Julián y los zorros de Idocin: una historia de amor que duró 51 días
- Julián convivió durante 51 días con dos zorros que llegaron a comer de su mano
- De repente desaparecieron y no los ha vuelto a ver
Esta historia podía haber llegado perfectamente a la gran pantalla con Julián Solano emulando a Robert Redford, pero cambiando un poco el título de la película. Podía ser El hombre que susurraba a los zorros. Julián es un vecino de Idocin, un pueblo de poco más de 50 habitantes, a 23 kilómetros de Pamplona en dirección a Jaca. Su amor por la fotografía y el monte lo llevaban a subir a diario a las cumbres de la zona. Allí un día se encontró con un un pequeño zorro que no mostró el menor temor a la presencia humana.
“Yo le hablaba y se me quedaba mirando tan tranquilo. “
Lo bautizó como "Chocolate". Y fue un amor a primera vista, porque al día siguiente y en el mismo lugar volvieron a encontrarse y comenzó a estrecharse su relación.
Al día siguiente fueron dos
Un día después la sorpresa de Julián aumentó, porque "Chocolate" llegó con compañía.Otro zorro, con una mancha blanca en la cola, por lo que Juliàn lo llamó "Luna".
“Estos son pinchos morunos, que no cualquiera puede comer“
Julián no sólo los fotografiaba y hablaba con ellos, sino que les daba de comer casi casi a la carta: cordero al chilindrón, pinchos morunos o chorizo eran algunos de los alimentos del menú. Cada día estaban más compenetrados y entre los dos zorros nació un amor fraternal, aunque nadie puede saber si eran hermanos en la realidad. Julián los mimaba y los convertía en modelos improvisados de sus más de 500 fotografías y 100 vídeos que les hizo.
Igual que llegaron se fueron
Así estuvieron 51 días. De repente igual que aparecieron dejaron de asistir a su cita diaria y nadie sabe los motivos.
“Subo todos los días con la esperanza de que igual aparecen“
Julián iba todos los días al punto de encuentro, pero su esperanza se desvaneció poco a poco, aunque nunca ha perdido la ilusión de recuperar esa relación con los ya conocidos como " zorros de Idocin", los que comían de su mano.