Las cenizas del volcán amenazan el mayor telescopio del mundo
- El Gran Telescopio de Canarias lleva más de un mes sin poder funcionar
- La densidad de las cenizas podría estropear sus lentes
Cuando explotó el volcán, el observatorio astrofísico de La Palma dejó de mirar el cielo. “Nunca habíamos vivido un volcán, el último fue en 1971 y no fue hasta los 80 cuando comenzaron a construirse telescopios. Ahora estamos adaptándonos a lo que nos encontramos”, explica Juan Carlos Pérez, administrador del Observatorio de Roque de los Muchachos, desde donde se ve el brillo de la erupción volcánica.
El Observatorio Astrofísico Roque de los Muchachos tiene condiciones excepcionales para la observación astrofísica. Se encuentra a 2400 metros de altura, está rodeado por el océano Atlántico y tiene una influencia meteorológica derivada de los alisios. La nube volcánica y su ceniza es, ahora mismo, su mayor problema. “Esas cenizas pueden dañar las lentes, los aparatos electrónicos o las partes mecánicas de los motores de los telescopios”, apunta Pérez.
Aunque la erupción ha paralizado las observaciones de algunos de los telescopios, los equipos de ingenieros, técnicos o astrofísicos no han dejado de trabajar. Durante las horas diurnas, se realizan los mantenimientos, desarrollos y mejoras de los aparatos. Por la noche sólo trabajan el operador del telescopio y el astrónomo. Con la erupción, al no poder hacer observaciones, se está aprovechando para realizar todas esas tareas que antes se detenían al caer la noche. “La parte de ciencia es la que se ha visto afectada; la técnica incluso se ha visto beneficiada porque hay procesos que hubieran tardado mucho más tiempo en hacerse y ahora se están adelantando”, afirma Pérez.
“La parte cienctífica del observatorio es la que se ha visto afectada, la técnica incluso se ha beneficiado con el volcán“
En este observatorio se encuentra el telescopio óptico más grande del mundo, el Gran Telescopio Canarias “Las cenizas podrían afectar a las lentes del telescopio. Estábamos acostumbrados a la calima, pero, estas son partículas mucho menores que la ceniza. Estamos construyendo una plataforma que permita acceder de forma más fácil a los puntos donde se encuentran las lentes", explica su director Romano Corradi.
“Las cenizas pueden dañar las lentes, los aparatos electrónicos o las partes mecánicas de los motores de los telescopios“
También están pendientes de los terremotos. El telescopio de más de 400 toneladas se apoya sobre unos raíles cubiertos de aceite sobre cuatro soportes. Es un sistema muy delicado que un golpe fuerte podría desestructurar. “Estamos haciendo procesos de mejora y de análisis de la capacidad del telescopio para soportar estos seísmos. El telescopio detecta todos los que están ocurriendo en La Palma y afortunadamente están dentro de valores que puede soportar”, concluye.