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Propiedades terapéuticas del cannabis frente al riesgo de adicción: ¿qué dicen los médicos?

  • Su empleo se relaciona con importantes problemas de salud, pero su potencial medicinal ofrece cada vez menos dudas
  • En España, en las últimas semanas diferentes grupos políticos han presentado propuestas de ley para legalizarlo

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Más de tres millones de personas consumen habitualmente cannabis en España.

Más de tres millones de personas consumen habitualmente cannabis en España, a pesar de que se trata de un hábito ilegal. España es el tercer país de Europa donde más se consume esta sustancia, por detrás de Portugal y Luxemburgo, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías; con una mayor prevalencia entre los 15 y los 64 años. En las últimas semanas, Unidas Podemos, ERC y Más País han registrado en el Congreso de los Diputados sendas propuestas de ley para legalizar el cannabis, sobre la necesidad de establecer un marco normativo "coherente con la realidad social". La primera de ellas, propuesta por Más País, ya ha sido rechazada con los votos en contra del PSOE, PP y VOX.

Uso recreativo y terapéutico

El consumo del cannabis y todos sus derivados representa una realidad compleja que podría abordarse bajo dos grandes perspectivas, de alguna manera opuestas: su uso recreativo y terapéutico. Mientras, por una parte, su consumo lúdico se relaciona con conductas adictivas y graves problemas de salud mental; también se ha demostrado que los principios activos de esta planta ofrecen potencial terapéutico frente a ciertas patologías, así como un importante efecto analgésico que puede emplearse en el tratamiento del dolor.

El mayor problema es el que se deriva de su uso con fines recreativos. Según los datos de los que dispone la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), el inicio de consumo de esta sustancia se produce, de media, a los 14 años, una edad a la que el cerebro presenta una especial fragilidad ante sus efectos nocivos. "No podemos olvidar que el cannabis es una droga que altera la percepción y tiene unos riesgos claros en su uso. Sobre todo hay una población muy vulnerable, que son los más jóvenes, los adolescentes", expresa a RTVE.es Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD.

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Esta mayor vulnerabilidad de los adolescentes tiene una base científica contrastada. El portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN), José Manuel Moltó, confirma que algunos de los efectos del cannabis "son más graves si se inicia el consumo más joven", y explica que el impacto no es el mismo en jóvenes que en adultos, ya que "a la persona mayor le afecta a nivel de memoria, mientras que al joven a su desarrollo y capacidades verbales". Entre estos daños, destaca la alteración de la memoria y de la capacidad de aprendizaje, además de "los problemas asociados cuando se produce el trastorno adictivo y la necesidad de consumo, con su síndrome de dependencia o su mono físico y psicológico".

"Como es dosis dependiente, existe el riesgo de convertirse en una adicción, y de provocar trastornos esquizofrénicos y paranoides, sobre todo... Aunque, entre medias, su efecto placentero se puede acompañar de alucinosis, o de una mala interpretación de la realidad, que puede conducir a que nos parezca lo que no es. Y luego, especialmente en consumos a largo plazo, problemas sobre la capacidad de memoria, más graves si se inicia el consumo en gente más joven", describe este neurólogo.

Propiedades medicinales del cannabis

A pesar de que las propiedades terapéuticas del cannabis apenas dejan lugar a dudas desde el punto de vista científico, su uso medicinal aún no ha sido regulado en España, a diferencia de otros países, como Alemania, Italia, Portugal, Gran Bretaña, Uruguay, Israel, Canadá o numerosos estados de EE.UU.

"En estos países el cannabis terapéutico tiene unas indicaciones muy acotadas, como puede ser el tratamiento de la espasticidad en esclerosis múltiple o la epilepsia refractaria a otros tratamientos. También para el tratamiento del dolor neuropático, siempre y cuando ya se hayan agotado otras líneas de tratamiento que tienen más evidencia y menos efectos secundarios como uso compasivo. Igualmente se utiliza para el dolor oncológico y para paliar las náuseas y los vómitos producidos por la quimioterapia en estos pacientes", explica a RTVE.es Jesús de Santiago, coordinador del grupo de interés en cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor (SED).

La SED se muestra partidaria de que España también se abra a ese uso medicinal del cannabis, ya que "ve lógico que una sustancia que ahora mismo se está utilizando en otros países y se están haciendo estudios, también estuviese regulada en España, por lo menos para realizar estudios sobre eficacia y seguridad".

Sin embargo, apunta a una serie de pautas indispensables para asegurar el control de todo el proceso, como "que esté recetado por un médico con formación especializada, con un tratamiento durante un tiempo determinado, y que se adquiera en farmacias". "O sea, la planta del cannabis tendría las mismas garantías que cualquier medicamento, además de la necesidad de cumplir con una normativa muy estricta. Y lo más importante, como estaría recetada por un médico, habría un seguimiento estrecho, por lo que el tratamiento terapéutico sería completamente diferente al uso recreativo", recalca De Santiago.

"Hablamos de un tratamiento que tiene que tener un seguimiento, los pacientes van a necesitar una licencia para acceder a él, y el cannabis se va a adquirir en la farmacia. Es decir, que un adolescente que no está en tratamiento no tendría acceso", aclara este médico especializado en anestesiología y tratamiento del dolor.

Percepción de riesgo "cada vez más baja"

Poco antes de que fuese rechazada en el Congreso la primera propuesta de ley para regular su consumo integral -recreativo y terapéutico-, el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPND), Joan Ramón Villalbí, manifestó su preocupación por la "banalización de los riesgos asociados al cannabis", lo que a su entender "contribuye seguramente a favorecer su consumo".

Una inquietud compartida por Eulalia Alemany, directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, quien opina que "cada vez hay una percepción de riesgo del cannabis más baja, y una mayor tolerancia social". "Cuando hemos afrontado como sociedad el tema del alcohol, no lo hemos hecho muy bien, sobre todo en la protección de los menores y de la población más vulnerable; y nuestra preocupación es que suceda lo mismo con el cannabis, que es la droga no legal más consumida, con mucha diferencia", expresa.

Alemany considera que "las drogas hay que verlas desde muchas perspectivas", y aunque el cannabis "quizá no produce una dependencia tan rápida como puede ser la heroína, hay que considerarla por los problemas que genera", ya que "la adicción llega después". "Es como el alcohol, tú no hablas de un adicto al alcohol de 16 años, ya que se trata de algo más a medio y largo plazo.", compara, al mismo tiempo que pide que se contemplen los problemas generados por el cannabis "de una manera más amplia". "El cannabis no solamente genera daños para el cerebro, sino que hay otros perjuicios asociados, como dejadez en los estudios, problemas de socialización...", concluye.