La lava destruye el ecosistema marino al llegar al océano, aunque "la vida volverá" en los próximos años
- El ejemplo de la erupción de El Hierro en 2011 muestra que años después la biodiversidad es aún mayor
- La lava "aniquila" a todas las especies del fondo marino, incluido un importante bosque de coral, que tardarán más en volver
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Finalmente, en el décimo día de la erupción, la lava del volcán de La Palma ha llegado al mar. El contacto entre fuego y agua ha formado columnas de humo y ha provocado la emisión de gases tóxicos para los humanos, pero este impacto afectará intensamente también a toda la fauna y flora marina de la zona.
"Lo primero que vamos a ver es una mortandad de los organismos ligados al fondo", desde las algas a los moluscos, que quedarán completamente "aniquilados" al ser cubiertos por toneladas de lava. Así lo explica a RTVE.es el oceanógrafo Eugenio Fraile desde el buque científico Ramón Margalef, donde su equipo monitoriza el impacto de la erupción sobre este valioso ecosistema marino.
Precisamente en la zona donde la lava ha llegado al mar habita "un bosque de corales negros donde viven refugiados muchos otros organismos", señala el biólogo marino Alberto Brito. Toda esa vida desaparecerá a medida que se crea una nueva topografía, pero el efecto será distinto metros más arriba.
Además de la lava, los materiales emitidos por el volcán alteran profundamente el hábitat de todas las especies de peces y otros animales presentes en la zona. El océano está asumiendo todos los materiales contenidos en el magma y ya son visibles las primeras consecuencias: "Una decoloración del océano, que se está volviendo verde o turquesa, variaciones de temperatura, de florescencia, reducción del oxígeno, etc.", enumera Fraile.
"Se están viendo muchas anomalías físico-químicas que por supuesto tienen una afección en el ecosistema", añade. El magma ha hecho bajar el PH del agua y acidificarla, lo que expulsa a los seres vivos de la zona, que tardarán años en volver. Pero a diferencia de las especies fijadas en el fondo marino, como los corales, los peces han podido abandonar la zona antes de que llegara la lava.
La erupción de El Hierro: una explosión de biodiversidad años después
Los expertos tienen muy cercano otro ejemplo de los efectos de una erupción en el mar. Se trata del volcán submarino Tagoro, en El Hierro, que emitió lava y gases durante seis meses entre 2011 y 2012.
"La principal diferencia es que en la erupción de El Hierro los gases que ahora en La Palma se están diluyendo en el aire allí tenían que pasar por el agua, lo que creó una gran mancha de color verde marronácea", asegura Janire Prudencio, sismóloga volcánica y presente en la pequeña isla canaria tras la erupción para comprobar sus efectos.
En un primer momento los gases tóxicos del volcán "contaminaron" el agua al sur de El Hierro, pero en un plazo de tres años no solo se recuperó la vida marina, sino que incluso aumentó la biodiversidad de la zona, gracias a los nutrientes y el calor que aportó el Tagoro. A ello ayudaron las restricciones a la actividad pesquera impuestas por el Gobierno canario y que contaron con la fuerte oposición de los pescadores de la isla.
"Sé que es difícil decirles a los pescadores que no va a haber peces en tres años, es descorazonador, pero nuestros datos nos dicen que en este plazo puede estar no igual sino mejor", subraya Fraile, que también ha monitorizado el volcán Tagoro en los últimos años.
“Igual que la lava es fértil para la agricultura también lo es para la vida submarina“
Ahora, el litoral de la isla más occidental de las Canarias ha recuperado tanto la vida que hay en marcha una propuesta para proteger estas aguas mediante un nuevo Parque Nacional marino, el "Mar de las Calmas". "Igual que la lava es fértil para la agricultura también lo es para la vida submarina", asevera Prudencio, que está convencida de que como en El Hierro, en La Palma "la vida volverá".
Un nuevo delta en La Palma
Al contrario de los peces, "las poblaciones de fondo cuestan mucho más recuperarlas porque son especies de crecimiento lento", advierte Brito. Las nuevas especies que recolonicen la zona lo harán sobre un nuevo territorio de la isla, que será el más joven de España.
Allá donde llega el magma se ha creado una "plataforma lávica que ha hará crecer isla centenares de hectáreas" explica José Mangas, catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas.
"No se va a meter mucho en el mar, decenas o como mucho centenas de metros, porque ahí tenemos profundidades muy fuertes. A un kilómetro de la costa ya tenemos 300 metros de profundidad", detalla. Horas después de la llegada de la lava ya se empieza a apreciar este "delta", similar al que creó la erupción del volcán de San Juan en 1949, o, de un tamaño menor, el del Teneguía en 1971, al sur de la isla.
La colada que creó el estallido de 1949 discurrió por una zona muy cercana a la actual y desembocó en lo que ahora es el saliente de Las Hoyas, mientras que la del 1971 creó la playa de Echentive, hasta ahora el territorio más joven de nuestro país.
El sustrato que creará el nuevo volcán (aún sin nombre), "se va a ir recolonizando rápidamente por nuevos colonizadores". Después del fondo marino, empezará la vida superior, el fitoplancton, el zooplancton, los peces y, en definitiva, "un ecosistema marino con una biodiversidad mucho más grande de la que había", señala Fraile.
Por el momento la afección a toda la fauna y flora parece "bastante localizada" en el litoral donde está cayendo la lava, pero el buque oceanográfico está trabajando en prospecciones mar adentro para comprobar hasta qué zona afectará el impacto de la erupción. Todo dependerá de las corrientes, los vientos, o de "la posibilidad de que una nueva colada llegue al mar" por otro punto de la isla.
El buque de le expedición que dirige Fraile, que llegó a La Palma el pasado sábado, se mantendrá durante días para seguir analizando esta oportunidad histórica para los científicos a bordo. "Hemos podido llegar a tiempo, antes de que la lava tocara el mar. Ahora podemos seguir midiendo los distintos niveles para obtener claves cientificas, piezas del puzle para tener una visión completa de como actúa el sistema volcánico", sigue el oceanógrafo.
El objetivo, asegura, es "hacer ciencia de calidad para en un futuro mitigar los efectos más trágicos de otros procesos volcánicos, que los habrá, porque las Canarias es un archipiélago volcánico".