Parálisis facial por la vacuna: un efecto adverso posible pero poco frecuente y leve
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En un vídeo viralizado en TikTok una joven habla con parte de la cara inmóvil y asegura que está así como consecuencia de la vacuna contra el coronavirus. La parálisis facial parcial (o parálisis de Bell) es un posible efecto adverso de la vacuna contra la COVID-19 y de otras vacunas, pero según los expertos consultados tiene carácter mayoritariamente leve y se da en casos raros (en EE.UU. la han reportado un 0,0024% de los vacunados). Te lo explicamos.
El vídeo, que suma más de 190.000 ‘me gusta’ en TikTok, muestra a la joven con media cara paralizada explicando que está así desde el segundo día tras recibir la vacuna de Pfizer. La mujer enseña una cartilla de vacunación y anima a notificar a la autoridad sanitaria estadounidense las posibles reacciones adversas.
El canal no difunde contenidos contrarios al suero contra la COVID-19. Contiene varios vídeos donde la misma persona explica el problema que tiene y lo que está haciendo para intentar superarlo. Y en una serie de tres vídeos, habla con otra joven que cuenta que padeció el mismo caso. Ambas dan a entender que se pusieron la vacuna conscientes de que los beneficios superan a los riesgos (1, 2 y 3).
Posible trastorno de “parálisis de Bell”
La doctora María De Toledo, adjunta del servicio de Neurología del Hospital de la Princesa de Madrid, ha visto el vídeo y nos explica que las alteraciones en la movilidad de la cara indican una dolencia real, no fingida, “porque mueve peor la frente y la mejilla izquierdas y cuando parpadea con el párpado derecho, el ojo izquierdo no parpadea y, sin embargo, el globo ocular sube y se ve más lo blanco (la esclera) que es lo típico de la parálisis facial periférica y no se puede imitar”. Estos signos, según esta doctora, son propios del trastorno llamado Parálisis de Bell.
Un segundo experto, José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas, también nos describe el caso como “una Parálisis de Bell”. Forcada confirma que la parálisis facial es uno de los “posibles” efectos adversos de la vacuna de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, así como “de otras vacunas”. Nos recuerda que el trastorno “aparece descrito como posible efecto adverso en la ficha técnica de la vacuna de Pfizer y de Moderna”.
Síntomas que no encajan
Otra neuróloga consultada por VerificaRTVE, Mónica Curtis, directora de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional de Madrid, dice que este tipo de parálisis son un posible efecto secundario de todo tipo de infecciones víricas. Reconoce que en menor medida lo son también de de algunas vacunas, pero sostiene que la relación causa-efecto entre vacuna y reacción en este caso es “prácticamente imposible”.
La autora del vídeo dice que presentó la reacción solo dos días después de la primera inoculación. Sin embargo, según esta especialista, la parálisis facial no es un efecto secundario como la fiebre o el malestar general, que sucede poco después de la vacuna. Para que se dé una parálisis semejante, explica, hace falta que el cuerpo haya generado una fuerte respuesta inmune. En el caso de la vacuna de Pfizer la inmunización total o completa “no se da hasta transcurridas dos semanas” de la segunda dosis. Según Curtis, la comunidad científica piensa que lo que hay detrás de los casos de parálisis facial es una “reacción cruzada o ‘confusión’ del sistema inmunológico o una reactivación de un virus herpes latente”. Este mecanismo, según la experta, no se puede disparar en solo 48 horas.
Ausencia de informes médicos
Para comprobar si el médico de la afectada ha diagnosticado concretamente relación de la parálisis con la vacuna, en VerificaRTVE hemos hablado por teléfono con la protagonista. Es una mujer que se identifica como A. G. (en TikTok ofrece su apellido de casada), residente en Oklahoma, Estados Unidos, y de origen mexicano. Nos dice que la parálisis empezó el 22 de abril, tras recibir la primera dosis de Pfizer el día 20. Afirma que el médico que le atendió no ha sabido decirle la causa del problema tras tres visitas en abril, mayo y junio.
Señala que no ha recibido la segunda dosis de la vacuna porque el mismo médico se lo desaconsejó y que ella misma ha llegado a la conclusión de que la vacuna ha causado su parálisis “tras investigar”, porque el resto de posibles causas están descartadas: “A todo he dado negativo”. Ante la petición de informes médicos, admite que no tiene ningún documento que certifique que la causa de su parálisis es la vacuna: “Los médicos no saben el porqué”.
La parálisis facial como ‘efecto adverso raro’
Algunas autoridades sanitarias estatales, así como la europea, han reconocido la parálisis facial como posible efecto secundario de las vacunas. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) habla de posible “debilidad en los músculos de uno de los lados de la cara (parálisis periférica facial aguda)”. Pero todas las instancias oficiales que mencionan este efecto lo describen con un número escaso de incidencias (“casos aislados”) o lo clasifican como “efecto raro” (Canadá; EMA, página 32). La versión más actualizada del Informe de Evaluación Pública de medicamentos de la UE (EPAR) dice que las vacunas de Pfizer o Moderna podrían causar esta situación en casos muy aislados (menos de 1 caso por cada 1.000 personas, como se observa en la página 7).
En el ámbito de las revistas científicas de prestigio, este artículo publicado en agosto de 2021 por 22 científicos con base en Hong Kong en The Lancet identifica 16 casos de parálisis de Bell entre más de 530.000 personas vacunadas con una dosis de Pfizer y 28 entre más de 450.000 inoculadas con la primera inyección de Coronavac. Otro artículo publicado por la misma revista científica en junio refiere una proporción de un caso por cada 5.000 personas vacunadas contra el coronavirus. En la población general se da 1 caso por cada 20.000 personas de media, según dicho artículo. Eso supondría una mayor incidencia entre los vacunados, pero tampoco hay consenso total en cuanto al vínculo: el documento técnico oficial de la vacuna de Pfizer en EE.UU. deja constancia de un número de casos aislados de parálisis facial ligeramente superior respecto a los no vacunados, pero especifica que “la información disponible actualmente es insuficiente para determinar una relación causal con la vacuna”.
Casos notificados
A. G. afirma que ha avisado de su caso al sistema oficial de notificación de efectos secundarios de las vacunas habilitado por las autoridades de Estados Unidos (VAERS). Dice haberlo hecho por correo postal aunque no nos ha hecho llegar copia del aviso. En la base de datos VAERS constan 4.351 registros de personas que dicen haber sufrido algún tipo de parálisis facial tras ponerse la vacuna contra la COVID-19. La vacuna que más notificaciones de parálisis facial acumula es Pfizer (un 54,84% del total), seguida de Moderna (41,99%) y Jansen (8,46%), como puedes ver en la siguiente imagen.
En EE.UU: 186 millones de personas han recibido la pauta completa de vacunación. Más de la mitad (55%) han sido inoculados con la fabricada por Pfizer. Es decir, han reportado este problema un 0,0024% de las personas que se han vacunado y un 0,0023% de los inoculados con Pfizer. VAERS es un sistema en el que cualquier persona puede abrir una incidencia, pero cuando figuran ahí, las comunicaciones no están contrastadas todavía por personal médico.
En VerificaRTVE también hemos consultado el registro de sospechas de reacciones de las vacunas contra el coronavirus que mantiene el Ministerio de Sanidad de España. Allí hemos encontrado 18.000 notificaciones de efectos adversos sin confirmar vinculadas a alteraciones del sistema nervioso. Según el Ministerio, de todas estas notificaciones, 228 corresponden a casos de parálisis facial, el 0,00063% de las personas vacunadas. El Ministerio añade que “La parálisis facial es una posible reacción adversa de aparición muy baja”. “Se trata de acontecimiento adverso asociado temporalmente tras su administración, sin que exista la sospecha de que la vacuna pueda haberlo originado”, aclara.
Efecto temporal
La afectada relata que actualmente se encuentra “un poquito mejor” pero sigue teniendo falta de movilidad en el labio, la frente y la ceja, algo que puede observarse en sus vídeos. Según José Antonio Forcada, la Parálisis de Bell “es reversible y no es grave” y “su duración es de unas semanas”. Lo que encontramos en las fuentes documentales científicas es que en algún caso puede ser permanente, pero lo habitual es que empiece a remitir en un par de semanas. Es lo que sostienen la Clínica Mayo y tres profesionales de la medicina latinoamericanos en este trabajo académico (página 84, quinto párrafo). En la Librería de Medicina de EE.UU. se dice que "tener diabetes y estar embarazada puede aumentar el riesgo de padecer análisis de Bell". La protagonista del vídeo espera un bebé.
En resumen, la parálisis facial es un efecto secundario posible, reconocido, tras ponerse la vacuna, pero se da en un porcentaje mínimo de casos. Los indicios apuntan a que A. G., que ha recibido críticas en redes, padece este problema y no hay pruebas de que mienta, pero no hay dictamen médico concluyente que relacione lo que le sucede con Pfizer.
* Esta noticia se actualizó el 14-10-2021 a las 15:15 para incluir la respuesta del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.