Un libro celebra el centenario de la revista 'Pulgarcito'
- "Reeditar los clásicos de Pulgarcito es muy urgente", asegura Antoni Guiral
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El pasado mes de julio celebramos el centenario de la revista Pulgarcito, donde nacieron personajes como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Carpanta, Anacleto, Las Hermanas Gilda... Un acontecimiento que Museo del Cómic y la ilustración de Sant Cugat del Vallès festejó con la exposición 100 años de Pulgarcito. Ahora, uno de los comisarios de esa muestra, el crítico, editor y guionista Antoni Guiral, publica el libro 100 años de Pulgarcito (Bruguera Classics), un homenaje a sus inolvidables personajes y a los grandes autores que les dieron vida.
Preguntamos a Guiral qué fue Pulgarcito para el cómic español, sobre todo comparada con la otra gran revista de nuestra historia, el TBO: "En general, significa mucho, creo que algo más que TBO si valoramos la totalidad de las vidas de ambas publicaciones. TBO fue una de las primeras revistas de historietas, la que además, por su popularidad, dio nombre a los tebeos. Fue, también, muy popular en los años veinte, treinta, cuarenta y hasta los sesenta. Y aportó, aparte de colaboraciones de excelentes autores y autoras, series de gran valor que incidieron en el imaginario popular, como Los grandes inventos de TBO, La familia Ulises o Josechu el vasco. Pero TBO, en la mayor parte de su trayectoria, iba dirigida a un público más familiar, más, digamos, de clase social burguesa, con un humor más blanco, en general".
"En cambio -continúa Guiral-, Pulgarcito, sobre todo en los años cuarenta y cincuenta, fue una revista que, por un lado, marcó la pauta en lo que respecta a cómo organizar los contenidos de una cabecera, apostó muy fuerte por la creación de personajes con series propias, concibió un microuniverso de personajes que se interrelacionaban entre sí, creó un lenguaje propio y su humor era más adulto, más “salvaje”, un espejo distorsionado, pero espejo al fin y al cabo, de la sociedad española de la postguerra, que transformó en el escaparate de una crítica social que sólo podía encontrarse en Pulgarcito y en otras revistas de Bruguera. Digamos que Pulgarcito era más para las “clases populares”.
"Aparte -añade el autor-, esa pulsión por crear personajes para fidelizar a sus lectores, favoreció la presencia de muchas criaturas que marcaron la historia de nuestra historieta. Por todas estas razones, Pulgarcito ocupa un lugar de honor en nuestra industria, nuestra historia del tebeo y en nuestra cultura y sociedad".
En cuanto a la relación de este libro con la exposición del Museo del Cómic de San Cugat, 100 años de Pulgarcito,que comentábamos al comienzo, Antoni asegura que: "En principio, la relación está en el hecho de que yo fui uno de los comisarios de la exposición (junto a Paco Baena y a José Luis Villanueva), y en que soy el autor del libro. Algunos de los textos de la muestra me sirvieron como base para el libro, pero muy pocos. La exposición está planteada como tal a todos los niveles. El trabajo previo de estudio es semejante pero, en el libro, por una cuestión obvia, está mucho más desarrollado, ya que revisé todos los ejemplares de Pulgarcito e hice un amplio estudio de sus personajes y secciones".
Buceando entre los tesoros de 'Pulgarcito'
Hacer un libro sobre una ervista tan longeva e importante (1921-1987) como Pulgarcito no es tarea fácil. por eso perguntamos a Antoni úal ha sido su enfoque: "El espíritu del libro es, por una parte, aportar un homenaje a todos y todas los autores, autoras y técnicos editoriales que pasaron por la revista en toda su trayectoria (aparte de revisar también las otras cabeceras que incluían el epígrafe Pulgarcito) y, por otro, recordar ese legado cultural tan amplio e importante que tenemos en Pulgarcito, esas páginas que son parte de nuestra Historia, en mayúsculas, y de nuestra historia, en minúsculas, de nuestra cultura sentimental. Creo que es básico recordar ese patrimonio, que es muy nuestro y muy amplio e interesante".
"La estructura parte de un orden cronológico -añade-, pensé que era lo más evidente y sencillo para configurar esta historia. En cada apartado histórico se incluyen algunos temas adyacentes y fichas de las series más destacadas, a mi parecer, de cada etapa. Y se añaden capítulos dedicados a los almanaques y a las otras revistas que incluían la palabra Pulgarcito en su título (Súper Pulgarcito, Gran Pulgarcito, el Pulgarcito de Jan, etc.). Y, por supuesto, el libro finaliza con un apartado muy importante: una revisión de las biografías de los, de nuevo a mi parecer, autores más destacados en toda la historia de la revista. También hay un recordatorio de los técnicos editoriales de Pulgarcito, un índice onomástico y un glosario histórico, para que los lectores se sitúen a este nivel".
Pero lo que más os gustará es la selección de imágenes e historietas, que ha elegido Guiral: "Lo de elegir el material gráfico ha sido lo más complicado. El banco de imágenes de Pulgarcito es brutal y, como he dicho, revisé absolutamente todas sus páginas. He hecho esa selección con mucho mimo, tenían que ser imágenes básicas para comprender bien esa historia, he incluido algunas también anecdóticas, porque sirven para explicar mejor esa historia, y lo más complejo ha sido escoger qué páginas enteras seleccionar para las fichas de personajes y las biografías de los autores. Por suerte, he tenido acceso a prácticamente todas las imágenes de Pulgarcito gracias a Paco Baena y a José Luis Villanueva. Además, hay que tener en cuenta que este libro tiene 144 páginas, que no son muchas, por lo que aun ha sido más complicada esa selección".
La historia de Pulgarcito es también nuestra historia
Al publicarse casi durante 90 años, la revista Pulgarcito es un fantástico reflejo de la Historia del Siglo XX y de los cambios de la sociedad española. "Creo que Pulgarcito, como todos los tebeos, refleja sobre todo nuestra historia, la de nuestro día a día, de nuestra sociedad, de nuestros usos y costumbres -asegura Guiral-. Pero Pulgarcito, básicamente en las décadas de los años cuarenta hasta los sesenta, aún más que otros tebeos. Como ya he dicho, muchas de sus historietas reflejan tipologías reales de la gente de la calle, cómo vivíamos, cómo sobrevivíamos en la postguerra, cómo nos relacionábamos".
"Esas historietas -añade- hablan del hambre, del estraperlo, de las cartillas de racionamiento, de los cortes de electricidad, de los transportes públicos, del ambiente en las oficinas, de los realquilados, de las relaciones familiares, de la educación, de la adquisición de bienes de consumo… en suma, de esa historia nuestra de cada día lo que, en realidad, provocaba que esa revista fuera también para lectores adultos".
"A medida que pasaban los años -continúa Guiral-, Pulgarcito seguía reflejando esa realidad pero en menor medida, a causa de que la legislación sobre publicaciones infantiles y juveniles marcó mucho sus contenidos a partir de 1955, y también porque a partir de los años setenta se procede a reeditar muchas páginas de las décadas anteriores, pero, claro, descontextualizadas de la realidad del momento. Con todo, siempre ha habido en Pulgarcito personajes y series que han reflejado lo que somos y lo que hacemos".
"Pulgarcito incidió bastante en esa sociedad que lo leía -añade el autor-. Recordemos que sus tiradas fueron siempre bastante altas (sobre todo a inicios de los años setenta). Algunos personajes de Pulgarcito marcaron a varias generaciones de españoles, por su personalidad, por su lenguaje, llegando a crear expresiones populares referidas a ellos. Además, algunos de esos lectores de Pulgarcito se dedicaron de adultos a escribir, a dibujar, y siempre han llevado consigo el espíritu de esas historietas que leyeron en algún momento de su vida, lo que se ha visto reflejado en sus trabajos".
Lo personajes más famosos de cada época
Preguntamos a Guiral cuáles cree que fueron los personajes y autores más famosos de cada época: "Eso es algo difícil, pero voy a intentarlo. Entre los años veinte y treinta, muy probablemente los personajes más famosos fueron el niño Pulgarcito y sus amigos, que protagonizaron una historia de larga extensión aparecida en las portadas de la revista. En los años cuarenta, creo que las series más populares fueron El inspector Dan (Rafael González y Eugenio Giner), El repórter Tribulete y Don Furcio Buscabollos (Cifré), Carpanta y Zipi y Zape (Escobar), Don Pío y Gordito Relleno (Peñarroya), Casildo Calasparra (Nadal), Doña Urraca (Jorge), Las hermanas Gilda (Vázquez) y Carioco (Conti)".
"En los años cincuenta -añade-, aparte de la mayoría de las mencionadas, que se seguían publicando, Pascual, criado leal (Nadal), El doctor Cataplasma y El profesor Tragacanto (Martz Schmidt), Petra, criada para todo (Escobar), Rigoberto Picaporte (Segura) o Mortadelo y Filemón (Ibáñez). Ya en la década de los sesenta (y, repito, aparte de muchas de las mentadas), Anacleto, agente secreto (Vázquez), El sheriff King (Víctor Mora y Francisco Díaz), Olegario (Raf), Pitagorín (Peñarroya). En los setenta, muchas de estas series siguen publicándose, pero yo añadiría a la lista Sir Tim O’Theo (de Raf y otros autores, que apareció en Súper Pulgarcito) y Campeonio (de Andreu Martín y Raf, nacida en Gran Pulgarcito) y, ya en los ochenta, Atasco-Star (de Rafa Vaquer y Alfonso López).
Las series de aventuras
Siempre recordamos Pulgarcito por sus series humorísticas, pero también hubo grandes historias de aventuras, como nos recuerda Guiral: "Sí, eso es lógico, básicamente porque Pulgarcito era una revista de series humorísticas, pero siempre hubo un espacio muy interesante para las de aventuras. A este respecto, creo que destacan algunas de las ya mencionadas, como El inspector Dan o El sheriff King, aparte de Silver Roy (Bosch Penalva), las historietas históricas de Ángel Pardo, y, por supuesto, las nuevas aventuras de El Capitán Trueno que aparecieron en la revista (Víctor Mora, Ambrós, Ángel Beaumont, entre otros)".
"Por supuesto -continúa-, y aunque compartidas con otras revistas de Bruguera, están las adaptaciones a la historieta de los grandes clásicos de la literatura juvenil, iniciadas en Pulgarcito en 1966 y luego conocidas como Joyas Literarias Juveniles. Y todo ello sin olvidar otra saga de aventuras de autores españoles aparecida en la primera etapa de Súper Pulgarcito: Doctor Niebla (Rafael González y Francisco Hidalgo)".
El cierre de 'Pulgarcito' y su relanzamiento
Coincidiendo con el llamado Boom del cómic adulto, Pulgarcito cerró a principios de los 80. "Creo, sinceramente, que el Pulgarcito “oficial” cerró en 1981 por varias razones -asegura Guiral-. Una, porque el ocio de los más pequeños y pequeñas se bifurcaba entre los tebeos y la televisión o los primeros juegos de ordenador; dos, porque algunos de los grandes de la historieta de humor o bien habían fallecido, o bien estaban cansados de intentar sortear a la censura; tres, porque en el Pulgarcito de los años setenta se publicaban muchas páginas reeditadas de décadas anteriores, que posiblemente los nuevos lectores no terminaban de entender, y también porque se había producido un relevo generacional en la dirección, que al final llevó a esa gran empresa a una suspensión de pagos en 1982. También cuenta, creo, lo que decía antes: el hecho de la censura era más restrictiva a partir de los años sesenta, con lo que no se permitían ciertos desmadres, y algunos autores optaron por un humor más cotidiano, pero menos crítico".
"De todas formas -añade-, conviene recordar que en 1981 Bruguera lanzó la nueva Pulgarcito, basada en el personaje de Jan, una buena revista en la que destacaba la excelente serie de fantasía del ya citado Jan".
Pulgarcito no fue la única víctima de aquellos años, ya que el cómic infantil y juvenil español sufrió una de sus mayores crisis. "El hecho de que en los ochenta fueran desapareciendo las grandes revistas de historietas infantiles y juveniles es, creo, en parte, por lo ya dicho. Pero también porque sus editores no supieron entender cómo eran los nuevos y jóvenes lectores, que necesitaban un tipo de historieta distinto, más fresco, más atrevido, ya que los tiempos y su formación eran otros".
Tesoros de la historieta que merecen una reedición
Al contario de lo que sucede en Estados Unidos, donde se reeditan los grandes clásicos de la historieta, en España no tenemos disponibles ediciones de los tesoros de Pulgarcito, salvo Mortadelo. "Esa es una pregunta para los editores españoles -asegura Antonio Guiral-. Sinceramente, no lo sé. Y no termino de entenderlo. Algunas editoriales han hecho esfuerzos en este sentido, cierto, pero creo que todavía queda mucho trabajo por hacer. Quizá los editores crean que ese no es un material comercial. Pero, si se editan bien, con extras y explicaciones de por qué eran cómo eran, creo que funcionarían".
"Esos tesoros forman parte de nuestra memoria y de nuestro patrimonio cultural, y si no se reeditan se olvidan, y eso, a mi modo de ver, es un sacrilegio -añade el autor-. Ya entiendo que algunos personajes sólo los recuerdan lectores y lectoras de más de 60 años, pero hay otros más “modernos”, por lo que se puede llegar también a una franja de lectores y lectoras de a partir de 40 años. Y, en todo caso, tampoco depende de eso; en literatura, nadie entendería que no se reeditaran los clásicos de nuestro país, porque son la base cultural en las que nos hemos forjado. Pues con la historieta pasa lo mismo".
Pero... ¿Cuáles serían los personajes cuya publicación sería prioritaria? "En realidad, todos los que he citado más arriba -nos comenta Guiral-. Todos ellos conforman ese gran universo que son los personajes y autores de Pulgarcito, criaturas con una personalidad muy bien definida, que responden a patrones de lo que éramos o somos, con historietas de mucha calidad argumental y artística. Realmente, reeditarlos sería muy urgente, porque en este país no tenemos memoria".
En cuanto al legado que nos ha dejado la revista Pulgarcito, Antoni Guiral asegura que es fundamental en la cultura española actual: "El legado de Pulgarcito está, por ejemplo, en la revista El Jueves, y en muchas series de televisión y películas españolas. Como decía antes, muchos de los y las que ahora escriben guiones para medios audiovisuales y los y las que escriben y dibujan historietas, son, de alguna manera, hijo/as o nieto/as de Pulgarcito".