San Gil, uno de los 63 pueblos de colonización de Extremadura, cumple medio siglo
- Los pueblos de colonización se construyeron en la década de los sesenta para repoblar las áreas rurales más deprimidas.
- San Gil cuenta hoy con 320 habitantes y los primeros colonos todavía viven allí.
La historia de Extremadura no puede entenderse sin el proyecto de colonización y reforma agraria de mediados del siglo XX. Fue concretamente en el año 1965 cuando se empezó a gestar el plan Badajoz que pretendía revitalizar las áreas rurales más deprimidas, creando pueblos y colonizándolos. Así sucedió por ejemplo en San Gil, uno de los 63 pueblos de colonización que hay en Extremadura. En 2021 celebra el cincuenta aniversario de su creación. A este pueblo de la provincia de Cáceres llegaron en marzo de 1971 los primeros colonos. En total fueron 173 personas, 39 familias, a las que se les otorgaron casas y tierras. Según la alcaldesa de San Gil, Esther Sánchez, las dimensiones de éstas dependían de la profesión de los nuevos habitantes: "a los colonos se les entregaba la vivienda y una parcela que rondaba entre las 8 y 10 hectáreas, mientras que las casas de los obreros eran más pequeñas, con un huerto de aproximadamente media hectárea". Francisco Moreno López, fue el encargado de ejecutar este proyecto.
Los pueblos de colonización son lugares muy ligados al regadío, en las cuencas del Guadiana y del Tajo. Rufino, de 94 años, fue uno de los primeros en instalarse en San Gil. Cuenta que su vida ha sido normal y corriente, dedicándose al campo, sembrando y cuidando de los animales que compró: "el que trabaja tiene de comer donde quiera que esté, el que no trabaja no le sirve dar vueltas ni aquí ni en Francia". La mujer de Rufino es Virgilia, también de 94 años. Guarda muchos recuerdos de sus primeros años en San Gil. Todos los vecinos eran recién llegados. Según Virgilia, todos se sorprendieron mucho al llegar a San Gil, pues se encontraron con casas muy amplias, trazados regulares y patios con encanto. En estos lugares, cuenta, celebraban fiestas donde todos los vecinos se reunían, compartían y festejaban.
Y es que los pueblos de colonización tienen algo en común más allá de su buena ubicación: el caracter de sus gentes. Según la alcaldesa todos tienen un sentimiento de pertenencia a una comunidad y una capacidad de esfuerzo, sacrificio y trabajo en equipo. Apunta que es la clave para que hoy San Gil pueda presumir orgulloso de sus 50 años de vida. Sin embargo, no solo el carácter está impreso en el ADN de los pueblos de colonización; también la arquitectura de sus casas. Estos municipios fueron construidos bajo las premisas de vanguardia. Todos son iguales, con trama regular y, a la vez, todos son diferentes. Sus calles fueron testigo del paso del tiempo, la transformación del territorio y la repoblación de espacios. Para Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, sin los pueblos de colonización no se puede entender la historia de Extremadura: "es un fenómeno que no se da en otros lugares de España".
Los pueblos de colonización son historia viva contada por sus propios fundadores. Virgilia y Rufino, por ejemplo, formaron en San Gil su familia. Hoy sus hijos viven todavía en el pueblo y con ellos, 320 personas. Se trata de una generación que hace medio siglo apostó por el desarrollo rural de un pueblo, que nació de la ilusión y los sueños de los vecinos que hoy lo habitan.