Schallenberg, nuevo canciller de Austria tras la dimisión de Kurz por las acusaciones de corrupción
- Alexander Schallenberg es un diplomático de 52 años descendiente de la nobleza austriaca
- Su toma de posesión ha anulado el riesgo de moción de censura, programada para este martes
Alexander Schallenberg ha jurado este lunes como nuevo canciller de Austria después de la dimisión de Sebastian Kurz por su implicación en un escándalo de corrupción. Junto a él, el exembajador en Francia Michael Linhart ha tomado posesión como ministro de Exteriores, lo que pone fin a la crisis desencadenada en el seno del Gobierno austriaco entre la coalición del Partido Popular Austríaco (OVP) y Los Verdes.
El conservador Schallenberg, hasta ahora ministro de Exteriores de Austria, ha prestado juramento en el Hofburg, la sede de la Presidencia de la república alpina, donde el jefe del Estado, el ecologista Alexander van der Bellen, cesó primero a Kurz como canciller federal. Los Verdes habían exigido la cabeza de Kurz después de que él y otras nueve personas fueran investigadas la semana pasada por sospechas de diversos grados de abuso de confianza, corrupción y soborno.
“Tiene la responsabilidad de restaurar la confianza del público“
Durante el acto, el presidente ha admitido que la confianza pública en las instituciones políticas se había visto gravemente dañada por la investigación. "El gobierno reorganizado ahora tiene una gran responsabilidad no solo para continuar con éxito los proyectos de este gobierno, sino también de restaurar la confianza del público en la política", ha afirmado Van der Bellen en su discurso.
No obstante, Kurz, que propuso al actual canciller y niega en rotundo las acusaciones, continuará como presidente del OVP y ocupará ahora el cargo de portavoz de su grupo parlamentario, un movimiento con el que pretende evitar que se forme una alianza en contra de su formación entre los ecologistas y los opositores socialdemócratas, liberales y ultraderechistas
Salvados de la moción de censura
Con su toma de posesión, Schallenberg ha anulado el riesgo de moción de censura, una votación que ya estaba programada para este martes. Sin embargo, la oposición no opina que la entrada del nuevo canciller suponga un cambio de dirección dentro del OVP. "El nuevo canciller resulta ser un sirviente de su amo", ha advertido el secretario general del Partido de la Libertad, Michael Schnedlitz.
“Por supuesto que trabajaré muy de cerca con Sebastian Kurz“
Por su parte, en una comparecencia tras la ceremonia, Schallenberg ha anunciado que planea trabajar en estrecha colaboración con Kurz, al tiempo que ha considerado que las acusaciones que pesan sobre él son "incorrectas". "Por supuesto que trabajaré muy de cerca con Sebastian Kurz. Cualquier otra cosa sería absurda en términos de política democrática", ha afirmado. De forma paralela, ha asegurado que "no era una opción" no aceptar el cargo de canciller y ha señalado que lo que Austria necesita es "responsabilidad y estabilidad".
"Tomo mi nuevo papel como canciller con gran respeto por los desafíos que me esperan. Puedo asegurarles que haré todo lo posible para servir a nuestro hermoso país", ha señalado el nuevo canciller a través de su cuenta en la red social Twitter. Kurz también se ha pronunciado en la misma red social y ha especificado que el paso de Schallenberg al asumir la Cancillería "garantiza estabilidad en el país". "Ese era mi objetivo en esta difícil situación", ha afirmado, antes de asegurar que apoyará al nuevo Gobierno austriaco.
El canciller tiene 52 años y proviene de la nobleza
El nuevo canciller federal de Austria es un diplomático de 52 años, divorciado, padre de cuatro hijos y descendiente de la nobleza austriaca. Nacido en el seno de una familia cuyas raíces llegan al siglo XII en Europa central, Schallenberg nunca tuvo ambiciones de ser político hasta ser nombrado, en junio de 2019, ministro de Exteriores de un gobierno de expertos y tecnócratas. El país alpino vivía entonces impactado por un escándalo de corrupción en el seno del partido ultranacionalista FPÖ, que provocó la caída del primer ejecutivo de Kurz.
Tras la victoria electoral del ÖVP en 2019, Kurz mantuvo a Schallenberg en el cargo como único miembro del ejecutivo técnico que había gobernado el país durante medio año. Con el jefe del ÖVP comparte muchas de sus posturas conservadoras, incluida la línea dura contra la inmigración.
La oposición cree que Kurz gobernará en las sombras
La oposición del partido que lidera Kurz han advertido de que el acusado de corrupción continuará controlando la política desde otras posiciones, actuando así como "canciller en las sombras". "Mi impresión es que tiene la intención de hacer exactamente eso: volver a la normalidad y actuar como si nada hubiera pasado", ha señalado, por su parte, la líder del partido liberal Neos, Beate Meinl-Reisinger.
Kai Jan Krainer, miembro del Partido Socialdemócrata de Austria que estuvo en la comisión parlamentaria de investigación que analizó otra posible corrupción bajo un gobierno anterior de Kurz, también cree que su poder seguirá intacto: "Él todavía tiene todos los hilos en sus manos y Schallenberg es parte de este sistema".
Sin embargo, Kurz ha rechazado las críticas de la oposición. "No soy un canciller en las sombras", ha dicho en Twitter, comprometiéndose a apoyar al gobierno en su trabajo. Una postura que comparte el nuevo canciller, quien opina que "las acusaciones que se han hecho son falsas y estoy convencido de que al final del día resultará que no había nada".