Carlos Zaragoza: "Vivo es una mezcla de Gene Kelly, Fred Astaire y Bruno Mars"
- Hablamos en el Weird Market con el diseñador de producción de la película de animación
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Lin-Manuel Miranda (Nueva York, 1980) es un compositor, letrista, dramaturgo, actor, cantante, director y productor estadounidense, famoso en todo el mundo por dos exitosos musicales de Broadway: In the Heights y Hamilton. Ahora ha cumplido otro sueño, crear una película musical, Vivo, que está ambientada entre Cuba y Florida, y para la que ha compuesto la música y ha prestado su voz al protagonista. Pero para trasladar ese sueño a la animación ha tenido la ayuda de un gran equipo, del que destacamos al diseñador de producción español Carlos Zaragoza (El laberinto del fauno, Emoji: La película).
Carlos ha sido uno de los invitados de honor del Weird Market, celebrado en Segovia, donde hemos podido hablar con él sobre este gran musical producido por Sony y que puede verse en la plataforma Netflix.
La historia está ambientada en la Habana y diferentes localizaciones de Miami y Florida. “Aunque sea un musical -nos comenta Carlos-, queríamos hacer una representación honesta de estos lugares, pero, por otro lado, buscábamos ese aspecto irreal de los musicales. Representar la música y lo que tiene de colorido, emoción y exageración. Me encantaría que la gente fuera a la Habana buscando el Capitolio al lado del Malecón y la Habana Vieja, que no están. O que fuese a Miami buscando el teatro Mambo Cabana, que es una invención”
“Es un gusto hacer cosas que están basadas en historias que la gente conoce, pero mostrarlas de una manera que nunca han visto”, añade Carlos.
Inspirado en los musicales clásicos
Carlos asegura que las principales fuentes de inspiración de la película son tres: “Por un lado la música de Lin-Manuel Miranda, cuyo estilo es una mezcla de rap, hip hop, Broadway y música del Caribe, no solo cubana sino también de Puerto Rhythm & blues… es una combinación única y especial”.
“Otra de las influencias -añade- es el diseño escenográfico de los musicales clásicos, el teatro, la ópera, los videos musicales… y los posters vintage de los años 40, 50 y 60, que tenían esa representación del mundo idealizada, con una gran simplificación gráfica y una paleta de colores muy potente y saturada. Esas fueron las principales inspiraciones para lo visual”.
Sin olvidar la mezcla de lo clásico y lo moderno: “Si, esa mezcla de la música cubana con la de Lim-Manuel Miranda -nos comenta Carlos-. Al final es una mezcla de lo clásico y lo contemporáneo, que también es lo que cuenta la película Vivo: el protagonista empieza anclado en su rutina ideal en la Habana pero la vida le arrastra a un sitio que está fuera de su espacio de confort, pero que al final hará suyo”.
Por supuesto los musicales son otra de las influencias de la película: “Desde los musicales clásicos de Hollywood de los 50 y 60, donde todo está tratado de esa manera teatral, exagerada y no realista, hasta los videos de música más actuales y la publicidad, dónde hay una exploración constante por hacer algo nuevo. También me fascina la escenografía teatral de la Ópera, el Teatro… desde la Fura dels Baus a la música clásica. He intentado meter todo eso en una película de Hollywood, que tiende a ser más conservador. Ahí estaba el desafío”.
El protagonista es un Kinkajú
El protagonista de la película es Vivo (interpretado por el propio Lin.Manuel Miranda), un Kinkajú (un mamífero carnívoro de Centroamérica) criado con un anciano músico cubano (Andrés), que toca todos los días en el malecón. El anciano recebe una carta de su gran amor de juventud (a la que nunca le dijo que la amaba), para que actúen juntos por última vez en Miami. Andrés le quiere llevar la canción con la que pensaba declararse cuando se separaron (y que ha guardado desde entonces), pero antes de partir fallece, por lo que Vivo, acompañado por una alocada jovencita (Gabi) viajarán a Florida para entregarle esa canción.
Preguntamos a Carlos por qué se decidieron por un kinkajú como protagonista. “Al principio pensamos en otros animales -confiesa-, pero buscámos un personaje que fuera como un alien en La Habana, porque no viven en Cuba, y que fuera también extraño a Florida. Lo que se suele denominar un “pez fuera del agua”. Ese personaje que tiene que encontrar su sitio”.
“Aparte -continúa- nos gustaban las características físicas del Kinkajú, que es trepador, ágil, acrobático, con cola prensil… y que nos permitían dar elasticidad al diseño, es un personaje que es un Gene Kelly, Fred Astaire, Bruno Mars… en La Habana”.
Otro desafío fue cómo separarlo de lo fotorrealista -añade-. No queríamos un animal peludo haciendo esas acrobacias y por eso el diseño es así. Un compañero era un fan de la animación Stop motion (fotograma a fotograma) y yo soy muy fan de Jim Henson (Los Teleñecos), así que pusimos juntas esas ideas para hacer que los animales tuvieran ese atractivo inmediato. Lo que me gusta de Henson es que puede crear un gran personaje, simplemente poniendo dos ojos, que no se mueven, a una bolsa peluda. Y que puedan ser tan atractivos y expresivos, que ames a ese muñeco. Eso es lo que queríamos conseguir con Vivo”.
Gabi, la niña que ayuda a Vivo, se nos presenta como un personaje un poco repelente, pero al final conquistará nuestro corazón: “Es un personaje que la coescritora del guion introdujo más tarde pensando en su hermana pequeña -confiesa Carlos-. Es de segunda generación latina en Estados Unidos y su hermana pequeña no conocía su país de origen, Puerto Rico. La niña era literalmente un torbellino y esa fue la inspiración para Gabi. A mí me pasó lo mismo, al principio me producía la misma sensación de rechazo que a Vivo, pero luego te enamoras de ella. Creo que es un éxito por parte del director”.
Los dos ancianos cantantes, Andrés y Marta Sandoval (interpretada por Gloria Estefan) son una auténtica delicia: “Ha sido difícil retratar esa historia de amor clásico porque estas grandes películas de animación se dirigen a un público muy genérico. Es un equilibrio complicado porque no te puedes meter en un enfoque demasiado adulto, que saque de la historia al público infantil. Lo fundamental es tratar a los personajes con respeto y honestidad. Es lo más importante de la película”.
Una idea de Lin-Manuel Miranda
Carlos Zaragoza reconoce que la película nació de un proyecto muy personal de Lin-Manuel Miranda, que este año no ha parado de trabajar: “Estrena su primera película como director (Tick, Tick… Boom!), está en varias películas como actor, ha hecho las letras de Encanto (un musical de Disney basado en Colombia), ha compuesto las letras y es el protagonista de Vivo… Es el año de Lin-Manuel. No sé de dónde saca el tiempo, pero estaba muy apasionado con este proyecto en concreto. Empezamos trabajando con sus maquetas originales y a partir de ahí fue creando canciones nuevas. Todas las letras son suyas y el artista que les puso música es Alex Lacamoire, que es un genio y ha trabajado con él en todos sus éxitos de Broadway. Y además es Cubano, por lo que entiende la motivación de la película”
“Y encima tenemos a Juan de Marco, que es el productor que creó Buena Vista Social Club y que pone la voz a Andrés, otro de los protagonistas de la película. Es increíble y contribuyó con muchas ideas a su personaje. Fue un gusto” -nos comenta Carlos-.
La película de Spider-Man cambió la animación
Carlos Zaragoza confiesa que otra de las grandes influencias de la película es Spider-Man: Un nuevo universo (2018) que cambió la tendencia mundial a imitar al estilo de Pixar-Disney y abrió nuevos caminos a la animación. “Cuando me contrataron productoras de animación como Dreamworks, yo creo que buscaban mi experiencia en películas de imagen real; hacer las cosas verosímiles, cinemáticas… y eso me fascinaba. Pero yo esperaba otra cosa de la animación porque lo que me gusta es que te permite hacer cosas que no puedes hacer con una cámara".
“Con ese estilo Pixar se estaba llegando a conseguir un fotorrealismo perfecto, pero una vez llegamos a ese punto, ahora podemos explorar lo que queramos -continúa Carlos-. Las limitaciones por parte de los estudios eran más bien conceptuales, no querían salirse de lo que les funcionaba tan bien. Pero después de Spider-Man se comprobó que una cosa tan novedosa podía ser un éxito a nivel de crítica y público y el panorama ha cambiado muchísimo. Sony, por ejemplo, ha hecho tres películas este año con looks y narrativas visuales completamente distintos y muy originales: Los Mitchell contra las máquinas, Wish Dragon y Vivo. A partir de ahora se abre un horizonte muchísimo más interesante. Ya no tienes que justificar que quieras hacer una secuencia en 2D si tiene sentido en la historia. Yo estoy encantado con las nuevas posibilidades”.
Una de esas maravillas gráficas son secuencias musicales en las que los escenarios están prácticamente creados por puntitos. “Es complicado de hacer porque tienes que tener los suficientes elementos visuales para contar la historia y provocar una emoción -confiesa-. Nos gustaba hacer cosas nuevas que no hubiéramos visto antes y ese tira y afloja de cuán lejos puedes ir en la representación de las cosas. Por eso conseguir realizar esa secuencia hecha con líneas flotantes y puntos, y que transmita emociones, ha sido fantástico”.
Destacar que cada fotograma es una obra de arte llena de detalles. “Hay cosas de la película que solo notará la gente que las ha hecho y otras que apreciará gente que conozca el tema, porque me ha escrito gente desde Cuba, con comentarios que me han emocionado. Hemos intentado llegar a esa gente para la que esta historia puede ser realmente especial. Creo que cada pixel que pones en la pantalla está contando algo y cuanto más te documentes mejor. Aunque hay otros momentos de la historia en los que solo tienes que dejar lo esencial y haces cosas más simples”.
Vivo puede verse en la plataforma Netflix.