoya el fondo reconstrucción debido a la pandemia, ha dicho publicamente que es el primer paso para un nuevo sistema de responsablidad de los países en la UE", explica Thomas Kreutzmann. "No es que quiera regalar dinero, pero si más unidad en la UE y que en ciertos casos los alemanes puedan garantizar el reembolso de deudas con sus socios en Europa".
"La CDU no está en favor de introducir un mecanismo permanente de endeudamiento de la Unión - advierte Wilhem Hofmeister - El fondo de recuperación es una excepción, no algo que pueda continuar en el tiempo".