La cara B de la pandemia: los trabajadores de la economía sumergida
- Con la COVID-19, muchos trabajadores "en negro" se quedaron sin sustento y sin derecho a ayudas
- En España se estima que un 20 % del PIB procede del trabajo irregular
Repartir folletos, servir mesas o cocinar. Trabajar durante 12 horas y al final del día recibir un sobre con algunos billetes. Esa ha sido la realidad de Desiré durante muchos meses desde que llegó a España. Ella asegura que tuvo suerte.
"En otros sitios engañan mucho, te dicen que te pagan mensual, pero cuando llega el día de la paga te salen con que no vas a cobrar porque no han hecho caja para tu sueldo", cuenta esta joven.
De sus largas horas en la cocina sin seguro y sin contrato no queda más testimonio que las secuelas psicológicas. En los papeles, nada. Cuando la pandemia arrasó con todo, Desiré no puedo acogerse a un ERTE. Dice que aguantó tanto tiempo "por la promesa de un precontrato", que le hubiera permitido regularizar su situación en el país.
Se estima que la economía sumergida supone el 20 % del PIB
Desde la llegada de la COVID-19 no hay estudios que confirmen el impacto en la economía sumergida, pero los expertos creen que ha bajado de forma coyuntural por el parón de todas las actividades. Los últimos datos del informe España 2050 del Gobierno indican que supone el 20 % del PIB del país.
"Triplica el dato de Alemania, que está en poco más del 7 % y duplica casi el dato de Francia que estaría en un 11 %" apunta Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda.
Su organización lleva años reclamando más medios para monitorizar este fenómeno. Han observado que el trabajo irregular sigue teniendo una fuerte presencia en sectores como servicios y también en la agricultura. Y advierten de que si la recuperación económica no se consolida la economía sumergida podría volver a ganar terreno.
"Nosotros hablamos siempre de voluntad política, viene faltando desde hace años", reclama Cruzado. Y añade: "Echamos en falta medidas como el aumento de responsabilidades y competencias de los técnicos de Hacienda en materia de gran fraude".
En los planes del Gobierno hay un objetivo definido: reducir la economía sumergida al 10 % del PIB en 2050. Un horizonte lejano para trabajadores como Desiré. Ella admite que "no existe el largo plazo", solo la urgencia de trabajar y vivir hoy.