Cada vez más hombres buscan un nuevo modelo de masculinidad sin estereotipos
- "La gran mayoría de hombres están desorientados, les faltan referentes y tienen que desaprender"
- La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE) cumple 20 años
- Objetivo Igualdad pulsa las claves de la nueva masculinidad. Hoy a las 16:20h en Canal 24h
Desde hace unos años proliferan grupos masculinos de reflexión sobre lo que supone tradicionalmente ser un hombre y cómo se puede transformar ese rol para participar en la construcción de un mundo más justo e igualitario. De uno de esos grupos nacido en Málaga en 2001 nació AHIGE. La Asociación de Hombres por la Igualdad de Génerose ha ido construyendo a partir de los grupos que se formaban en diferentes provincias. "Esos hombres empezaron a reflexionar sobre la incomodidad que tenían con el modelo tradicional de la masculinidad, surgían preguntas y cuestionaban el papel que se nos asigna, cómo tengo que vivir una relación, cómo tengo que vivir la paternidad...", dice Santiago Fernández, portavoz de AHIGE.
Alzar la voz contra la violencia y la discriminación
Poco a poco se fue construyendo un movimiento que no ha olvidado el trabajo personal en los grupos de reflexión como base y que es especialmente activo en Andalucía, Cataluña o Madrid, aunque también se extiende por otras comunidades, desde el País Vasco hasta Castilla La Mancha o Murcia. "Descubrimos todo aquello que las mujeres sufren a causa de la forma de ejercer ese modelo de masculinidad y eso nos llevó a decidir que teníamos que mostrarnos socialmente, hacer una reclamación a los hombres y una invitación a los hombres por el cambio y el cuestionamiento del modelo", afirma Santiago Fernández.
En este sentido, el posicionamiento de AHIGE es claro contra la violencia machista: "El silencio nos hace cómplices. Los hombres no podemos quedar pasivos ante la violencia machista. Saramago decía que la violencia machista es un tema de hombres que sufren las mujeres y no podemos quedarnos parados. Toca poner voz en cuerpo de hombre a la denuncia de la violencia y llamar la atención de los hombres desde otros hombres".
“Nuestro mensaje sobre la violencia machista es claro: el silencio nos hace cómplices“
Desde AHIGE se han promovido manifestaciones específicas de varones contra la violencia machista y participan también en las movilizaciones del movimiento feminista, al que acompañan desde la colaboración y el respeto porque ellos también son feministas y luchan por el mismo mundo sin discriminaciones ni roles.
¿Qué es un "hombre de verdad"?
"La masculinidad normativa, que podemos identificar con la masculinidad patriarcal se podría definir con dos elementos clave. Por un lado, esa predisposición para el ejercicio del poder y la educación también para ejercer el poder y muy vinculado a eso, la normalización de la violencia, asumirla como herramienta para relacionarte, progresar en la vida... Incluso justificarla y no sancionarla", afirma el catedrático de la Universidad de Córdoba, Octavio Salazar.
"Se construye sobre dos pilares: lo que debes ser y lo que no debes ser. Tienes que demostrar que eres un hombre de verdad y a la vez demostrar el rechazo de lo que no debemos ser, que es todo lo relacionado con el modelo femenino, incluso de una manera agresiva", opina Santiago Fernández. Ambos coinciden en que la masculinidad tradicional impone una demostración, una "performance" contínua de elementos como la fuerza, el dominio o la inclinación al sexo y una "policía de género" en los propios grupos de hombres.
“La masculinidad normativa se construye sobre dos pilares: lo que debes ser y lo que no debes ser“
"Se genera un vínculo no tanto de competitividad como de fratría, de crear dinámicas en las que las mujeres y lo femenino no pueden entrar", explica Salazar, que añade: "También hay muchas actividades que los hombres realizamos en grupo donde afirmamos nuestra virilidad. Desde actividades de ocio, del mundo del deporte hasta otros rituales y prácticas más censurables como es acudir al mundo de la prostitución".
“Hay muchas actividades de grupo donde los hombres demostramos nuestra virilidad ante los demás“
Un prototipo que sigue estando ahí
Guillermo Delgado participa en un grupo de nueva masculinidad y dinamiza otro como terapeuta. "Los hombres que vienen a grupos de hombres ya tienen una predisposición, nos cuestionamos comportamientos que podemos tener machistas, si tratamos a las mujeres como objeto, el lenguaje que usamos, cómo nos comunicamos. el ser capaces de compartir con otros hombres nuestra vulnerabilidad, las cosas que nos pasan... que el campo emocional que tiene otro hombre pues yo a lo mejor también lo tengo", reflexiona.
Para Guillermo es muy importante cómo se inculca a los niños el estereotipo masculino desde que son pequeños: "En el parque vemos que cuando se cae un niño le decimos rápidamente que no pasa nada, le quitamos importancia. Eso no pasa con las niñas. Deberíamos preguntarles por lo menos cómo están, pero les quitamos todo lo relacionado con la vulnerabilidad, el dolor, el sufrimiento". El clásico "los hombres no lloran" sigue vigente como otras muchas normas no escritas. En la adolescencia los referentes son los mismos: "Para un chico es fundamental el grupo en el que se desenvuelve. En ese grupo se van marcando pautas estrictas de comportamiento. tienes que ser fuerte, incluso se ve bien que seas violento, tienes que ser el típico ligón, el machito, el chulo, porque todo ese tipo de individuo es el que se convierte en el referente", reflexiona Octavio Salazar.
“Se inculca el estereotipo masculino a los niños desde que son pequeños“
Porque hasta ahora el hombre que se salía de la norma, que no encajaba en los esquemas del "hombre de verdad" era estigmatizado: "Se duda de su estatus de masculinidad, se convierte en un sujeto excluido o que tiene dificultades para relacionarse o para ocupar determinadas posiciones y eso le genera un coste emocional y a veces hasta de salud física", apunta Salazar.
Hombres desorientados y ofendidos
La sociedad está cambiando, el cuestionamiento de los roles de género es cada vez más extenso, pero no es unánime. Los expertos consultados coinciden en que habría grosso modo tres grupos de hombres en la sociedad: los que no se identifican co el modelo heteropatriarcal, son partidarios de un cambio social e incluso lo promueven, en segundo lugar los que sienten la igualdad como una amenaza a su forma de ser y su status personal, se sienten agraviados y la rechazan de forma incluso agresiva. Octavio Salazar añade: "Una mayoría de hombres no sabe dónde colocarse, dónde ubicarse. Les faltan referentes, les faltan herramientas y tienen que hacer un proceso de desaprendizaje de todo lo que han ido aprendiendo desde que eran pequeñitos que es un proceso muy puñetero, porque es deconstruirte".
"Los jóvenes son un espejo de la sociedad en general. La mayoría vive en la comodidad social de que todo está bien y ya hay igualdad", explica Santiago Fernández, que también muchos grupos de jóvenes que promueven activamente la superación de los roles y otros que se adhieren a una vuelta a los papeles tradicionales.
“Soy un hombre más feliz ahora, soy una persona mejor“
El caso es que la igualdad también ayuda a los hombres a recuperar esa parte de su personalidad que se les niega en la masculinidad normativa, les hace más libres, como concluye Guillermo Delgado: "Yo lo que tengo claro es que soy un hombre más feliz ahora, que tengo una relación más sana con mi mujer, con mis padres, que tengo una relación más sana con mis hijos, con mi hermana, con mis amigos. Soy una persona mejor".