Caldera, piroclasto de caída o lapilli, las palabras que nos está dejando la erupción de La Palma
La nueva erupción que se ha producido en el complejo volcánico de Cumbre Vieja, en La Palma, ha provocado que en los últimos días las noticias se llenen de términos específicos del ámbito de la vulcanología que muchas veces resultan desconocidos para quienes no conocen los entresijos de esta disciplina científica. Estos son algunos de los conceptos más importantes que pueden ayudar a comprender el fenómeno geológico que se está desarrollando en la isla canaria.
Volcán activo: Un volcán se puede considerar activo si está en erupción o muestra signos de actividad, tales como terremotos o una emisión significativa de gas. También si se ha producido en él una erupción durante el periodo de Holoceno (últimos 10.000 años).
Magma: Es el nombre que reciben las masas de rocas fundidas del interior de la Tierra, antes de ser expulsadas a la superficie. El magma suele estar compuestos por una mezcla de líquidos, volátiles y sólidos.
Lava: Básicamente, es el magma cuando sale al exterior. Así, magma y lava serían dos términos muy relacionados, ya que el magma pasa a llamarse lava una vez que es expulsado por la boca del volcán.
Tubo: Los tubos de lava, o tubos volcánicos, son cuevas volcánicas, usualmente con forma de túneles, formados en el interior de coladas lávicas. Este tipo de formaciones hace que se desaloje la lava de una manera muy efectiva, evitando que el cauce de la colada se ensanche y cause más daños materiales a su paso.
Conducto: Es el canal por donde pasa el magma dentro de un volcán.
Colada: Es el resultado más visible y destructivo de las erupciones no explosivas, como la que está sucediendo en La Palma. Se trata del río de lava que brota del volcán, y se comporta como cualquier fluido. Si, como en el caso de La Palma, la orografía es inclinada y desemboca en el mar después de un corto recorrido, lo previsible es que este río de fuego vierta su contenido en el océano, donde se solidificará, ampliando el terreno de la isla.
Ceniza volcánica: Partículas muy finas de roca pulverizada que se emiten durante una erupción volcánica. Miden menos de 2 milímetros de diámetro y pueden ser sólidas o líquidas. Constituyen unos de los peligros más frecuentes de las erupciones volcánicas.
Bomba volcánica: Fragmento de roca, en estado líquido o semilíquido que se expulsa durante una erupción y en su trayectoria balística obtiene la forma de huso. Puede tener varios centímetros de diámetro.
Caldera: Es una gran depresión causada por diferentes factores, como pueden ser el hundimiento de las cámaras magmáticas subterráneas o por deslizamiento. Un tipo de caldera muy característica es la producida por el derrame de la lava en el cráter hacia el exterior, como la Caldera de Taburiente, situada a escasos kilómetros del punto de origen del nuevo volcán que está surgiendo en La Palma.
Cráter: Son depresiones circulares causadas por la actividad volcánica, al expulsar el magma al exterior. Funcionan como boca de erupción de muchos volcanes y están ubicados generalmente en su parte más alta.
Erupción: Es el proceso durante el cual los productos volcánicos (sólidos, líquidos, gases) llegan a la superficie y la atmósfera. Las erupciones pueden ser efusivas o explosivas.
Erupción efusiva: Se caracteriza por la expulsión de lava de baja viscosidad, poca producción de cenizas y con un contenido bajo en gases.
Erupción explosiva: Es una erupción muy violenta que se caracteriza de emisión de grandes cantidades de gas que estaban acumuladas bajo altas presiones. Los fragmentos de roca, el material piroclástico y las partículas finas pueden llegar a una altura de más de 20 kilómetros en la atmósfera.
Fajana: Las fajanas de delta lávico se crean cuando las coladas de lava avanzan sobre el mar, provocando la retirada de la línea de costa. Al impactar la lava con el agua, se solidifica creando una "isla baja".
Falla: Fractura o abertura que se puede apreciar en la superficie de la tierra y que afecta formaciones de rocas en profundidades de cientos de metros o kilómetros. Los movimientos a lo largo de una falla pueden generar terremotos o pueden permitir el ascenso del magma a la superficie.
Fisura: Fracturas prolongadas en los flancos de un volcán donde se produce emisión de gases, vapores y que muchas veces son el punto de inicio de una erupción.
Piroclasto de caída: Se trata de partículas finas y material volcánico, eyectados desde los centros de emisión del volcán, que recorren la atmósfera antes de caer en la superficie terrestre
Lapilli: Fragmentos de roca, pequeños y redondeados, que pueden medir hasta cinco centímetros y que son expulsados en estado líquido o sólido durante una erupción.
Erupción hawaiana: El volcán derrama lavas viscosas, que pueden avanzar fácilmente decenas de kilómetros de distancia y brotar también por los flancos del volcán. Estas erupciones rara vez son explosivas.
Erupción estromboliana: Se produce con pequeñas explosiones rítmicas, separadas por segundos u horas. Se forman columnas que no superan la altura de 15 km y emiten pocas cantidades de ceniza, que se queda a una altura de entre 100 y 200 metros de alto.
Erupción vulcaniana: es explosiva y más violenta que la estromboliana, con columnas que alcanzan entre los 3 a 20 km de altura. Las explosiones ocurren separadas por intervalos de minutos a días.
Erupción pliniana: la más violenta, la columna eruptiva puede alzar más de 30 km de altura y desperdigar materiales hasta largas distancias. Es el tipo de erupción del volcán Vesubio que sepultó Pompeya.
Conos de escoria o ceniza (tipo de volcán): son volcanes pequeños, que normalmente se forman por la erupción a través de un solo conducto. Su cráter tiene forma de plato.
Volcanes en escudo: Su diámetro es mayor que su altura. La pendiente es suave, aunque pueden llegar a ser muy altos. Se forman por la acumulación de lavas fluidas, como en las erupciones hawaianas.
Estratovolcán o volcán poligenético: estos volcanes están formados a capas, por la acumulación de diferentes materiales en cada erupción.