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Alemania

Merkel, vista por tres generaciones de alemanes

  • Los votantes con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años prefieren las propuestas de Los Verdes
  • La segunda opción de los jóvenes es la de los socialdemócratas, lo que supone un cierto grado de censura a los años de Merkel
  • Especial: Elecciones en Alemania 2021

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¿Estabilidad o cambio?: los alemanes valoran los 16 años de Merkel como canciller

Malena Müller tiene 20 años. Sólo ha conocido a una canciller en su vida. “Voy a echar de menos a Angela Merkel”, nos dice a dos días de las primeras elecciones en tres lustros en las que Merkel no va a ser candidata. “No me puedo imaginar un país sin ella”, añade.

Casi tres millones de alemanes van a poder elegir por primera vez a un o una canciller diferente a la que ha gobernado el país durante buena parte de sus vidas. Malena reconoce que no puede comparar pero cree que Merkel “ha hecho un buen trabajo, yo vivo feliz y creo que Alemania es un país que te da muchas oportunidades, incluso más que otros países de Europa”.

Merkel ha hecho un buen trabajo, yo vivo feliz

Para esta joven berlinesa, su generación está “demasiado informada” y, hasta cierto punto, “malcriada: no tenemos problemas realmente graves”. Acepta que el medio ambiente o la digitalización deben ser abordados de otra manera pero rechaza las medidas radicales.

La visión de esta joven berlinesa no es, sin embargo, la mayoritaria entre los jóvenes alemanes. Según las encuestas, los votantes con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años prefieren las propuestas de Los Verdes, que proponen medidas de descarbonización que Merkel y la derecha alemana considera inviables y lesivas para la potente industria germana.

La segunda opción favorita de los jóvenes es la de los socialdemócratas, lo que también supone un cierto grado de censura a los años de Merkel, a pesar de que el SPD haya gobernado junto a ella la mitad de su etapa en la cancillería.

Para Malena, el cambio que va a vivir Alemania va a ser “mucho más fuerte de lo que la gente piensa”. Empezando por la propia canciller, que ya no será la Merkel “auténtica”, como nos dice esta futura estudiante de Medicina.

Estabilidad: buena para el presente, mala para el futuro

A sus 42 años, Gregor Lersch se crió con Helmut Kohl en la cancillería: “Yo tenía tres años y crecí con Kohl toda mi juventud. Y además es el canciller de la reunificación. Me resulta difícil compararlo con Merkel”.

Pero también desde un punto de vista político, a Gregor le resulta complicado comparar a Merkel con su predecesor, el socialdemócrata Gerhart Schroeder, porque, afirma Lersch, “Schroeder cambió muchas cosas. Las reformas sociales y laborales son suyas, hasta el punto de que los éxitos de Merkel en sus primeros años son, en realidad, resultado de las políticas de Schroeder, que cambió cosas que Merkel no quería tocar”.

Para Gregor, director de exposiciones del Museo Judío de Berlín, lo que define políticamente a Merkel es, ante todo, la “estabilidad”. Ve a la canciller como una política que se ha dedicado más a “gestionar el país” que a dotarle de una “visión global”. Por eso cree que, en el fondo, “la época de Merkel es un tiempo de paralización”.

Lo cual no implica que no reconozca el papel de Merkel en las crisis (“la canciller en las crisis”, la han llamado): “pero fueron intervenciones”, analiza Lersch, “que se produjeron cuando la presión era tan grande que no le quedaba más remedio que cambiar algo. Ese es el problema”.

A una parte de la población alemana, sobre todo la más acomodada o sin grandes urgencias, no le ha ido mal con Merkel, reconoce Gregor Lersch. “En tiempos de crisis financiera y del euro, la estabilidad fue buena para los alemanes. Sin embargo, también vemos en estos últimos años que cada vez hay más diferencias entre ricos y pobres, que cosas fundamentales como la vivienda quedan en manos de los Estados y no del gobierno federal. En fin, hay muchas cosas que no se hicieron, que no pasaron, y que se deben cambiar”.

Está muy bien que se termine esta era de Merkel

La principal, en opinión de Lersch, es la cuestión ambiental, unida a la tecnológica. Nos dice que “no podemos continuar así. Está muy bien que se termine esta era de Merkel y yo espero mucho que se cambie algo. Porque lo que propone Laschet es una continuación del sistema Merkel y eso es lo último que necesitamos. La digitalización es un desastre, no sólo en las escuelas, que lo hemos visto en la crisis del COVID, sino también a nivel de gobiernos. La Administración quedó paralizada. Y también en la industria del automóvil, que hasta ahora no ha empezado a cambiar todo a los vehículos eléctricos”.

Lersch conoció personalmente a Merkel durante la visita a un museo. Por eso puede destacar su carácter personal: pragmático, directo y sencillo. Nos cuenta la anécdota: “yo hacía de guía durante una hora para ella y su marido. A los 20 minutos llegó la policía y le dijo, “señora Merkel, la puerta de su casa está abierta”. Y ella se giró hacia su marido y le espetó muy enfadada: “¿pero por qué has dejado otra vez la puerta abierta?” Luego le dijo sencillamente a la policía: hay que cerrar la puerta. Y nada más, ese es su pragmatismo: cerrar la puerta y seguir adelante".

Cambiar para seguir adelante

A sus 68 años, Ferenc Hajja ha conocido a todos los cancilleres de Alemania desde la II Guerra Mundial. “Incluso un poquito de Adenauer”, nos cuenta junto a la puerta de Brandenburgo, corazón del Berlín a la que Ferenc llegó desde su Hungría natal. Por su vida y experiencia, reconoce en Merkel a una persona “templada, que ha sabido encontrar el punto de encuentro entre dos extremos. Tiene buen talante, es reflexiva y nunca emocional".

Merkel ha logrado parecer eterna, una especie de reina o papisa

Pero esas virtudes personales se matizan cuando a Ferenc le preguntamos por la política de la canciller que se va. Cree que, de hecho, Merkel será recordada “más como una líder europea que alemana, porque en Alemania no han cambiado muchas cosas en los últimos 16 años”. De hecho, ironiza este informático jubilado, “Merkel ha logrado parecer eterna, una especie de reina o papisa” que ha practicado una política, y aquí Ferenc no bromea, como si fuese una “marea constante pero suave, de manera que da la impresión de que no ha pasado realmente nada, ningún cambio verdaderamente importante”.

Ferenc reconoce que “para una parte de la sociedad, está muy bien que nada cambie. Para las clases medias, para los que están establecidos y no tienen grandes necesidades, está bien. Es algo humano: no necesitas grandes cambios si estás bien. Pero los jóvenes necesitan que las cosas cambien. Tienen nuevos problemas: el medioambiente, la vivienda. Las nuevas generaciones necesitan que se den pasos en ese sentido”.

Por ellos, los jóvenes, y por sus propias ideas, Ferenc votará a Scholz, el candidato socialdemócrata que, curiosamente, más se ha parecido a Merkel en la campaña electoral. Aunque Ferenc Hajja cree que “no son lo mismo, ni harán lo mismo porque Los Verdes van a hacer todo lo posible para que haya cambios. Creo que eso es bueno".