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Las claves de la semana

De los ríos de lava a las nubes de gas: cinco claves tras la primera semana de erupción en La Palma

 

Los primeros seis días de erupción dejan más incógnitas que respuestas. Repasamos el viaje de la lava, la situación en La Palma y qué ha ocurrido con otros volcanes del mundo.

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Las ilustraciones de esta noticia han sido elaboradas por el equipo de Diseño de RTVE.es.

Canarias empezaban esta semana conmocionada por la erupción de un volcán en la isla de La Palma. El despertar en la Cumbre Vieja puso fin a 50 años de silencio volcánico, y el rugido de la tierra mantiene en vilo a toda España.

Afectados por la destrucción que la lava deja a su paso, los palmeros se debaten entre la fascinación y la desolación. Aún no saben cuándo concluirá la erupción, pero son conscientes de que ya no habrá calles o casas a las que volver.

También saben que, cuando todo pase, tendrán que hacer suya esa roca yerma. Un lugar sobre el que la vida no será posible en mucho tiempo, y que, sin embargo, marcará para siempre la existencia de una isla nacida al calor de la lava y del fuego.

1. Así ha avanzado la lava en la primera semana de erupción en La Palma

Después de responder a las primeras y más acuciantes preguntas sobre la erupción, los servicios rápidos de geolocalización de Copernicus, el programa europeo que observa la tierra desde el espacio, emitieron una primera estimación: la lava de la principal lengua del volcán había recorrido unos tres kilómetros en dirección al mar, arrasando todo lo que encontraba a su paso.

Para el viernes, tras casi una semana de erupción, las rocas volcánicas ya habían cubierto 188 hectáreas de terreno, afectando especialmente a los términos municipales de El Paso, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente. Las imágenes sobre estas líneas muestran los primeros días del avance de la colada; seis jornadas en las que más de 300 propiedades han quedado sepultadas bajo toneladas de piedra volcánica.

De acuerdo con la información facilitada por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, de la tierra ya han brotado más de 26 kilómetros cúbicos de lava, con la aparición de nuevas bocas eruptivas. El frente de la colada abarca unos 500 metros y su altura llega a rebasar los 12 metros. Un gigante ante el cual solo han logrado sobrevivir algunas propiedades.

La historia detrás de la 'casa milagro' de La Palma

Los que lo han perdido todo no solo tendrán que rehacer sus vidas, sino que se enfrentan al dilema de poseer un terreno sobre el que no podrán volver a construir. Es lo que en Canarias llaman el “malpaís”, explica a DatosRTVE Rosa Mateos. Una tierra que la geóloga del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) define como cortante, fruto de la erosión de los gases que emanan del interior de la colada; y baldía, ya que tendrán que pasar muchos años hasta que sobre ella pueda reaparecer la vida.

Las calles sobre las que se ha extendido la lava han quedado protegidas como patrimonio geológico por sus peculiares características. Si la erupción supone ganar nuevo terreno al mar, éste será de propiedad pública. Por su parte, los terrenos sepultados por la lava mantendrán su dueño. Y aunque existe la posibilidad de que el Estado expropie o canjee esos terrenos ahora yermos, se trata de una cuestión delicada por lo que pueda tener de precedente, como explicaba a RNE José Luis Barrera, vulcanólogo del Colegio Oficial de Geólogos.

2. Un viaje lento y letal en busca del mar

Como en las anteriores erupciones en la dorsal de Cumbre Vieja, la lava fluye en busca de un mar que no se sabe si alcanzará. En esta ocasión, está descendiendo por la ladera oeste del volcán. Ahora bien, las últimas observaciones apuntan a que la colada se está ralentizando y el flujo de lava podría tardar en detenerse entre 24 y 84 días.

“Es mejor que la lava llegue al mar porque se mueve por un solo camino”

A medida que se aleja del centro de emisión y se enfría, el ritmo de la colada aminora. De los 700 metros por hora a los que avanzaba en los momentos posteriores a la erupción, la velocidad de la lava se ha reducido a unos 4 metros por hora. A este ritmo, el IGN descarta que la lava llegue al mar en los próximos días, pero las autoridades canarias ya han tomado medidas para controlar una eventual desembocadura en el Atlántico.

"Es mejor que la lava llegue al mar porque eso implica que fluye y se mueve por un solo camino", afirma Mateos. No obstante, la geóloga advierte de que, si se produce este encuentro, lo más probable es que haya pequeñas explosiones por la diferencia de temperatura.

A su llegada a la costa, la lava puede formar un delta. Al entrar en contacto con el agua, el tubo volcánico se enfría y se rompe, de modo que los fragmentos resultantes rellenan el lecho marino y permiten que el flujo de lava se adentre en el agua. Se trata de un terreno ganado al mar que pertenecerá al dominio público marítimo-terrestre estatal, de acuerdo con la Ley de Costas.

Sin embargo, si las olas golpean y rebasan el tubo volcánico, por cuyo interior continúa fluyendo lava a más de 1.000 ºC, la estructura puede partirse. Un accidente en el que, según explica la experta del IGME, el agua se evapora a mucha velocidad provocando explosiones, pequeñas nubes tóxicas e incluso olas de agua hirviendo.

3. ¿A dónde se dirige el dióxido de azufre tras la erupción?

Acompañando a los piroclastos, las pequeñas partículas que salen despedidas en las erupciones, de los puntos de emisión del volcán brota una columna de gases que, según las mediciones del IGN, ha alcanzado picos máximos de 4.500 metros de altitud.

Uno de los componentes principales de esta columna es el dióxido de azufre (SO2), un gas irritante y tóxico que provoca ataques de tos cuando es absorbido por las mucosidades y los pulmones. En concentraciones altas y por cortos períodos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.

De acuerdo con las mediciones del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), una nube de esta sustancia ha viajado desde La Palma hacia la península, cubriéndola casi por completo durante el viernes y el sábado. Sin embargo, el riego real es reducido, según los expertos.

Las concentraciones de este gas son muy elevadas si se mide el punto máximo de toda la columna, explica Albert Barniol. Sin embargo, el jefe del Área de Meteorología de RTVE cree que es poco probable que pueda haber episodios de lluvia ácida en estas latitudes, ya que los valores de SO2 disminuyen si se desciende al nivel de la superficie terrestre.

"Las repercusiones que el SO2 liberado por el volcán Cumbre Vieja tendrá sobre las condiciones meteorológicas y la calidad del aire en la superficie serán con toda probabilidad muy reducida", afirma Mark Parrington. El científico sénior del CAMS explica que la mayoría del gas emitido se encuentra "en capas muy superiores de la atmósfera" y solo se apreciará "en forma de ligera neblina en el cielo" a medida que las emisiones se alejan de la fuente.

4. La Palma: un volcán sobre volcanes

Geológicamente, La Palma es una isla joven que comenzó a surgir hace 4 millones de años en el fondo del mar ligada a la actividad volcánica.

Desde entonces, y hasta hace apenas 500.000 años, su desarrollo se concentró en el dominio geológico de Taburiente, al norte de la isla.

La geóloga del CSIC Rosa Mateos explica a DatosRTVE que el primer volcán que dio origen a la isla empezó a levantarse hace en torno a cuatro millones de años a unos 4.000 metros de profundidad en el fondo del mar.

La Palma afloró por encima del nivel del mar hace unos tres millones de años, prosigue la experta, y fue creciendo hasta superar los 3.000 metros de altura con sucesivos estratovolcanes durante los siguientes 2,5 millones de años.

Hace en torno a 500.000 años, la acumulación de material en el flanco sur y la gravedad provocaron un enorme derrumbe conocido como el deslizamiento del valle de Aridane. En torno a 200 kilómetros cúbicos de material se deslizaron hacia el fondo del mar. Estos restos dejaron al descubierto la actual Caldera de Taburiente y conformaron el talud de la isla. Además, permitieron que La Palma creciera en esa dirección.

A partir del deslizamiento del valle de Aridane, la actividad volcánica se desplaza a la zona sur de la isla, conocida como el dominio Dorsal.

Del volcanismo formativo se pasa al volcanismo fisural, una etapa que todavía no se ha terminado y en la que se diferencian dos zonas: la Cumbre Nueva y la Cumbre Vieja.

En esta zona, la lava desciende hacia ambos lados de una espina dorsal perforada en toda su longitud por más de una veintena de cráteres. Entre ellos están algunos de los causados por las erupciones históricas que ha habido en la isla.

5. Otros volcanes en el mundo

El de Cumbre Vieja es uno de los 69 volcanes que han entrado en erupción en lo que va de 2021, según el registro del Programa Global de Vulcanismo de la Smithsonian Institution, que contabiliza más de 1.000 volcanes activos en el mundo. Este año se han iniciado 21 erupciones y alrededor de 50 continúan activas -registran eventos eruptivos intermitentes, sin interrupciones superiores a tres meses- en más de 20 países distintos. El último en incorporarse a esta lista es España.

La Palma es la zona con más actividad volcánica de nuestro país, donde la mayoría de las zonas volcánicas están extintas. Un volcán activo es aquel que ha erupcionado en los últimos 10.000 a 40.000 años, según la fuente. Los ‘periodos de reposo’ entre erupciones pueden durar miles de años, tras lo cual un volcán puede entrar en erupción en cualquier momento.

En los últimos 2.000 años, el Centro Nacional de Información Medioambiental (NCEI por sus siglas en inglés) ha registrado más de 800 eventos volcánicos significativos provocados por casi 270 volcanes distintos en todo el mundo.

Fuentes: Instituto Geográfico Nacional (IGN), Instituto Geológico y Minero de España (IGME) del CSCI, Servicio Rápido de Geolocalización y Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, Programa Global de Vulcanismo de la Smithsonian Institution, NCEI/WDS Global Significan Volcanic Eruptions Database, Google Earth.