Volar a una isla en erupción: "Hemos dudado mucho si venir o no por respeto a la población afectada"
- Periodistas, técnicos, científicos, turistas y palmeros han viajado en el único vuelo directo del día desde Madrid
- Después, las compañías han suspedido temporalmente las operaciones con la isla debido a la nube volcánica
- Sigue la erupción del volcán de La Palma en directo
Aeropuerto de Barajas, viernes 24 de septiembre, 07:20 horas de la mañana. Decenas de personas se disponen a embarcar en el vuelo IB580 con destino a Santa Cruz de La Palma. Aún no lo saben, pero será el único del día desde Madrid, ya que Iberia, la única compañía que conecta la Península con La Palma en vuelo directo, decidirá poco después suspender temporalmente las operaciones con la isla debido a la nube de ceniza volcánica generada por el volcán.
Hay muchos asientos vacíos en el avión, y apenas hay que hacer cola para embarcar. Las azafatas dan la bienvenida a los pasajeros, que comienzan a instalarse en sus asientos para realizar un vuelo de aproximadamente dos horas y cuarenta minutos que los llevará hasta la isla donde en estos momentos un volcán sigue escupiendo fuego con furia después de cinco días. El pasaje está formado, sobre todo, por técnicos y periodistas de diferentes medios de comunicación, aunque también hay científicos, turistas, palmeros que regresan a casa y algún que otro político.
“Pasajero: "Paralizar el turismo y que la isla deje de ingresar dinero no creemos que sea la solución"“
La mayor parte de los turistas que han llegado a La Palma durante los últimos días tenían ya la reserva hecha antes de que el volcán entrase en erupción. Muchos cancelaron el viaje, pero otros decidieron seguir adelante. Es el caso de María y Carlos, una pareja joven que embarca en el avión llevando al hombro sus mochilas de senderismo. "En ningún momento hemos dudado. Al principio, nos preguntamos si podríamos ir, pero luego hemos visto cómo ha evolucionado la situación y cada vez lo hemos tenido más claro", aseguran.
Según confiesan, su preocupación era que cerrasen el espacio aéreo debido a la nube de cenizas, y tuviesen que posponer el viaje. "No tenía mucho sentido retrasarlo porque la erupción va a seguir. Paralizar el turismo y que la isla deje de ingresar dinero no creemos que sea la solución", opinan.
El principal motivo que les ha llevado a La Palma ha sido "disfrutar de su naturaleza y sus rutas a pie", aunque tampoco ocultan que intentarán ver el volcán en plena ebullición, "sin incomodar a nadie y desde un mirador lejano".
"Viajamos a La Palma por el volcán"
Aún más contundentes se muestran Isabel y Pedro, que no se andan con rodeos: "Viajamos a La Palma por el volcán". Cuando contemplaron las imágenes de la erupción en su televisor, ellos decidieron comprar los billetes para verlo en primera persona. "Consideramos que el turismo beneficia a la economía de la isla y también es una forma de ayudar a la gente", expresan, y no comparten la opinión de quienes pueden criticarlo, porque "por esa razón tampoco se podría viajar a la India".
Otra pareja, que prefiere no dar sus nombres, también está a punto de subir al avión. Aunque ellos no lo han tenido tan claro. "Hemos dudado mucho si venir o no por respeto a la población afectada, porque quizá no es el mejor momento", confiesan. Según cuentan, han optado por no suspender el viaje solo después de hablar con gente de la propia isla, que les ha convencido de que la llegada de turistas es precisamente "lo que ellos necesitan".
Gente de la isla como Marian y Antonio, que regresan a casa después de pasar unos días con su hija, que vive en la Península. El domingo 19 de septiembre, la erupción volcánica les sorprendió lejos de La Palma, lo que ha provocado que hayan vivido el fenómeno "con mayor impotencia".
Durante estos momentos de incertidumbre, han tenido siempre presentes a sus familiares y vecinos palmeros, porque creen que la erupción "es una amenaza para el futuro de la isla", por lo que piden "al Gobierno y todas las instituciones pongan lo que tienen que poner" para ayudarles. Según expresan, lo que más les preocupa ahora es dónde se van a alojar todas las familias cuyos hogares han sido destruidos por el volcán.
"Los palmeros estamos saturados"
En el caso de Francisco y Jacobo, no han sido asuntos personales sino profesionales lo que les ha llevado a la Península. Llegaron a Madrid a comienzos de semana, por lo que la erupción les sorprendió en la isla y pudieron vivir los compases iniciales. "Los palmeros no tenemos miedo, pero siempre tenemos presente que algo así puede ocurrir", afirma Francisco, quien cuenta cómo él ya ha vivido dos erupciones y, su madre, tres.
"Estamos tranquilos, por el tipo de volcán, que no es tan explosivo. La mayor parte de la gente en la isla hace una vida relativamente normal", afirma, y critica que el fenómeno, al final, "se ha magnificado". "Se está sacando de contexto, y creo que los palmeros estamos un poco saturados", dice.
Francisco y Jacobo viven en Santa Cruz de La Palma, ubicada en la parte oriental de la isla, una zona que está más resguardada de la violencia del volcán. "Nosotros en este lado de la isla no tenemos miedo, pero entiendo que lo tengan en la parte occidental, porque en cualquier momento se puede abrir una nueva boca", asegura Jacobo.
Sobre la llegada de turistas a la isla en estos momentos, ambos lo ven con buenos ojos, si se hace "con respeto". "No tiene por qué haber confrontación en este sentido, mientras no interfieran. No vienen a disfrutar de la desgracia de nadie", enfatizan.