¿Quién sigue en ERTE?¿En qué condiciones?¿Se reincorporará?
- 239.230 personas continúan en ERTE en España
- '24 horas de RNE' disecciona la posibilidad que tienen estos trabajadores de volver a la actividad
"Yo lo único que quiero es trabajar", dice Lourdes, empleada del sector de la automoción en ERTE "desde el minuto uno"; para entendernos, desde que se estableció el confinamiento allá por marzo de 2020 y se extendieron los beneficios de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo para proteger los puestos de trabajo durante el parón. Lourdes, cuenta en '24 horas de RNE', que sospecha que su trabajo lo están haciendo otros. "Yo era la única administrativa de la empresa", así que blanco y en botella, piensa.
Esta dinámica es propia del fraude más que de la de una empresa que está pasando por dificultades, no puede recuperar la actividad y prefiere tener en el paro a los empleados aunque le suponga algún gasto en cuotas a la Seguridad Social. Es lo que se conoce como empresa zombi. De hecho, eso es lo que señalan los sindicatos, como decía recientemente en Las Mañanas de Radio Nacional, el líder de UGT, Pepe Álvarez. "Mantener artificialmente a los trabajadores y a la propia empresa en una situación de inactividad, sin perspectivas de ponerse en marcha, tampoco le da ninguna rentabilidad económica. Eso me lleva a pensar que lo que hay es fraude", afirmaba Álvarez.
A cierre de septiembre había en España 239.230 trabajadores cubiertos por un ERTE. De esos, la mayoría son empleados de compañías que se ahorran parte de las cuotas a la Seguridad Social. Queda poco más de un tercio, 87.625 empleados, con contrato en empresas que no cuentan con dichas exoneraciones. Esos son los trabajadores que más difícil tienen volver al trabajo. Muchas de esas empresas deberían estar recuperadas, pero prefieren asumir los costes de Seguridad Social, antes que volver a la actividad.
“Los empleados en empresas que no cuentan con exoneraciones son los que más difícil tienen volver al trabajo“
Los sindicatos piden una investigación seria y que el Gobierno analice la situación empresa por empresa. Para Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de FEDEA, si hay personas que no han vuelto al trabajo en todo este tiempo en sectores que ya no están sujetos a restricciones, "es por una simple razón: la prohibición de despedir". Según esta tesis, hay compañías que aguantan sobre el papel porque si cierran y despiden, entonces deberían devolver las ayudas de las que se han beneficiado.
“Los sindicatos piden que el Gobierno analice la situación empresa por empresa para detectar fraudes“
Sin embargo, ya hay tribunales que interpretan que esa prohibición no es eterna. El argumento principal se resume así: existen empresas que ya arrastraban los pies desde antes de la pandemia, con el confinamiento es evidente que su situación no ha remontado, por tanto no es coyuntural, sino estructural. En ese caso, tienen derecho a despedir a los trabajadores sin necesidad de devolver las ayudas. Hay ejemplos, aunque la mayoría de tribunales se acaban decantando por anular los despidos objetivos.
El fraude puede salir caro
La normativa permite incorporarse a un trabajo a jornada parcial mientras se está acogido a ERTE. En estos casos, se cobra de un lado y de otro en proporción a las horas que se trabaje. No obstante, la práctica a veces dista de la teoría.
Para Lourdes ha sido imposible encontrar otro empleo pese a haber tenido cerca la posibilidad. Primero le llamó una empresa para trabajar a media jornada, pero al informarles de que estaba en ERTE y que su intención, cuando se pudiese, era volver a su antigua compañía porque ahí contaba con un empleo jornada completa, entonces se echaron para atrás. "No vamos a formar a una persona para que esté dos meses", dice que le dijeron. Después encontró otro empleo a tiempo completo, pero era un contrato corto, acabó por no aceptarlo porque "en ningún sitio ni ninguna gestoría" le supieron decir si al término de ese contrato podría volver al ERTE de su antigua empresa.
Las compañías que tienen a sus trabajadores incluidos en un expediente temporal también pueden recurrir a ellos de forma parcial. En total, en esa situación, entre el ERTE y la actividad a tiempo parcial, hay en España a cierre del mes de septiembre 76.639 trabajadores, un 32% del total. Otra posibilidad es cobrar la prestación y trabajar a la vez sin dar mayores explicaciones. El problema es que es ilegal. La Inspección de Trabajo lo vigila. Dice su subdirectora general, Irene Marín Luengo, en el informe especial sobre los ERTE en '24 horas', que esas son las situaciones de fraude más frecuentes. Las consecuencias son graves.
"Obligar a los trabajadores a trabajar estando en ERTE supone una infracción castigada con entre 7.500 y 225.000 euros por cada empleado", recuerda Marín Luengo. Pero también hay consecuencias para el trabajador en caso de "acuerdo con la empresa". Si la Inspección lo descubre, "supondría la suspensión de la prestación y la devolución de las cantidades indebidas". Desde el inicio de la crisis, Inspección ha realizado 42.600 investigaciones que han resultado en sanción en más de 5.700 casos.