Amaral dice adiós a los conciertos íntimos que impuso la pandemia con una velada "especial" en Madrid
- La banda ofrece su último acústico en el Gran Teatro Caixa Bank Príncipe Pío ante 980 espectadores
- Ha interpretado a dos voces y dos guitarras temas de su último disco, Salto al color, y otros clásicos conocidos
- Eva Amaral: 50 velas "encendidas en el medio de la tarta
Con solo dos guitarras y dos voces. Así "vinieron al mundo" las canciones que Eva Amaral y Juan Aguirre compusieron y así las han querido mostrar esta noche en Madrid, por última vez en 'petit comité', ante un puñado de fans.
Señales ha abierto esta velada "maravillosa y especial", en palabras de la artista, que ha reunido en el Gran Teatro Caixa Bank Príncipe Pío de la capital, con todas las entradas vendidas, a 980 espectadores sentados en sus butacas y con sus mascarillas dentro del festival Madrid Live Experience.
En un formato acústico e íntimo, Amaral y Aguirre han interpretado temas de su último disco, Salto al color, que han combinado con clásicos tan conocidos como El universo sobre mí o Cuando suba la marea. "Este concierto representa aquella primera vez que Juan y yo nos juntamos después del confinamiento para volver a hacer música juntos, que fue muy emocionante y fue así, con dos guitarras", ha confesado.
"¿Si alguien tiene alguna duda...?"
"Estamos aquí, tan cerquita y tan en familia que está bien que podamos hablar, ¿si alguien tiene alguna duda...?", ha bromeado la artista ante un público que en un primer momento veía "timidísimo" quizás por el 'efecto teatro', la mascarilla o el estar sentados. Pero los asistentes se han entregado tras entrar poco a poco en calor, coreando los temas e incluso piropeando el "vozarrón" de la protagonista de la noche.
Temas como Bien alta tu mirada, Nuestro tiempo, Kamikaze, Revolución, Soledad, Moriría por vos o Nocturnal han llenado la primera hora del espectáculo, que ha culminado con Ondas do mar de Vigo, Mares igual que tú y Entre la Multitud. Aquí los músicos han salido amagando con marcharse, pero el primero de los bises de la noche los ha devuelto al escenario.
La velada se ha retomado con una aplaudida Sin ti no soy nada y Hacia lo salvaje, que han dado paso a uno de los momentos más reivindicativos. Amaral ha dedicado Peces de colores a Gabriel, un joven que tuvo que pasar por un periplo judicial para poder cambiar su nombre en el DNI. "Dedicada a todos los peces de colores que hacen que la sociedad avance", ha dicho.
Volver a hacer ruido
A las 23.00, tras hora y media de concierto, los músicos han tratado de despedirse de nuevo de un público que, si empezó tímido, ha ido perdiendo la vergüenza y ha pedido más. Por segunda vez han vuelto al escenario, esta vez con Salir corriendo y, como colofón para bajar el telón, han dicho adiós haciendo "algo que no hemos podido hacer en mucho tiempo" y para lo que han pedido ayuda a su público: Ruido, título de otro de los temas del último disco.
El de esta noche ha sido para el grupo "el concierto de las despedidas de las guitarras acústicas", un formato de público reducido al que se vieron obligados por la pandemia y que de momento no tiene fecha de vuelta para pesar de los amantes de estas veladas íntimas.
La próxima cita de la banda en la capital, el 19 de noviembre, será bastante diferente: en un Wizink Center sin restricciones de aforo y las entradas ya agotadas. Hasta entonces Amaral deja en el puñado de privilegiados de esta noche un gran sabor de boca y la sensación de haber asistido a una velada especial y efímera.