Enlaces accesibilidad
Cómic

Alison Bechdel: "En 'El secreto de la fuerza sobrehumana' trato de encontrar sentido a la vida"

  • Entrevistamos a la autora de Fun home, que vuelve tras 9 años de silencio
  • Más noticias sobre cómic en 'El Cómic en RTVE.es'

Por
Detalle de la portada de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'
Detalle de la portada de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

Alison Bechdel (Pensilvania, 1960) fue pionera en retratar a la comunidad LGTBI en las tiras Unas lesbianas de cuidado (1983-2008); luego dinamitaría el mundo del cómic con Fun Home. Una familia tragicómica (2006), una novela gráfica centrada en su relación con su padre (Mejor libro del año en EE.UU., ganadora del Premio Eisner, lectura obligada en universidades y adaptada a un musical de Broadway que ganó 5 premios Tony); y después haría lo propio con su madre en ¿Eres mi madre? (2012). Y sí, ella y sus amigas inventaron el famoso ‘Test de Bechdel’ del que luego os hablaremos. Ahora, después de más de nueve años de silencio, regresa con una nueva joya: El secreto de la fuerza sobrehumana (Reservoir Books).

Un cómic imprescindible en el que, partiendo de su obsesión por el ejercicio, teje un relato íntimo sobre su miedo a la muerte, la búsqueda de su propia identidad y de su lugar en el mundo, su relación con sus padres y con sus parejas, el significado del arte… y en el que también transmite las preocupaciones de su generación. Hemos podido hablar con ella por videoconferencia.

“Fue muy complicado manejar todos los elementos de la historia -confiesa Alison-. Al principio pensaba hacer un libro sobre el ejercicio físico, pero según avanzaba iban apareciendo otros aspectos de mi vida, como mi historia creativa, mi vida romántica y sentimental… El tema principal sería la búsqueda para trascender mi yo cotidiano y dejar atrás mi yo doloroso, para llegar a una especie de éxtasis en el que pudiera librarme de mí misma”.

“Todo eso –añade- confluía con los demás temas y la historia fue creciendo en complejidad. Al final toda mi vida estaba metida en el libro y eso es inabarcable. Así que gradualmente quité una serie de elementos y añadí otros. Esa es mi forma de trabajar: amaso un montón de elementos y luego selecciono. Elimino lo que le sobra al relato y me quedo con eso. Y ese proceso para el libro ha durado ocho años. En parte tardé tanto, porque se trata de un libro sobre encontrar sentido a la vida”.

Páginas de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

Descubriéndose a sí misma

Preguntamos a Alison qué ha descubierto de sí misma a través del ejercicio y cómo le ha ayudado ese ejercicio en su faceta como creadora: “Para mí ambas cosas están muy conectadas. Hago ejercicio para conseguir un estado en el que uno fluye con lo que hace; no se da cuenta de pasa el tiempo, se olvida de sí mismo y se fusiona con lo que hace. Eso es lo que me gusta del ejercicio y del proceso creativo: ambas cosas son formas de practicar sensaciones. Es como si los canales estuvieran abiertos. Creo que en ambos casos funcionan los mismos neurocircuitos”.

En cuanto a por qué ha tardado ocho años en realizar el libro, Alison confiesa que: “Me quedé atascada en un momento dado. En un estado que era justo el contrario a lo que comentaba de fluir. Por una parte me estaban sucediendo muchas cosas en mi vida desde el éxito de Fun Home y su conversión en un musical, que me obligó a ir a Broadway a controlar algunas cosas. Fue muy bonito pero me distrajo muchísimo. Además, la situación política en Estados Unidos era muy complicada, con el ascenso de Trump”.

“También logré superar ese bloqueo gracias a que volví a correr y eso me permitió volver a fluir -continúa-. E hice muchos otros ejercicios específicos para salir de esa situación, como ejercicios diarios de dibujo, porque sorprendentemente había dejado de dibujar. Si eres historietista tienes que dibujar todos los días. Empecé a usar acuarelas, y a usar pinceles en vez de lápices, que son más duros., para inducir ese fluir, esa espontaneidad… Todo eso me ayudo a recuperar el dibujo y todo o demás”.

“Pero todo eso son excusas –añade-. En realidad el libro me llevó tanto tiempo porque lo permití. No tenía prisa, tenía ingresos del musical… Ha sido un lujo emplear tanto tiempo en el libro porque desarrolla casi toda mi vida (está dividido en décadas, desde los 60 a los 2010) y necesitaba vivir los diez años del último capítulo y cumplir los 60, cosa que hice al terminar el libro. Tardé mucho, pero también está muy bien poder permitirse el lujo de tener tiempo, en esta época en la que la gente publica libros a toda velocidad. Yo preferí tomarme mi tiempo”.

Páginas de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

“Soy afortunada por entrar en el mundo del cómic cuando lo hice”

Tras la concesión del premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, por las letras de sus canciones, preguntamos a Alison si alguna vez veremos a un autor de cómics recoger ese premio: “Ha sido muy raro ver lo que ha pasado con el cómic desde que yo empecé en los ochenta. Entonces era algo marginal, muy underground. Pero a mediados de esa década empezó a cambiar, cuando la gente descubrió que no solo se podía usar el cómic para contar historias de superhéroes, sino también para todo tipo de historias complejas y humanas”.

“Yo fui una de las beneficiadas por ese cambio -añade-. A lo largo de mi carrera el cómic empezó a tomarse en serio como literatura; aunque a mí justo lo que me parecía más interesante era que estuviese fuera de ese mundo literario, donde todo se analizaba y criticaba. Por eso era mucho más libre. Creo que si el cómic hubiera formado parte del mundo literario cuando yo empecé, no me hubiera metido en ello, porque era joven e insegura y no me habría atrevido a hacerlo. Además yo comencé, con el tema de las lesbianas, que en aquel entonces no era aceptable en la cultura general. Yo me sentía muy a gusto estando en los márgenes, en las sombras”.

“Ahora -continúa Alison-, esas sombras han desaparecido y el mundo del cómic tiene los focos sobre él. Sigo pensando que fui muy afortunada por entrar en el cómic en el momento en el que lo hice. Si lo hubiera intentado antes no habría podido aprovechar esa oleada de la novela gráfica. En 2006, el mundo parecía preparado para aceptar a un artista extraño que hablaba de las lesbianas y sus cosas. Aportar a mis libros un ángulo literario también ha sido muy positivo para lograr esa consideración y poder llegar a este sorprendente nivel de éxito”.

Páginas de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

“La menopausia fue un período muy difícil para mí”

Uno de los temas más interesantes del libro es la menopausia, porque parece que todavía nos resistimos a hablar sobre ello. “El capítulo final del libro, cuando estoy en la cincuentena, empieza con la menopausia –nos comenta Alison-. Fue un período muy difícil para mí. Experimenté cambios físicos, pero lo peor fueron los cambios de humor: depresiones, tristeza… el tipo de depresión menopaúsica se basaba, no solo en perder la capacidad física, sino también temí que se viera afectada mi capacidad mental”.

“Afortunadamente, ese período fue temporal y me sirvió para abrir los ojos a lo que puede ocurrir. Porque envejeces mucho en poco tiempo, un año, y te das cuenta de cómo es el proceso de envejecimiento de cara al futuro. Es decir, a partir de entonces iba a perder todo tipo de capacidades y habilidades a medida que envejecieras. Por eso fue útil como experiencia y a la hora de abordar el proceso de envejecimiento y la mortalidad en el libro. En esos ocho años que tardé en acabar el libro perdí la capacidad de levantar mi cuerpo suspendiéndome de una barra. Y perder esa fuerza física influyó en el libro”.

“Yo tenía la ilusión, desde joven, de que el ejercicio iba a mantenerme viva y fuerte. Y en ese momento me dí cuenta de que cada vez era más fácil, más rígida… no es algo terrible porque sigo siendo una persona muy activa. No es nada que no sepáis, pero quise contarlo desde mi experiencia”.

Otro de esos problemas de salud que tuvo Alison fue el Insomnio: “El insomnio fue uno de los síntomas de la menopausia y todos lo experimentamos a medida que envejecemos. Cuando empecé a tenerlo a finales de la cuarentena, creo que fue una especie de alerta. De repente tomé conciencia de algo que no quería asumir. Cuando llegas a la edad madura te das cuenta de que el tiempo ha pasado y para mí, una de las manifestaciones de eso fue que no era capaz de dormir. Me llevó un tiempo averiguarlo, a pesar de esos mensajes evidentes de mi cuerpo y mi mente”.

“Pero también fue muy constructivo -añade-, porque gracias a eso volví a correr, lo que tiene un poder soporífero que me ayuda a dormir. Se lo recomiendo a todos los que tengan insomnio: Empezad a correr”.

Páginas de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

Avanzar hacia la tumba

En un momento del libro Alison se siente como si estuviera avanzando hacia la tumba. “Yo no considero que ese avance sea algo negativo, quizá porque crecí en una casa donde había una funeraria. Era de mi padre y de niña yo veía cadáveres constantemente, incluso pasaba el aspirador por la sala. Muchos de mis amigos estaban alucinados. Hay mucha gente que protege a sus hijos de la muerte y no les permiten verla, pero en mi familia era algo muy normal. Pero en mi familia todos éramos conscientes de que la muerte es el final”.

“Pero es interesante que, a medida que avanza la vida, la muerte se pone de manifiesto de formas distintas: En la infancia era algo muy abstracto, sabía que me iba a morir, pero no lo que significaba. Y a medida que he cumplido años, sobre todo a partir de los 40, ese concepto de la muerte se ha vuelto más vívido, aunque sigo sin ser consciente de lo que significa. Cuanto más acepto el hecho de que me voy a morir, más viva me siento. Sé que estoy siendo superficial, pero tengo amigos con enfermedades terminales y ellos sí saben lo que es esa mortalidad. Yo solo hablo sobre ello de una forma ingenua y trivial. Pero es importante aceptar la muerte, para poder vivir la vida y fluir. Si uno no puede acepar la muerte eso nos bloquea”.

Páginas de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'

El 'Test de Bechdel' para evaluar la brecha de género

Como decíamos al principio, Alison también es muy popular porque en una de sus tiras de Unas lesbianas de cuidado, de 1985, ella y sus amigas inventaron el Test de Bechdel, con el que evaluaban la brecha de género en las películas. En ella una de las protagonistas aseguraba que solo iba a ver películas si: “Aparecen al menos dos personajes femeninos, hablan entre ellas y lo hacen sobre un tema que no sean los hombres”. Un método tan sencillo como eficaz que ha sido aceptado por prestigiosas instituciones.

“Afortunadamente las cosas han cambiado mucho –asegura- En los ochenta era difícil ver películas que cumplieran esas tres simples reglas. La mayoría de los personajes femeninos no tenían personalidad ni interés. Pero hay que reconocer que el feminismo, los derechos LGTBI… han avanzado muchísimo. Hay riesgo de volver atrás y a veces parece que estamos en el borde de la navaja. Pero cuando escribí esa tira, en los ochenta, probablemente la única película que cumplía esas condiciones era Alien (Ridley Scott, 1979), porque había dos mujeres que hablaban sobre el monstruo. Y ahora hay muchas películas con personajes femeninos tridimensionales. Aunque todavía debemos y podemos avanzar”.

“Antes el personaje masculino era el personaje universal y el único que importaba. Y ahora las películas cuentan cosas de todo el mundo” -concluye-.

Por eso cree que la tira Unas lesbianas de cuidado, llegó en el momento justo: “La gente tenía esa necesidad de verse a sí misma reflejada en el mundo. Al menos es lo que yo sentía. Por eso creo que ese cómic lo hice para los demás, pero también para mí misma, porque necesitaba verme reflejada. Durante un tiempo mi misión fue mostrar a las lesbianas en la vida cotidiana, para que otra gente descubriera que no éramos monstruos, seductoras o borrachas empedernidas, como se nos había representado en la cultura popular durante mucho tiempo. Mucha gente me ha dicho que esas lesbianas fueron las primeras que conoció, lo cual es ciertamente alarmante. Es muy gratificante pensar que ese trabajo ayudó a mucha gente”.

Retrato de Alison Nechdel © Greg Martin

El secreto de la fuerza sobrehumana

Destacar la maestría de Alison a la hora de combinar texto y dibujos: “Me encanta combinar la narración literaria y la gráfica. Desde pequeña ponía palabras en mis dibujos aunque no supiera de dónde provenían. Me gustaba combinarlos. Y de joven trabajé en un periódico donde maquetaba palabras e imágenes y creo que esa fue una práctica muy útil para mi trabajo. Imágenes y lenguaje son dos medios fantásticos para comunicarse, pero cuando los juntas surge la magia. Intento nunca duplicar información y que cada cosa aporte su propio mensaje. Cuando lo consigues es muy bonito pero también conlleva mucho trabajo”.

“Y también intento no dejar las cosas demasiado claras al lector para que cada uno aporte su propia magia al combinar ambas cosas a su manera. Creo que también es una forma de comunicar que capta un enorme grado de complejidad de forma muy compacta y concisa. Creo que tengo un poco de déficit de atención y cuando trato de contar una historia hablo de tres cosas al mismo tiempo. Afortunadamente eso se puede hacer en el cómic jugando con las imágenes y el texto”.

En el cómic, y según las décadas, vemos a Alison practicando distintos deportes como esquí, running, kárate, ciclismo, yoga… Le preguntamos si seguirá buscando nuevos deportes en esta etapa de su vida. “Espero poder seguir corriendo durante mucho tiempo -asegura-. Pero si mis piernas me fallan buscaré otras opciones más suaves como Pilates o Tai chi”.

Tras todo este trabajo: ¿Ha descubierto Alison realmente el secreto de la fuerza sobrehumana: “Parte del secreto de la fuerza sobrehumana es aceptar la mortalidad. Y, en relación a eso, que dependemos los unos de los otros, que somos seres interdependientes. Cuando yo era pequeña quería ser un tipo muy fuerte y autónomo. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que ser tan autosuficiente y autónomo es una forma terrible de vivir, es como una muerte en vida. Por eso el secreto reside en la conexión, en salir de uno mismo. A mí no se me da muy bien y prefiero estar sola, pero sigo trabajando en ello. Intento estar más presente en el mundo real y no solo en mi propia cabeza”.

“Una de las cosas estupendas de cumplir años es que creo que voy mejorando en muchas cosas. Tengo más compasión conmigo misma. No soy tan dura. Parece una locura pero siempre he sido muy autocrítica, lo que me ha servido para avanzar en mi trabajo, pero que no es desagradable. No es una buena forma de vivir. Y creo que estoy empezando a relajarme conmigo misma, a disfrutar de la vida y de mi trabajo. ¡Por fin!” –concluye Alison-.

Portada de 'El secreto de la fuerza sobrehumana'