Rajoy: "La historia tiene que reconocer a las víctimas. Me preocupa que se blanquee a ETA"
- Critica la "operación de blanqueo" del Gobierno al "apoyarse" en Bildu y pide que terminen los homenajes a etarras
- Dice que en el Gobierno tuvo "presiones" y que ETA quiso hablar: "No lo hicimos"
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy ha afirmado que “la historia tiene que reconocer a las víctimas” del terrorismo y ha expresado su preocupación por que se “blanquee” a ETA cuando se conmemoran diez años del fin de la violencia. ”Y me preocupa también que el Gobierno esté apoyado por una organización como Bildu, que en el fondo era exactamente lo mismo que ETA”, ha añadido.
En una entrevista en el Telediario especial de TVE con motivo del décimo aniversario del fin de la banda terrorista, ha dicho no querer “hacer política” con esta cuestión porque “lo importante es que ETA ya no existe”. Sin embargo, ha advertido de que sí existe “un grupo que sostiene tesis parecidas” aunque no cometa actos terroristas, en referencia a EH-Bildu.
“Me preocupa que se blanquee a esta organización y que ahora (el coordinador general de EH-Bildu, Arnaldo) Otegi diga, como dijo ayer, cuatro cosas y salga la gente diciendo que es un paso en la buena dirección”, ha advertido, porque, según Rajoy, “el único paso en la buena dirección sería que dijera que ETA no tenía que haber existido, que es una organización criminal y que se acaben los homenajes a los etarras”, que "hacen muchísimo daño a las víctimas del terrorismo, con quienes es preciso tener una solidaridad activa”.
Se ha referido así a la declaración conjunta de EH-Bildu y de Sortu el pasado lunes, en la que sus líderes dijeron sentir el dolor de las víctimas y que éste “nunca debió haberse producido", aunque no hubo una condena expresa a ETA ni se empleó la palabra "perdón". Precisamente, preguntado sobre esta declaración, Rajoy ha recalcado que “lo importante que tiene que hacer todo el entorno que ha apoyado a ETA es decir la verdad” porque “no vale decir que esto no debió de ocurrir”.
Y otra de sus preocupaciones es, ha dicho, el desconocimiento de lo que pasó, cuando un 60% de los jóvenes no sabe quién fue Miguel Ángel Blanco y siete de cada diez no sabe tampoco quién es José Antonio Ortega Lara. “Son acontecimientos terribles que tiene que conocer la gente, aunque sea simplemente para rechazar categóricamente el atentado contra la vida, la libertad de los derechos y de las personas”. Ha celebrado, sin embargo, que la cultura, por medio de libros como Patria o documentales como Maixabel, contribuyan a la sociedad, por lo que ha animado a que se sigan creando estos contenidos y que la ciudadanía lea más.
Recuerda "presiones" y que ETA quería hablar: "No lo hicimos"
Al inicio de la entrevista, Rajoy ha recordado cómo fue aquel 20 de octubre de 2011, en el que la banda anunció el cese de la violencia. Recuerda así que, como líder de la oposición, ofreció una declaración institucional en la sede del PP en Génova para reconocer la “buena noticia”. “Pero también dije que era necesario que se disolvieran y se desmantelara la organización”. “Y me viene también a la mente las víctimas del terrorismo, que al fin y a la postre aguantaron el chantaje de unos criminales”, ha añadido.
Rajoy también rememora que, después de 2011, “era muy difícil saber” cuándo llegaría la disolución y desmantelación definitiva porque no la habían anunciado. Por ello, recalca que “lo importante” en esa circunstancia “era tener claro qué habría que seguir trabajando básicamente como hasta entonces”. El anuncio de la disolución definitiva de ETA llegó años más tarde, el 2 de mayo de 2018.
En este aspecto, también recuerda que, después de llegar al Gobierno en 2012, tuvo “muchas presiones” para acercar los presos de ETA a las cárceles vascas, para traspasar la competencia de las prisiones al Gobierno vasco “y para hablar”. “No lo hicimos”, sentencia. “Nada más llegar al Ejecutivo recibimos un comunicado del Gobierno de Noruega diciéndonos que tenían a tres personas de la cúpula de ETA para hablar y les dijimos que de ninguna manera”, se acuerda, y señala que su Gobierno tuvo entonces "problemas" con el noruego.
Respecto a la posibilidad de dialogar con la banda terrorista, el expresidente ha recordado que “se desmanteló la cúpula de ETA” en dos ocasiones, en 2015 y 2016, y que el Gobierno estaba “tranquilo” porque “sabía qué había que hacer”: “No hablar” de ninguna forma ni “a cambio de nada” si se producía la disolución de la organización terrorista. “El objetivo era que se disolvieran y al final hubo esa buena noticia (en 2018) que completó el anuncio anterior (de 2011) y que era el más importante, que iban a dejar de matar definitivamente”.
Rajoy ha recordado también que, tras aquella disolución definitiva de 2018, se reunió con las asociaciones de víctimas. “Para la mayoría era una buena noticia que se disolviera, porque además ETA se disolvía sin conseguir absolutamente nada”, ha afirmado el expresidente, quien ha recalcado que “no hubo ningún pago ni precio político”. Sin embargo, las víctimas le mostraron su preocupación “fundamentalmente por la impunidad” y por que, a partir de entonces, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “dejaran de actuar o lo hicieran de una manera menos intensa y no teniendo ya tan claro el objetivo”.
“Y luego", ha proseguido, a las víctimas "les preocupaba el relato” y que la historia reflejara la realidad de la banda terrorista y del sufrimiento de las víctimas. En este sentido, ha recalcado que “la vida de los políticos del PP” en el País Vasco fue “terrible”, al igual que para otras personas. "Hubo muchos compañeros de partido y de otros partidos fundamentalmente no nacionalistas que murieron igual que policías, guardias civiles y personas inocentes”, ha proseguido, y lo ha recordado todo como “una época terrible” porque debían ir “todos los días con escolta, mirando debajo del coche y saliendo el fin de semana a otros sitios para que no se les reconociera y poder vivir algo”. Y aunque las cosas han cambiado, “ser del PP en el País Vasco todavía es muy duro”.
Pero también recuerda la preocupación de las víctimas por que “la política penitenciaria se convirtiera en moneda de cambio respecto a otras cosas”. Y ha recordado, en este sentido, que por aquel entonces su Gobierno se encontraba “negociando el Presupuesto con el PNV”. “Me dijeron: ¿Va a usted a cambiar? Y yo dije: Mire, mientras yo esté aquí, no se va a producir el traspaso”.
Precisamente sobre el traspaso de la competencia penitenciaria al Ejecutivo vasco que ha completado el Gobierno de Pedro Sánchez, ha aseverado: “Yo no lo hubiera hecho”. En este sentido, ha dicho que durante su etapa en el Gobierno hubo “peticiones continuas del Gobierno vasco”, entre ellas también el acercamiento de los presos. “Yo no lo veía, porque la administración penitenciaria tiene competencias muy importantes y puede tomar decisiones que afecten al cumplimiento de la pena”, ha expuesto. Y ha recalcado que “la Justicia no perdona” sino que “aplica la ley”. Respecto a si ve bien el traspaso actual de esta competencia, ha incidido: “Sinceramente, hoy, yo no hubiera transferido las prisiones, no veo ninguna razón para hacerlo”.
Por último, preguntado sobre qué queda por hacer en materia de convivencia, ha sentenciado que "el relato es muy importante" y ha vuelto a pedir que se acaben los homenajes a los etarras.